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Red Bull cambia sus cromos

Verstappen, compañero de Sainz en Toro Rosso, sustituirá a Kvyat en Red Bull a partir del Gran Premio de España

Oriol Puigdemont
Max Verstappen junto a Helmut Marko, ejecutivo de Toro Rosso.
Max Verstappen junto a Helmut Marko, ejecutivo de Toro Rosso.Clive Mason (Getty Images)

Red Bull maneja a sus pilotos como marionetas, hace con ellos lo que quiere, y la última muestra de ello es lo que ocurrirá en el Mundial de Fórmula 1 a partir de la próxima carrera, que no es otra que el Gran Premio de España, programada para el día 15 de este mes. En Montmeló, Max Verstappen, hasta ahora compañero de Carlos Sainz en Toro Rosso, sustituirá en Red Bull al ruso Daniil Kvyat, que pasará a conducir el monoplaza del holandés y a compartir taller con el español. Este cambio de cromos entre las dos estructuras que cuelgan de la compañía energética no es más que la consecuencia del cabreo de Helmut Marko, uno de los individuos con más poder en la división de F-1 de la marca e impulsor de su Júnior Team, el programa de jóvenes pilotos. Para el ejecutivo austríaco, el papel de Kvyat en los primeros compases del pasado Gran Premio de Rusia –dejó fuera de combate a Sebastian Vettel en dos curvas y condicionó su carrera y la de Ricciardo– fue lamentable, suficientemente grave como para ‘degradarle’.

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“Es una pena porque no solo arruinó la carrera de Vettel, sino también la de Ricciardo y la suya, porque se vio obligado a hacer una parada extra. Fue un día desastroso para Red Bull”, dijo Marko nada más terminar aquel gran premio. “Será mejor que nos calmemos todos y que a lo largo de la semana hablemos de lo ocurrido”, añadió el expiloto. Las justificaciones de Kvyat no debieron convencer demasiado. El ruso, que solo tiene 22 años, dará un paso atrás para volver a meterse en el coche con el que ya disputó el Mundial de 2014.

“Max ha demostrado ser un gran talento. Sus actuaciones en Toro Rosso han sido impresionantes hasta ahora, y estamos muy contentos de darle la oportunidad de correr para Red Bull”, anunciaba este jueves Christian Horner, el director de Red Bull, a la vez que argumentaba la decisión. “Tenemos cuatro pilotos con un contrato a largo plazo, así que tenemos la flexibilidad de moverlos entre los equipos”, añadía Horner.

Al margen del incidente en Sochi, la lógica lleva a pensar que existen otros elementos que han llevado a la cúpula de Red Bull a optar por ese camino. Uno de estos factores es, sin duda, las ganas que tiene Marko de ver cómo se las apaña Verstappen al volante de un monoplaza que teóricamente es más competitivo que el que ha llevado hasta ahora. El contrato del joven talento, de 19 años, expira a final de 2017, y disponer de un Red Bull parece un buen motivo para ni siquiera pararse a escuchar otras posibles ofertas que le puedan llegar.

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