_
_
_
_
_

El Valencia arrolla al Eibar

Un triplete de Alcácer sirve para despachar a un rival falto de intensidad. Tercer triunfo consecutivo de los de Ayestarán

Alcácer celebra un gol contra el Eibar.
Alcácer celebra un gol contra el Eibar.Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Sin ataduras mentales, con seriedad y buen gusto, el Valencia despachó al Eibar sin nervio alguno en Mestalla, víctima de su falta de intensidad y del buen hacer del conjunto che que intenta terminar el curso dejando un buen sabor de boca, maquillando una temporada para olvidar. Paco Alcácer fue lo que se espera de él, un definidor puro, un delantero con mayúsculas, autor de tres goles en la primera mitad que derrotaron a un Eibar tibio y de vacaciones con la salvación lograda con antelación y de sobras, con humildad, orgullo y dignidad. Valencianista de cuna, con alegría contenida y mucha rabia celebró Alcácer su hat-trick, reflejo de la impotencia vivida por el Valencia durante el curso, en Champions, Copa y Liga, aliviado con esquivar el descenso que nadie en Mestalla se atrevía a nombrar. Con tres victorias consecutivas, Pako Ayestarán engorda el currículum para aspirar a postularse como entrenador del Valencia más allá de junio.

Liberado, sin ansiedad alguna, para el cuadro che el partido ante el Eibar servía de reivindicación individual para unos jugadores señalados por la nefasta temporada que condenaron a Nuno primero, con la animadversión de la grada, y al inexperto Gary Neville después, al que le vino grande el traje del Valencia. Llegado el verano, Lim se verá obligado a hacer limpieza en el vestuario y recomponer una plantilla que no ha dado la talla. La victoria ante el Barça en el Camp Nou sirvió de revancha al Valencia tras la humillante paliza que recibió en la Copa (7-0) y la única alegría para una afición pasional y fiel. Los valencianistas contarán con cuatro oportunidades más para maquillar el curso y hacer méritos, al igual que Ayestarán en el banquillo, para intentar continuar en el club de Mestalla a partir de julio.

Comenzó con ánimo el Valencia y pronto adquirió ventaja, tras un penalti cometido por Dani García, que arrolló a Parejo en disposición de marcar, sin discusión alguna, de los que dan gozo decretar a los árbitros, aliviado el capitán del Eibar con el condescendiente castigo de la tarjeta amarilla. La pena máxima la convirtió Paco Alcácer de segundas, tras recoger el rechace de Riesgo, que adivinó el tiro del delantero internacional que acudió presto para rectificar su error.

El Eibar, cuya temporada es para enmarcar, actuó destensado ante un Valencia más competitivo, que el conjunto armero dispuesto a disfrutar del escenario y de la agradable noche primaveral en la capital del Turia sin dejarse el alma. Facilidades para el Valencia ejemplificadas en una internada de Cancelo que llegó hasta la línea de gol sin apenas oposición, permitiendo al portugués amagar, recortar, liarse con el esférico y rectificar hasta asistir a Alcácer que no perdonó. Sin llegar a la media hora de juego la incertidumbre radicaba en el guarismo final del marcador en un partido con claro dominio che.

Y antes del descanso llegó el tercero para el Valencia, otra vez de Alcácer a centro de Rodrigo, esta vez de cabeza. Y otro de Cancelo en la segunda mitad para completar una goleada que sirve de poco, pero edulcora una temporada poco acorde con el potencial del Valencia con el cuarto presupuesto de la Liga y que concluirá el curso sin aspiraciones. Al menos sin preocupaciones, que no es poco.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_