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Koke lidera la caza al Barcelona

Los de Simeone alcanzan a los azulgrana tras recortar nueve puntos en tres jornadas

Ladislao J. Moñino
Koke y Juanfran celebran el primer gol del Atlético al Granada.
Koke y Juanfran celebran el primer gol del Atlético al Granada.Luca Piergiovanni (EFE)

Diez minutos de empuje iniciales y dos contras. Una llegada desde atrás de Koke, un pase filtrado de este para que Torres culminara con esa picada suave que inmortalizó en la final de la Eurocopa de 2008 y otra cesión al espacio de Saúl para Correa. Como dominador y dominado salió ganador el Atlético ante el Granada, al que no le fue suficiente con las buenas maneras que enseñó durante casi una hora. Lo ajustició Koke, que destapa cada día que cuanto más cerca de los delanteros juega, más crecen él y su equipo.

Koke, quita, llega y pasa. En el ideario de Simeone, que no entiende de centrocampistas y en general de jugadores de una sola dirección, es el mediapunta perfecto cuando le hace jugar por detrás de los dos puntas. Cuando llega desde la segunda línea es raro que no haga daño. Y ahora que tiene dos delanteros afilados como opciones de pase rememora con Torres su sociedad con Diego Costa.

Fue el propio Koke el que aviso primero a Andrés. Buscaba el Atlético el juego por afuera ante el dique de cinco centrocampistas y se presentó en el área tras una subida de Juanfran. Al borde de los 10 minutos fue Lucas el que rompió por el otro costado. Sin Filipe, sancionado, Simeone le premió sus impecables dos partidos contra el Barcelona en el eje de la defensa. No subió mucho, pero supo elegir esa primera vez y ratificó que es futbolista a la primera. Relegado al banquillo durante toda la temporada, su rendimiento de veterano resabiado cuando ha saltado a escena ha disparado su estatus en el equipo. Si eligió el desmarque oportuno, también escogió con criterio el pase. Sacó un centro atrás que pifió Torres y remachó Koke.

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Primero jugó el Atlético a descifrar esa barrera de cinco que le plantó en el medio José González, con Dacouré omnipresente y abarcando mucho campo. Y cuando la rompió para abrir el marcador se vio obligado a contraerse porque el Granada dio un pase al frente.

Ha pasado el equipo nazarí del osado desenfreno de Sandoval, al rigor académico de José González. El suyo fue un planteamiento en función del marcador. Con empate a cero, no le importó entregarle a los rojiblancos el balón. Cuando marcó Koke, se impuso desde la conquista del centro del campo. Creció el Granada a través de Dacouré, que le ganaba la espalda a Gabi y desde ahí rompía por zancada. A sus arrancadas empezaron a sumarse Lopes, Peñaranda, Cuenca y Rochina. Este último ejecutó el remate de la tarde tras recoger en la banda derecha una de las cabalgadas de Dacouré. Hiló un recorte con un zurdazo seco que removió el palo derecho de Oblak.

Fue mejor el Granada desde que encajó el gol hasta que recibió el segundo. Uno y otro equipo habían salido de la caseta dispuestos a imponerse. Al intento de reafirmarse del equipo de González respondió el Atlético con una presión más adelantada. Y también con un blindaje mayor cuando Augusto reemplazó a Carrasco. De nuevo, Koke, que había estado bailando por diferentes posiciones se fue al centro y se aproximó a Griezmann y a Torrres. A este le interpreta de maravilla sus desmarques al espacio y ahí que le envió su regalo. Torres definió con esa jerarquía que le hace estar por encima de lo que hace con el balón en los pies. Ayer estaba en una de esas tardes en las que le sobra algún resbalón y un punto de temple en los controles. Pero cuando se vio frente a Andrés templó el remate. Está El Niño en esa dinámica de los goleadores enrachados. Una de las grandes noticias para el Atlético en este tramo tan crucial del curso es que la puede permitirse una mala tarde de Griezmann. Ha tenido mérito el equipo de Simeone de haberse plantado en la recta final con opciones a dos títulos viviendo solo de Griezmann.

El subidón de Torres, fue prolongado por Correa en esa secuencia tan marca de la casa. Robó y lanzó Saúl al argentino, un polvorilla en pocos metros y un fino estilista para superar a Andrés. Para entonces también había entrado en el campo Óliver Torres, que levantó la mano con varios pases para tratar de aportar a un equipo que parece lanzado al éxito.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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