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JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La elección perfecta

El tenista balear es merecedor de tal honor porque nos enorgullece a todos los españoles

Nadal, tras ganar el Godó.
Nadal, tras ganar el Godó.Alex Caparros (Getty Images)

En primer lugar, quiero agradecer todos los apoyos recibidos y el reconocimiento que durante estos días he tenido por parte de aquellos que han pensando en mí como candidato para abanderar al equipo español en los próximos Juegos Olímpicos a celebrar en Río de Janeiro.

Para mí ya es un orgullo todo este recorrido y sentirme un privilegiado por tener la posibilidad de participar en mis séptimos Juegos Olímpicos, de forma ininterrumpida desde Barcelona 92 y en todas las citas internacionales atléticas que se han celebrado, ya sean Juegos o Mundiales. Y me considero un privilegiado porque es el sentimiento que se percibe cuando se consigue convertir una pasión en una profesión a pesar de las renuncias que en ocasiones me ha implicado.

Podría contar infinidad de gestos ejemplares de Rafa Nadal

Si bien no es menos cierto que todo este camino recorrido no habría sido posible sin el apoyo de muchos, entre ellos las instituciones que cuando empujan todas juntas convierten a este país en imparable y envidia de muchos otros. Las intervenciones quirúrgicas de mis maltrechas caderas has sido realizadas por especialistas que son referencia para los mejores hospitales del mundo. Sirva como ejemplo.

Y esta introducción biográfica es para mostrar que me siento orgulloso de ser español y es lo que me lleva a afirmar que Rafael Nadal es un claro merecedor del honor de ser el abanderado en los próximos Juegos Olímpicos porque nos enorgullece a todos los españoles.

Para expresar lo que supone Rafa Nadal, no tan solo como deportista sino como persona ejemplar, basta repasar su trayectoria. Empieza con un chico al que le gustaba jugar al fútbol por la banda izquierda (y muy bien por cierto) en el equipo de su pueblo natal, Manacor, pero que tenía un talento especial para jugar al tenis. El resto de la historia muchos la conocen porque ese talento se fortaleció a base de trabajo y esfuerzo bajo la supervisión de su tío y entrenador, para crear un tándem que los ha llevado a conquistar infinidad de títulos, caracterizados por esos partidos interminables donde nunca se rendía o daba una bola por perdida.

Creo que por ello tantos y tantos españoles nos sentimos identificados con Rafa Nadal y no sorprende que sean multitud los que quieren acudir a ver un partido del manacorense, aunque sea una primera ronda eliminatoria de cualquier torneo, tal es la pasión que arrastra, ya no solo entre los aficionados al tenis sino en el deporte en general. De esa pasión que genera Rafa Nadal fui testigo cercano en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008, donde fue campeón olímpico.

Durante esos días pude comprobar con qué paciencia atendía a todos aquellos que le requerían para fotografiarse o firmar autógrafos antes de desayunar pudiendo transcurrir más de media hora hasta poder sentarse a la mesa para comerse los cereales. Aquella conducta me pareció ejemplar porque además no es frecuente entre las estrellas del deporte.

Podría contar infinidad de gestos ejemplares de Rafa. Todos los españoles podríamos hacerlo. Nadal nos es tan familiar que todos nos referimos a él por su nombre de pila. Su carrera ha sido objeto de estudio en clases magistrales de liderazgo en escuelas de negocios tan prestigiosas como el IESE y sus declaraciones siempre destilan respeto.

Por todo ello, por estos y por otros muchísimos ejemplos, creo merecidísma la elección adoptada por el Comite Olímpico Español (COE) de que sea él quien encabece la delegación española el próximo 5 de agosto durante la inaguración de los Juegos Olímpicos y millones de personas en todo el mundo puedan identificar nuestro país con una persona ejemplar en todos los aspectos mientras el realizador le dedica un primer plano.

Chuso García Bragado ha sido olímpico en seis ocasiones y lo volverá a ser en Río 2016. Campeón del mundo de 50 km. marcha en 1993.

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