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Pellegrini: “Mi carrera la justifica una manera de ser”

El técnico del Manchester City analiza la semifinal de la Liga de Campeones contra el equipo de Zinedine Zidane en una entrevista con EL PAÍS

Foto: atlas | Vídeo: Emma Coles

Bromea con la fotógrafa, invita a un café y sonríe. Dice Manuel Pellegrini, El Ingeniero, (Santiago de Chile, 62 años) que le mueven antes las ideas que los títulos, mientras en su despacho el soleado día de Manchester iguala el azul de sus ojos con el celeste de la camiseta del City. Está contento y se le nota. Faltan cinco dias para que el Madrid visite el Etihad Stadium y poco más de un mes para que el chileno haga las maletas y abandone la ciudad donde ha vivido los últimos tres años.

Pregunta. ¿Le dio siempre más importancia al camino que al fin, al juego antes que a los títulos?

Respuesta: Siempre, pero siempre gané, y lo hice en cuatro países: en Chile, Ecuador, en Argentina, y en Inglaterra. La capacidad de los técnicos no se mide por eso. En España no gané titulos, pero dejé otras cosas y recibí muchas. En Villareal fuimos segundos y terceros y en Málaga caímos en cuartos en Champions ¡y eso tuvo tanto mérito como un título! Si le agrego los 10 títulos de mi carrera... En España la única posibilidad de ganar uno era hacerlo con el Madrid y no pude por muchas circunstancias, pero sumé 96 puntos, cosa que no había hecho nadie. Yo no tomo un equipo para ver cuántos títulos gano, sino para mejorar lo que pasó antes y hacerlo de una manera personal, determinada.

P. ¿El Madrid le dejó una espina clavada?.

R. No, fue un lujo trabajar allí y dejé amigos, cariño... Esa historia nació torcida. Y sé que guardo el aprecio y el respeto de mucha gente con la que trabajé, y también de los hinchas que ampliamente me apoyaron siempre. Tengo buena relación con empleados y jugadores. Nunca hubo una herida abierta así que no me mueve ahora ningún ánimo de venganza. Pasaron muchas cosas, desde un buen principio, con las que no estuve de acuerdo, lo expliqué antes. En la pretemporada vendieron a Robben y a Sneijder y fueron fundamentales allí donde fueron, ganaron torneos en Múnich e Italia, y los dos jugaron la final de la Champions. No debía estar muy equivocado cuando me opuse a su marcha. Asumo los contratiempos desde mi responsabilidad. Pero del Madrid me echaron en agosto. No fue por el Alcorcón ni por nada. Pero no guardo rencor a nadie.

Un entrenador sueña con tener un equipo comprometido con la idea. Y en tenerlo sano nueve meses".

P. Si un delantero sueña con goles, un técnico, ¿con qué?

R. Con tener un equipo comprometido con la idea. Y en tenerlo sano nueve meses, cosa de la que no he disfrutado este curso.

P. ¿Por eso el año es malo?

R. No, no es malo, no puede serlo. Pese a todo, ganamos la Copa, estamos en semifinales de la Champions, y sí, regalamos la FA Cup: si seguimos hubiéramos suspendido tres partidos por incomparecencia. Y tuvimos un bajón en la Premier por un caída ambiental de club, que pareció haber terminado una temporada y empezar otra antes de tiempo.

P. ¿Usted dijo que el fichaje de Guardiola le costó la Premier?

R. No, nos complicó ambientalmente por lo inusual, porque no es normal que suceda. Parecía que se hubiera terminado el curso prematuramente. Cuando lo asimilamos, volvimos a competir.

P. ¿Se sintió traicionado por el club, por el colega?

R. No, por nadie. Siempre supe que mi contrato era de tres años y desde el principio supe que el City quería trabajar con Guardiola algún día. Han pasado tres años y van a trabajar con él. Por el colega, en absoluto, no me puedo referir a nadie con esos términos. Cada uno actúa de la manera más correcta. No tengo ningún resentimiento hacia Pep. Y Tengo muy buena relación con Txiki y con Soriano, de buena amistad. Me llevo muchas cosas de mi paso por el City y esa oportunidad me la dieron ellos. Siempre trabajamos a gusto, Se escuchó mucho mi manera de pensar y se tuvo una creencia en mi. Trabajé a gusto con ellos.

P. ¿Qué le deja a Guardiola?

La imagen del City está muy mal vendida, sólo se ha hablado del dinero y hay mucho más"
El  Real Madrid es Cristiano. Los últimos seis años, no se entienden sin él; es el jugador emblema".

R. No estoy pensando en eso, pienso en ganar la Champions, en disfrutar lo que me queda de un equipo con el que he ganado la Liga siendo el equipo más goleador de la historia de Inglaterra, siendo el único técnico no europeo que la ganó el primer año, habiendo pasado por vez primera la fase de grupos de la Champions, habiendo pasado de octavos, que nunca ocurrió, y alcanzado la semifinal, cosa que nunca se hizo.Cuando yo llegué aquí no habían ganado nunca un partido de la Champions y estamos en semifinales. en algo mejoramos.

P. ¿Le quita el sueño el Real Madrid?

R. No, me motiva jugar contra ellos.

P. ¿Prefería evitar al Bayern?

R. No, pero deportivamente prefería jugar contra el Real Madrid, porque permite jugar más y se ofrece, es letal por vocación y algo vulnerable, en consecuencia. Pero muy competitivo, no muy cercano al espectáculo, y de una efectividad notable.

P. ¿Si paran a Cristiano, paran al Madrid?

R. El Madrid es Cristiano durante los últimos seis años, no se entiende sin él. Yo tuve la mala fortuna de no contar con él durante mes y medio. Es un gran profesional que siempre marca diferencias. El Madrid parte de él y no tiene comparación sin él. No tiene punto de comparación con ningún otro futbolista de la plantilla. Tienen a grandes jugadores, a Isco, Benzema, Bale, Sergio Ramos, que ha reflejado lo que es por carácter y por futbolista y al que guardo un gran cariño. Son una plantilla enorme y le tienen a él.

P. ¿Qué tiene de especial?

R. Es un enorme profesional, el primero que llega, el último que se va. Tiene un promedio de goles en seis años que no tuvo nadie y no volverá a tener nadie. Es un jugador emblema y todo gira en torno a él.

P. ¿Por qué cae tan mal a una parte del aficionado?

R. Porque como todos, tiene defectos. Refleja una imagen exterior que no gusta. Pero eso no disminuye lo que ha hecho. Yo juzgo su rendimiento y es extraordinario. Él marca la diferencia, algo que se puede hacer una o dos temporadas pero que él lleva haciendo durante seis años. Es un supercrack. Está dos peldaños por encima del resto, como Messi.

P. ¿Leo es su problema?

R. No creo que sea su problema, igual es su solución, por lo que le ha exigido. Especialmente para las instituciones y para la afición, ha sido buena la competencia. Igual sin ella se hubieran dejado ir un poco los dos. Es una competencia alimentada por la parte mediática pero también desde sí mismo.

P. ¿Y qué tiene el City para hacerle frente?

R. Una muy buena plantilla un equipo que ha logrado dos ligas, y dos subcampeonatos, un grupo que ha ayudado a crecer a una club que se ha hecho grande.

P. ¿El City tiene más fútbol que dinero?

R. Tiene las dos cosas como todas las instituciones importantes. El Liverpool, el Tottenham, el Chelsea, el United, el PSG o el Bayern tienen dinero. El Barcelona, que ha invertido 200 millones en Neymar y Suárez, habiendo tenido a la mejor generación de su historia, la de Messi, Iniesta, Piqué, o Xavi ¿no gastó?

P. ¿Tiene la sensación de que la historia reciente del City se ha vendido muy mal?

R. Sí, la imagen de club está muy mal vendida, solo se ha hablado del dinero y hay mucho más. Pasó de ser un equipo que no peleaba por nada a pelear con todo. Y no hay idea que se compre y se gestione desde el dinero en el fútbol. Al menos desde que estoy yo lo conseguimos de una manera determinada, con un estilo, una idea atractiva para el aficionado. Lo dicen los goles y lo dice la cantidad de puntos. Todo se ha relacionado con el dinero porque en poco tiempo ha tratado de igualar la plantilla que otros hicieron antes gastando mucho. Nosotros hemos hecho un trabajo interno muy importante que tiene que ver con el fútbol y no se explicó bien. Sabemos que falta tiempo para ser un grande entre los grandes, porque otros nos llevan ventaja. Pero compara con el Madrid: gastó 100 en Cristiano y 100 más en Bale. Es imposible que un grande no gaste dinero para ser el mejor del mundo.

P. ¿Usted se supo vender alguna vez?

R. Yo no me vendo. Voy a lo que me interesa por convencimientos. Me saca risa cuando me buscan una afrenta y me dicen que Mourinho no iría al Málaga al dejar el Madrid. Yo sí, fui a Málaga porque me dio la gana. Pude ir a otros lugares pero elegí mi proyecto. Y no me equivoque. Si analizo mi carrera no hubiera hecho nada distinto. En condiciones más difíciles, no afrontaría un desafío más importante, no cambiaría nada de mi carrera. Tengo una carrera, la que tengo, y se justifica en una manera de ser. Estoy orgulloso de ella.

P. Parece orgulloso de que le comparen con Mourinho y no encuentren parecidos. ¿Es así?

R. No, no le hace mi enemigo pensar distinto. Pero nos parecemos poco en la manera de valorar. Hay distintas formas de llevar esta vida y esta profesión, y eso nos separa. Mis convicciones y mi manera de pensar son distintas y se apoyan en el convencimiento del conocimiento a través de la experiencia, que valorizo mucho, y no se basan en la testarudez.

“No se te olvide que volverás a perder”

L.M.

“Me llaman ingeniero porque estudié ingeniería mientras jugaba. Y no sin esfuerzo”. Entonces, compartía el volante de su seiscientos familiar con cinco hermanos y vestuario con tipo que, en algunos casos, apenas sabían ni leer, pero que le pegaban al balón mejor que él, bastante mejor que él. Cuando iba a terminar la carrera deportiva, dispuesto ya a ejercer la profesión aprendida en las aulas, con empresa constructora legalmente constituida con la que hoy es su esposa Fernando Riera, el que era su entrenador, le empujó al banquillo. “Algo me vio”, recuerda ahora, cuando sentado en su despacho en la ciudad deportiva del Manchester City preguntas quién fue su maestro. “Fernando Riera”, responde tajante. “Y no me arrepiento de haberle hecho caso. El ya era un entrenador de gran experiencia. Había entrenado en Europa, fue tercero en el Mundial del 62, y trabajó con Eusebio, en el Benfica, que siempre dijo que él había sido el mejor entrenador que tuvo en su carrera. El me empujó. No sé, supongo que algo vio”.

Reconoce lo mucho que aprendió de Riera, por ejemplo, “a diferenciar la autoridad que da el cargo en base al convencimiento de la opresión y el miedo. Yo soy entrenador por él. Me exigía leer, me rayaba artículos y después me preguntaba a ver si los había leído”. Y explica: “Cuando estaba en Argentina, me llamaba todos los lunes: “Discúlpame pero que sepas: Todo esto le pasó al equipo” Y me narraba todo lo que habíamos hecho mal. Y lo malo es que yo lo apuntaba, lo apuntaba”. Riera le dejó una frase para toda la vida: “No se te olvide que vas a volver a perder. Cuando ganes, no se te olvide nunca que volverás a perder”.

“A la pelota hay que hacerle cariño” dijo un día Riera. Nació en Santiago de Chile y allí murió a los 90 años, después de jugar como delantero en equipos de su país, en Venezuela y en Francia, siendo el primer chileno que jugó en Europa. Pero su mejor legado quedó en los banquillos, donde ejerció durante 35 años en Portugal, Chile, Uruguay, Argentina, México y España, durante dos temporadas, primero en el Español (1969-70) y después en el Deportivo de La Coruña /1973-74). Arturo Salah, su gran discípulo junto a Pellegrini, escribió de Fernando Riera: “Protegió la profesión. Era el respeto por el fútbol. Su guerra fue contra las estructuras, por las mejores condiciones de trabajo”.

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