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Hugo Sánchez y su pasado americanista

Este domingo se enfrentan Pumas y América, dos equipos en los que jugó el pentapichichi; sin embargo, su transformación a americanista no fue lo que esperaba.

Diego Mancera
Hugo Sánchez justo después de dar una patada al balón, durante un partido.
Hugo Sánchez justo después de dar una patada al balón, durante un partido.Chema Conesa

La identidad de Hugo Sánchez se forjó con los colores auriazules de los Pumas de la UNAM. Desde adolescente combinó la carrera universitaria de odontología con el fútbol y se convirtió en uno de los mejores jugadores del club en toda su historia con dos títulos de liga y 104 anotaciones; sin embargo, después de su ciclo en el Real Madrid fue fichado por el América en 1992, principal rival de los felinos y este domingo (12.00 horas, tiempo local) juegan la última jornada de la liga de México.

En la temporada 1992-1993, Hugo regresó al fútbol mexicano. De acuerdo con el historiador del fútbol mexicano Carlos Calderón, el delantero quería volver a vestir la playera de los Pumas; no obstante, el club prefirió formar jugadores jóvenes, en vez de contratar a Sánchez con 34 años. El América aprovechó el rechazo y Hugo mutó a águila. Su paso fue discreto con sólo 11 goles en 29 partidos de liga, así superó su última e intermitente temporada con el Real Madrid de sólo tres anotaciones.

Con América no ganó el título de liga, a pesar de jugar las semifinales contra Monterrey; sin embargo, a nivel internacional, el pentapichichi marcó siete veces, el más importante fue en la final por la copa de la Concacaf contra el Alajuelense de Costa Rica, en febrero de 1992. El gol le valió el único título como americanista. Pero el talante de Hugo Sánchez le impidió ampliar su palmarés en la institución tras las reñir con su compañeros, entre ellos Bernardo Fernández, a quien le pidió que levantara la mirada al momento de centrar el balón.

Al siguiente año, ambos salieron del club: el brasileño a Vasco de Gama y Hugo al Rayo Vallecano. Sin embargo, Carlos Calderón asegura en su libro Hugo que el mexicano no se fue sin antes orientar y dar consejos a los jóvenes del club: Germán Villa, quien jugó en el Espanyol de Marcelo Bielsa (1998-1999) y Cuauhtémoc Blanco, exjugador del Real Valladolid (2000-2002).

A pesar de jugar con el principal rival, los hinchas de Pumas omitieron esa temporada y, en 2004, Hugo supo pedir perdón. En el 2000 inició su carrera como entrenador y el equipo auriazul llegó a un par de semifinales. Cuatro años más tarde logró que sus pupilos se convirtieran en bicampeones de liga, los dirigió en su primera Copa Libertadores y, también, fue el líder moral para conseguir el Trofeo Santiago Bernabéu, en una tarde de ensueño para el equipo mexicano. Ahora, desde Madrid, los apoya a la distancia. Una fidelidad interrumpida por el deseo de volver a jugar en su tierra.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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