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Cristiano Ronaldo: “No está mal, ¿no?”

El portugués ironiza sobre las críticas recibidas y asegura que su momento es “excelente”

Zidane habla con Cristiano.Vídeo: KIKO HUESCA (EFE) / EFE

“Me critican, me critican, me critican... pero siempre estoy ahí”, dijo Cristiano, consciente de su condición de ídolo controvertido, encantado de ser él mismo, protagonista indiscutible en la noche del hat trick de la remontada ante el Wolfsburgo.

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“En España es así”, remató, apuntando a oscuras razones sociológicas para explicar los sentimientos de envidia que genera. “Pero ya no soy un chaval y estas cosas no me pueden afectar. Estoy acostumbrado”.

“No esta mal, ¿no?”, ironizó Cristiano. “Los goles son mi ADN. Me encanta meterlos. Pero lo más importante ha sido el equipo. El equipo ha estado genial. Intenso. Quiero agradecerle a mis compañeros este partido. No quiero descansar en la Liga el próximo sábado en Getafe. Si estoy bien, ¿para qué voy a parar? ¡Si a mí me encanta jugar!”.

Cristiano celebró encontrarse en la posición que le reservó el destino: “Sabíamos que sería una noche mágica y ha sido perfecto. El equipo estupendo, la presión alta, el público apoyándonos...”.

“Para ser una temporada mala no está mal”, insistió el portugués, disfrutando de su revancha personal. Después de sumar 46 goles en 42 partidos esta temporada, la estadística le confirmaba que su eficacia sigue intacta. “La gente me critica mucho y acepto que al principio no estaba al nivel que los tenía acostumbrados”, apuntó. “Sufría problemas físicos. Pero en los últimos meses he mejorado y los resultados están a la vista. De un tiempo a esta parte mi rendimiento ha sido excelente. Ahora quiero estar mejor”.

El goleador recordó que Keylor Navas recorrió 70 metros para aconsejarle sobre la ejecución del tiro de falta que propició el 3-0 definitivo. El portero costarricense entendió que en lugar de darle potencia, el tiro necesitaba precisión. “Él me ve entrenar y sabe de qué habla”, admitió Cristiano; “me recomendó que corriera despacio y que golpeara como sé hacer. Y es lo que he hecho”.

Cristiano golpeó con menos acierto que fortuna. El balón se habría estrellado en la barrera de no ser porque Naldo se dobló sobre sí mismo abriendo un hueco. Por ahí pasó la pelota antes de meterse pegada al palo en el arco que defendía Benaglio.

“Siempre lo he dicho”, le defendió el capitán Sergio Ramos en los micrófonos. “A pesar de que no ha tenido rachas goleadoras como otros años, como goleador y como icono nuestro, Cristiano se merecía una noche mágica. Para aquellos que dudaban, él se reivindica. Lo da todo por este escudo y en momentos como éstos lo demuestra”.

“Decían que las remontadas eran imposibles”, concluyó Ramos. “Que solo el 18% lo lograban. Nos hemos dejado el alma. Nuestra idea fue salir en los primeros minutos con mucha intensidad y luego esperar. No se puede presionar todo el tiempo arriba porque el desgaste físico es muy grande. Lo hemos hecho a la perfección. Yo en particular necesitaba una noche como ésta. He tenido una temporada irregular por las lesiones. Este año no recuerdo un partido sin dolor”.

Zidane, descomprimido

Zinedine Zidane se presentó en la sala de conferencias del Bernabéu descomprimido después de un trance que cuestionaba su competencia como entrenador del Madrid. Por fin ratificado en su puesto por el único resultado admisible frente a un adversario menor como el Wolfsburgo. “Entramos al partido con una intensidad tremenda”, describió Zidane. “Mostramos al rival que para nosotros era importante ganar”.

“¿Qué puedo decir de Cristiano?”, se carcajeó el técnico. “Que está demostrando lo que es; que es el mejor del mundo y es especial porque no cualquiera puede meter tres goles así. Pero al mismo tiempo Cristiano necesita al equipo y hay que hablar de lo que han hecho los jugadores juntos”.

“He vivido esto como jugador”, comentó el francés, a modo de examen de sus tres primeros meses en una caseta de Primera. “Y ahora lo vivo como técnico que es mucho más difícil. Estoy contento con lo que hago. No me preocupa lo que puede pasar en el futuro. Hay que estar tranquilo porque en el fútbol pasa de todo. No hay que volverse loco. Nunca se me va a subir a la cabeza el éxito. No se me subió como jugador y mucho menos como entrenador”.

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