Contar bien el fútbol
Decía Stendhal que lo malo no es el amor, sino la incertidumbre, porque la incertidumbre engancha. En el fútbol sucede lo mismo: de vez en cuando el milagro acontece y le da al hincha la esperanza suficiente para aguantar hasta el próximo. De 100 partidos, en al menos uno el equipo pequeño se la liará al grande. De 50 remates imposibles, el tuercebotas ídolo de la grada acertará a colocar alguno entre los tres palos. Y en algún último minuto aparecerá un gol inesperado que alegrará la semana a la grada.
El fútbol se juega en un espacio tan amplio y con tantos actores que las posibilidades tienden al infinito. Hacer pronósticos no sirve para nada. De hecho, solo aquellos que lo entienden de verdad pueden ofrecer una perspectiva relativamente ordenada del sindiós que es el balompié. Juan Tallón, que escribe como mea, lo hace a través de varios de los elementos que lo forman en Manual de fútbol. Un libro fuera de juego (Pocket Edhasa).
La importancia de guardar las formas en las relaciones con el balón, la portería como patria de la vida, el amor de los defensas por la monotonía, los córneres lanzando el miedo al área, la grada como masa acogedora, la imposibilidad de explicar el fuera de juego o el gol como solución a todos los problemas del mundo. El fútbol bien contado, vaya.