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La violencia en Tamaulipas se traslada al fútbol

Tras la derrota de la Jaiba Brava en la final por al ascenso a segunda división, los hinchas desataron la violencia

Diego Mancera

La violencia Tamaulipas, en el norte de México, no se detiene y ahora ha permeado en el fútbol. Los locales, Tampico Madero, perdieron la final para adherirse a la segunda división mexicana ante el representativo de la Universidad Autónoma del Estado de México, lo que desató una serie de peleas entre los asistentes que se arrojaron botellas de vidrio, extintores, cohetes, y hasta los asientos.

La seguridad en el estadio se vio desbordada y los aficionados, entre ellos familias, tuvieron que resguardarse en la cancha. El festejo del equipo visitante se suspendió y salieron del estadio escoltados por la policía. Algunos aficionados intentaron robarse al trofeo de campeón. En el enfrentamiento intervino la policía antimotines de Fueza Tamaulipas y la Gendarmería para intentar restablecer el orden en un recinto para más de 25.000 asistentes.

Roberto Chávez Ortega, director de Protección Civil del municipio de Madero, señaló que hubo un saldo de 32 heridos, nueve detenidos y 12 automóviles dañados. Chávez aseguró que lo sucedido en el estadio de Tamaulipas se hubiera evitado si la directiva del club restringiera el acceso a botellas de vidrio, pólvora y banderines a la principal barra, Los Terroraizer. "Vamos a hacer un estudio en conjunto con el equipo y la Federación Mexicana de Fútbol para mejorar las condiciones de seguridad. Esta vez nos vimos superados", dijo el funcionario.

Tamaulipas no ha tenido fútbol de primera división desde la década de los 90, pero ha estado inmerso en la violencia provocada por las guerras internas entre dos organizaciones criminales: el Cártel del Golfo y Los Zetas. La entidad destaca en la lista de secuestros con 5,9 por cada 100.000 habitantes. 

No obstante, hace tan sólo un mes Alejandro Irarragorri, propietario del Grupo Orlegi y del Santos Laguna de la primera división, había anunciado su alianza económica con la Jaiba Brava (mote del equipo tamaulipeco) de Javier San Román, también dueño de los Alebrijes de Oaxaca de segunda división. Destacó su intención de llevar al equipo a la segunda división el próximo torneo del fútbol mexicano, “ya sea por lo deportivo o con la compra de una franquicia. Será un proyecto ambicioso”. Sin embargo, ninguno de los directivos se ha expresado sobre lo sucedido la tarde del pasado domingo.

En enero pasado sucedió algo similar en un partido de la segunda división entre San Luis y Necaxa, en el que se enfrentaron a golpes las porras de ambos equipos. En esa ocasión la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Fútbol vetó el estadio por dos partidos y una multa de 210.000 pesos (11.500 dólares). Hasta el momento la FMF no ha anunciado un castigo ni  ha mostrado su postura. 

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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