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Oklahoma deja a los Warriors al borde del abismo

Westbrook, con un triple doble, lidera el festival de los Thunder (118-94) y el 1-3 en la final del Oeste

Robert Álvarez
Westbrook celebra un triple, con Livingston al fondo.
Westbrook celebra un triple, con Livingston al fondo.Sue Ogrocki (AP)

Golden State Warriors, el campeón, el equipo que dominó como nunca en la historia de la fase regular con 73 victorias y el favorito de partida para repetir el anillo, está a un paso de la despedida y el cierre. Oklahoma Thunder, pletórico, les arrolló (118-94). El 1-3 en la final del Oeste, deja a Golden State en la lona y concede a Oklahoma hasta tres oportunidades para rematar la serie.

OKLAHOMA, 118; GOLDEN STATE, 94

Oklahoma Thunder: Westbrook (36), Roberson (17), Kevin Durant (26), Ibaka (17), Adams (11) –equipo inicial-; Waiters (10), Foye (0), Kanter (1), Morrow (0), Singler (0), Payne (0) y Mohammed (0).

Golden State Warriors: Curry (19), Klay Thompson (26), Barnes (11), Draymond Green (6), Bogut (6), -equipo inicial-; Iguodala (8), Livingston (4), Ezeli (8), Speights (5), Clark (0), Varejao (0), Barbosa (1) y Rush (0).

Parciales: 30-26, 42-27, 22-29 y 24-12.

Chesapeake Energy Arena de Oklahoma City. 18.203 espectadores.

Final del Este

Cleveland, 99; Toronto, 105 (2-2)

Quinto partido: Jueves 26 (2.30)

Final del Oeste

Golden State, 94; Oklahoma, 118 (1-3)

Quinto partido: Viernes 27 (3.00)

La paliza fue tremebunda, dirigida por un Westbrook demoledor, inalcanzable para una versión encogida y pocas veces vista de Stephen Curry. Ni siquiera los 19 puntos de Klay Thompson en el tercer cuarto sirvieron para suavizar el castigo de los Warriors, que perdieron por primera vez dos partidos seguidos esta temporada.

Westbrook logró un fantástico triple doble, con 36 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Pero el triunfo de los Thunder tuvo muchos protagonistas. Kevin Durant, pese a sus discretos porcentajes, no dejó de sumar 26 puntos y 11 rebotes. Y hubo más. Ibaka estuvo fantástico, especialmente en el primer tiempo. Concluyó con 17 puntos y 7 rebotes. No importó demasiado que Waiters fuera el único de los suplentes de los Thunder que aportó una mínima anotación.

Fe en Roberson

Curry, resignado, en el banquillo.
Curry, resignado, en el banquillo.LARRY W. SMITH (EFE)

Roberson encarnó la perseverancia y el convencimiento de los Thunder en sus armas. Los Warriors le hicieron faltas de manera intencionada, un hack-a-Roberson, para explotar sus malos porcentajes desde la línea de tiros libres. Solo metió dos de los ocho que lanzó. Pero Billy Donovan, su entrenador lo mantuvo en la pista y Roberson redondeó una gran actuación con 17 puntos, 12 rebotes y 5 robos de balón.

La otra cara de la moneda la protagonizaron los Warriors. Curry mantuvo unos mínimos en ataque en el primer tiempo, en el que Green y Klay Thompson no dieron una a derechas. La erupción de Klay Thompson en el tercer cuarto, con tres triples seguidos y 19 puntos en ese periodo que ayudaron a estrechar a seis puntos (80-74) una diferencia que ya había llegado hasta los 20 puntos (66-46), no sirvió de mucho. Curry se apagó definitivamente en un segundo tiempo en el que solo anotó cuatro puntos, para cerrar con 19 y un 6 de 20 en tiros de campo, además de 6 balones perdidos.

Las patadas de Green

Lo de Green fue todavía peor: 6 puntos con un 1 de 7 en tiros de campo y también 6 pérdidas. Y para colmo, Green le propinó una patada a Kanter que pasó inadvertida para los árbitros. El ala-pívot de los Warriors había provocado una gran polémica porque le asestó una patada a Bogut en el tercer encuentro. La NBA, tras el partido, tipificó la falta de Green como flagrante de tipo 2 y le multó con 25.000 dólares pero no le suspendió con un partido como esperaba Oklahoma.

Los Thunder retomaron en el último tramo del partido su enorme superioridad sobre el juego, mejores en el rebote (56-40), en el balance de pérdidas y robos, que provocaron que los Warriors gozaran de nueve posesiones menos, y en los porcentajes de acierto, incluidos los tiros libres ya que hubo también un hack-a-Ezeli, que solo anotó dos tiros libres en sus ocho lanzamientos.

Tras sus dos desastres seguidos en Oklahoma, los Warriors dispondrán ahora de una ocasión para reducir su desventaja en Oakland. Pero ya no les queda ningún cartucho. No pueden permitirse otro resbalón. Los Thunder, en cambio, lo tienen todo a favor. Les basta una victoria y disponen de tres oportunidades para conseguirla. Si la obtienen, volverían a la final que ya disputaron y perdieron en 2012 ante los Miami Heat de LeBron James, que ahora, con Cleveland, continúa luchando frente a Toronto (2-2) para estar de nuevo en ella.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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