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El refugio de Sergio Ramos

Entre caballos y a las puertas del parque de Doñana, el capitán del Real Madrid preparó la Eurocopa: “Solo ahí encuentro la paz”

Rafael Pineda

Sergio Ramos, capitán del Madrid y uno de los líderes de la selección española que afronta el reto histórico de conseguir su tercera Eurocopa consecutiva, solo abandonó su finca de La Juliana para asistir a la inauguración de las oficinas de su hermano René, agente de futbolistas, en el sevillano barrio de Nervión. Fue el pasado jueves. Acompañado de su círculo más íntimo, Sergio saludó a viejos amigos, caso de Víctor, el tinte, o Ismael, chuchi, antes de volver a su refugio, a esa finca donde el internacional ha desconectado después de levantar La Undécima al cielo de Milán. Una semana de descanso que finalizó el sábado, cuando se concentró con España.

Hace ya muchos años que Sergio no pisa la playa de Zahara de los Atunes, en Cádiz, donde encontraba la tranquilidad durante algún tiempo. “No puedo dar ni un paso por la gente. A veces resulta abrumador. Por eso encuentro mi refugio, mi santuario oculto, en mi finca. Es un lugar ideal para mí, ya que puedo pasear tranquilamente sin sentirme observado”, explica Sergio a EL PAÍS, al que atiende para abrir una ventana íntima de su vida.

En La Juliana, Bollullos de la Mitación, en la comarca del Aljarafe y cerca de unas de las entradas al Parque Natural de Doñana, Sergio Ramos ha podido disfrutar de unos días de descanso para preparar la próxima Eurocopa. Un universo especial donde, rodeado de caballos, yeguas, gallos y pavos reales, Sergio encuentra el ambiente necesario para desconectar antes de afrontar el reto de lograr la tercera Eurocopa seguida con España.

“Es el lugar donde me siento feliz. Aquí vienen mis colegas y jugamos al pádel. Pasamos el día en la piscina y desconecto. No me molesta nadie y puedo respirar. Es el mejor lugar para centrarme, disfrutar y afrontar algo tan bonito como intentar ganar la tercera Eurocopa consecutiva con España”, aclara el central de la selección, al que se le ilumina la cara hablando de la gestión de su finca y de sus amigos. Sergio muere con ellos, los de siempre, los que le conocen desde que simplemente era conocido como el hijo de la Paqui.

Un día se plantó en un España-Estados Unidos de baloncesto, en Madrid, y amenazó con marcharse si no ubicaban a sus amigos en el mismo sitio que él.

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En La Juliana, Sergio disfruta de su yeguada (SR4), que componen más de 20 ejemplares, montadas por dos sementales, Yucatán de Ramos y Silencio de Ramos, a los que tiene un especial cariño. “Mi preferido es Yucatán de Ramos, el caballo que siempre triunfa, como su dueño”, bromea el central, que adora los caballos desde pequeño, cuando cada vez que veía uno en los alrededores de su Camas natal le pedía a su padre, José María, que lo subiera un ratito en uno de ellos. En esa Camas donde se encuentra la cervecería de su amigo Cabrera. La cerveza la tira de manera ejemplar Edu. “Un fenómeno, el Cristiano de la barra”, aclara entre risas Sergio. “No puedo ir a tomar una cerveza porque se formaría un lío con la gente”, señala el capitán del Real Madrid, que forjó sus sueños en los descampados del humilde barrio del Jardín Atalaya de ese Camas tan cercano a su finca.

“Encuentro la paz y la tranquilidad con mis caballos. Me fascina criar caballos de pura raza española y pelear por su conservación. Yo soy así, me gustan el campo, los caballos, los toros… Entiendo que a otras personas les guste más viajar, recorrer mundo, no sé… Yo, cada vez que tengo dos días libres, me vengo a mi finca. A otros compañeros les gusta la playa o un viaje, pero yo solo me encuentro a gusto en el campo. Y eso que he estado en auténticos paraísos después de dar mil vueltas, pero como en el campo y con mis caballos, en ningún lado”, señala Ramos tras cumplir su undécima temporada en el Madrid.

De nuevo como en 2014, el internacional afronta un campeonato internacional con España después de haber conseguido la Liga de Campeones. Otra vez tras derrotar al Atlético de Madrid en la final. De nuevo con un gol suyo, como ocurrió en Lisboa. También con un penalti en la tanda ante Oblak que estuvo a punto de tirar a lo Panenka, como hizo en las semifinales de la Eurocopa de 2012 ante la Portugal de su compañero Cristiano Ronaldo. “Injusticia”, clamó Cristiano después de que Cesc clasificara a España para la final de Kiev frente a Italia. “No ha sido un año fácil. Estuvo la lesión en el hombro, las cosas que pasaron en el equipo… Supimos sufrir y hemos saboreado de forma estupenda esta Champions tan especial”, aclara Sergio. El único futbolista del Madrid que aplaudió a la destrozada afición del Atlético.

Mimos a Lucas Vázquez

Algunos de sus compañeros saben lo que es disfrutar de La Juliana. Sergio invitó a Modric, Keylor Navas y Lucas Vázquez. Los tres se hospedaron en la casa de invitados que el internacional tiene en su finca, que estuvo a disposición de sus compañeros y amigos. Entre barbacoa y barbacoa Modric y Sergio hablaron de su duelo en la Eurocopa. España y Croacia se medirán el martes 21 de junio en Burdeos. Sergio mantiene una gran relación con Lucas Vázquez, al que el sevillano cuida mucho.

Sergio sabe lo complicado que es hacerse respetar en el vestuario del Madrid. Cuando él llegó, con 19 años, se codeó con estrellas como Beckham, Zidane, Roberto Carlos, Robinho o Raúl, con el que mantiene una buena relación. Su compañero durante cinco temporadas que le ha hablado maravillas de su experiencia en el fútbol americano. No es descabellado que Sergio ponga fin a su carrera en los Estados Unidos. La ciudad de Miami le atrae especialmente. “Me quedan varios años en el Madrid y luego ya veremos. Ahora, solo pienso en jugar la Eurocopa”.

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