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El Levante descabalga al Atlético

Los rojiblancos desperdician la ventaja de 0-1 a los dos minutos de partido y se despiden de la pelea por el título ante un equipo ya descendido

Ladislao J. Moñino
Morales y Rossi se abrazan ante Oblak.
Morales y Rossi se abrazan ante Oblak.BIEL ALINO (AFP)

El Atlético se dejó la Liga en el Ciutat de Valencia, descabalgado por el Levante, un equipo que ya estaba descendido. De nuevo el conjunto granota se cruzó en el camino rojiblanco en su pelea por el título. Si hace dos temporadas le dificultó la conquista de la Liga con su victoria, esta vez le sacó de carril por completo. La derrota deja ya al equipo de Simeone sin posibilidades aritméticas de llevarse el campeonato. El empate aún le hubiera mantenido en la lucha, pero fue ajusticiado por una contra letal cuando buscaba desesperadamente el tanto que le permitiera llegar al Calderón con los mismos puntos que el Barcelona. Un partido que empezó con la algarabía del tempranero gol de Torres acabó en drama y en desazón. No gestionó bien esa ventaja inicial y se le fue la Liga cuando aspiraba a poder conquistarla en la última jornada. Recordarán sus aficionados tres partidos este curso en los que se puso por delante y que han podido costarle el título. Riazor (1-1), El Molinón (2-1) y el Ciutat de Valencia están marcados en negro en el devenir del equipo en esta campaña.

Al Atlético le duró seis minutos la condición de líder. La adquirió en el minuto dos, cundo Koke se arrastró para profundizar un balón recién robado. El oportuno arrastre del volante fue a parar a las botas de Torres, perfecto en la lectura del pase y en la definición. Otra picadita para su colección ante la salida de Mariño. Otra secuencia robo-pase-gol de los de Simeone. Otro lazo más en la sociedad Koke-Torres que le ha permitido a los rojiblancos estar en la pomada del campeonato en este duro y vibrante esprint final.

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El tanto correspondió al inicio chisposo del Atlético, que bajó revoluciones casi al mismo tiempo que Messi devolvía el liderato al Barça. Se replegó y se entregó al contragolpe, liderados con más intención que acierto por Torres y Correa. El argentino salió de inicio y estuvo más revoltoso que efectivo. A veces no encontró más que la compañía de Torres para tratar de llevar a buen puerto sus incursiones.

Creció el Levante a partir de unos cuantos saques de esquina y se adueñó del partido abrochado en el poderío físico de Lerma, el toque de Verza, la profundidad de Pedro López y la movilidad de Cuero y de Víctor de Casadesús. Fue Cuero el que más problemas le causó a la zaga del Atlético. Pareció tomarse el partido como un escaparate y empezó a percutir por Savic y Giménez. A esa zona le llegó el balón tras una mala salida a la contra del Atlético. Ganó el colombiano la línea de fondo por velocidad y su centro templado lo reventó de cabeza Casadesús en la escuadra de Oblak. El empate castigó esa desconexión fatal del Atlético.

Quiso meterse el equipo de Simeone de nuevo en el partido recuperado el partido. Pero ahí le emergió una pájara creativa, quizá por falta de frescura de piernas por la batalla de Múnich. La soledad de Torres y Corres en ataque se hizo más latente. La llegada de los centrocampistas del Atlético era tardía y previsible. Sin sorpresa, sin inventiva en los metros finales se fue el aspirante al descanso.

Carga insulsa

Necesitado de la victoria que le permitiera mantenerse a la altura del Barcelona en la tabla, Simeone metió a Carrasco y a Griezmann por Augusto y Correa. Se volcó el Atlético sobre el campo de su rival y se expuso a las galopadas del larguirucho Morales, que no había apenas su zancada en la primera mitad. La carga del Atlético fue insulsa durante muchos minutos. Un cabezazo de Saúl y otro de Giménez a la salida de un córner fueron sus mayores amenazas hasta que Carrasco robó una pelota y dejó mano a mano a Griezmann con Mariño. El meta metió la manopla ya vencido para despejar el remate del francés. Ahí tuvo el Atlético poder seguir peleando la Liga.

El Levante siguió a lo suyo. Peleando cada balón y defendiendo su orgullo unos jugadores que ya se sabían en Segunda División. Morales tuvo el 2-1 en un intento de vaselina de cabeza que se le fue por encima del larguero. Casadesús, que guarda el oficio del delantero de Primera que ha sido durante toda su carrera puso en aprietos a la defensa rojiblanca con una buena colada que murió en una falta al borde del área.

Cada vez más expuesto, pese a la entrada de Thomas, porque el tiempo corría el Atlético se fue arriba ya sin preocuparse de lo que dejaba atrás. El paisaje ideal para Morales, que condujo una contra por la derecha para terminar por descabalgar al Atlético de esta Liga con el pase a Rossi que firmó el fin de las aspiraciones rojiblancas.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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