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Dempsey, goles a ritmo de rap

El delantero texano de la selección de Estados Unidos es imprescindible para Klinsmann, que desconfiaba de su regreso a la Major League Soccer tras siete años en el fútbol inglés

Dempsey celebra el gol que dio el triunfo a Estados Unidos contra Paraguay
Dempsey celebra el gol que dio el triunfo a Estados Unidos contra ParaguayMatt Rourke (AP)

En agosto de 2013, cuando tenía 30 años, Clint Dempsey decidió dejar atrás siete años en la Premier League y regresar a Estados Unidos. Nueve millones de euros ingresó el Tottenham Hotspur por su traspaso al Seattle Sounders, una ficha de ocho millones por temporada convencieron al futbolista para hacer las maletas. Jurgen Klinsmann, seleccionador del país de las barras y las estrellas, torció el gesto. “Es una buena noticia para la Mayor League Soccer (MLS), pero no para el equipo nacional porque va a ser complicado que compita al nivel que daba en Inglaterra. Por desgracia la competición americana está muy por debajo del nivel de Dempsey”, lamentó. Tres años después Klinsmann no ha tenido más remedio que desdecirse. “Era lo que pensaba entonces, pero Clint no deja de demostrar que tiene mucha hambre. Es un jugador y una persona increíble”, constató después de que Dempsey situara a su equipo en el mapa de la Copa América en la que ejercen de anfitriones. Tras caer contra Colombia en el partido inaugural, Estados Unidos rectificó ante Costa Rica y Paraguay. Dempsey abrió el marcador en la goleada (4-0) y anotó de nuevo para darle (1-0) el liderato del grupo A y propiciar un duelo en cuartos de final contra Ecuador justamente en Seattle.

Dempsey es el pistolero del equipo. Le llamaron Clint porque su padre, de origen irlandés se desvivía por las películas que protagonizaba Clint Eastwood. Las veía en Nacogdoches, la ciudad más antigua de Texas, cuna de los indios caddo. De ese mestizaje nació un goleador de raza, un llegador que se enamoró del fútbol en un inopinado entorno en el que los compañeros se mofaban de su pasión. Años después el partido en el que jugaba los octavos de final del pasado Mundial congregó ante los televisores de Estados Unidos una audiencia de 21 millones de personas, superior a la que alcanzaron la final de la NBA o las Series Mundiales de béisbol. Días después Dempsey, ya de vuelta tras caer ante Bélgica, estuvo invitado en el sacrosanto show de David Letterman.

Es el primer jugador de Estados Unidos en marcar en tres Copas del Mundo, el autor de 50 goles en 127 partidos con su selección

Los futboleros no quedaron muy satisfechos con la entrevista enfocada a anécdotas que los puristas de la pelota consideraron irrelevantes, pero Dempsey había conseguido que el soccer entrase en hogares donde nunca lo había hecho, de costa a costa. “Me enamoré del fútbol porque era un deporte que se jugaba de manera contínua, sin interrupciones”, explicó. Y trató de explicar lo que se siente al marcar un gol. “No se puede comparar a nada que hagas en otros deportes. Soy un adicto a esa sensación”, describió el primer estadounidense capaz de anotar en tres Copas del Mundo, el autor de 50 goles en 127 partidos con su selección, el único que ha disputado una final de competición europea (con el Fulham contra el Atlético en 2010). “Es un guerrero”, resume Klinsmann, que el verano pasado le retiró la capitanía del equipo tras un altercado en un partido de competición local en el que tras recibir una amonestación le quitó la libreta al árbitro y se la rompió en pedazos. Con todo jugó la Copa de Oro y acabó máximo realizador con siete goles en seis partidos, siempre con una mirada al cielo cada vez que un balón suyo besa la red, un recuerdo a una hermana fallecida con apenas 16 años cuando se orientaba a una carrera profesional en el mundo del tenis.

Nada resultó sencillo para que Dempsey emergiese, nacido en el seno de una familia numerosa sin muchos posibles que vivía en una caravana ubicada en el jardín de la casa de sus abuelos. Cuando apenas tenía once años viajaba con su madre durante tres horas ida y otras tantas de vuelta para ir a entrenar y jugar en un equipo de jóvenes promesas en Dallas. Ahora recuerda como su familia entonces nunca pudo estrenar un coche, todos eran de segunda mano. En aquellos eternos desplazamientos soñaba con un futuro en el fútbol profesional y desarrolló un sentido musical que le llevó hacia el hip hop y el rap. Con el seudónimo Deuce publicó hace dos años un disco y un sentido videoclip grabado en su ciudad natal. En él relata su historia de superación y finaliza dejando una flor sobre la sepultura de su fallecida hermana.

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