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La dinamita del Bayern para derribar el muro del Atlético

Los goles y la anarquia de Müller que irrita a Guardiola, la dieta inversa de Lewandowski y el desborde de Douglas Costa, Ribéry y Coman

Ladislao J. Moñino
Müller trata de zafarse de Savic en el partido de ida.
Müller trata de zafarse de Savic en el partido de ida. Sergio Perez (REUTERS)

En el partido de ida, el Bayern sometió en el segundo tiempo al Atlético a un acoso importante. Mejoró su circulación de balón y piso mucho el área de Oblak, aunque más allá del disparo de Alaba al larguero, un cabezazo de Javi Martínez a la salida de un córner y un disparo de Vidal en el descuento desde fuera del área no generó ocasiones claras. El sistema defensivo del Atlético sufrió, pero salió indemne. La mejora en el juego del centro del campo del Bayern no fue suficiente y hoy sus delanteros, plagados de matices y diversas condiciones técnicas y físicas, tienen una cuenta pendiente. 

Müller: la anarquía del gol

Guardiola sentó en el Calderón al símbolo del Bayern y del fútbol alemán y las críticas por esta decisión aún perduran a unas horas del trascendental partido de esta noche. Su técnico considera que es demasiado anárquico y que no respeta como quisiera los cánones del juego que él marca. Larguirucho de patas de alambre, su gran virtud es la de estar siempre en el momento justo y en el lugar adecuado en muchas jugadas de gol. Tiene algo de Raúl en ese oportunismo que tiene que ver con la inteligencia para leer los ataques. Lleva ocho goles en esta edición de la Champions. No tiene ni mucho regate ni tampoco es un portento en velocidad, pero a su aire y por intuición ataca bien los espacios. En su país le adoran los aficionados y entre la prensa tiene fama de ser un jugador con un discurso alejado de los tópicos. Tras su suplencia en Madrid dijo que debía aprender a convivir con decisiones que le cuesta entender.

Lewandowski: el goleador de la dieta inversa

El goleador del equipo. En un principio tuvo problemas similares a los de Müller en adaptación al juego de Guardiola. En la primera temporada del técnico le costó ganarse el puesto porque su plan era jugar con un falso nueve que podría ser Götze y porque su porcentaje de aciertos no se correspondía con el volumen de oportunidades que tenía algo similar a lo que también le sucedía Müller. Una mejor puntería y su culto al cuerpo guiado por su mujer, exkarateka y su nutricionista, terminaron por consolidarle como el nueve del equipo a ojos de Guardiola. Lewandowski ha dado fama a su dieta que consiste en empezar las comidas por el postre para eliminar mejor los azúcares y terminar por el aperitivo. "Es uno de los jugadores más profesionales que he conocido. Piensa las 24 horas del día en el fútbol. Come, duerme y entrena para su profesión. Siempre está disponible, nunca se lesiona, porque está centrado en la importancia de comer y dormir bien para estar en buena forma”, le ensalzó recientemente Guardiola. Buen cabeceador y frío para definir, acompaña bien los contragolpes. Sufre más en el juego estático.

Douglas Costa: truenos en la banda

“Es una revelación para todos, lo que nos está dando es increíble. Tiene mucha capacidad de desborde y cuando está bien es imparable”, le define Xabi Alonso. Ese “cuando está bien” es importante porque su rendimiento ha bajado en la segunda parte del curso. Empezó como un trueno la temporada y Guardiola trató de aprovecharlo a pierna cambiada por la derecha para que participara más en el juego interior buscando el gol y filtrando pases. Cuestionado ayer el técnico por su momento de forma, no dudó en defenderle: “Estamos donde estamos es gracias a él y su aportación. En la primera parte de la temporada fue fundamental. Muchos de los goles de Muller y Lewandowski son gracias a él. Solo tiene que crecer a nivel de fortaleza mental. Tenemos mucha fe en él”. Guardiola lo fichó tras echarle el ojo en el Shakhtar.

Ribéry y Coman: maesto y alumno del desborde

Ribéry puede ser la gran sorpresa en el once de Guardiola pese a sus dolores de espalda. La madurez le ha dado pausa para frenar o correr según convenga. Muy peligroso en las diagonales y buscando el perfil exterior. “Le gustan los grandes partidos y se crece en ellos”, asegura Xabi Alonso. Si Lewandowski tiene fama en el vestuario del Bayern de ser un lobo solitario que llega, entrena y se va, Ribéry es el alma de la caseta con sus bromas de crío de 14 años.

Ha ejercido de padrino del joven Coman, cedido por la Juve. Si Ribéry es todo temple, Coman es una fuerza de la naturaleza en plena aceleración. Aun le falta algo de pausa para elegir bien, pero inspirado y en velocidad hace mucho daño.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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