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Jon Rahm busca confirmarse en la catedral de Oakmont

El vizcaíno, aún el mejor amateur del mundo, disputa el Open de EE UU, su primer grande

Carlos Arribas
Rafa Cabrera-Bello, practicando el martes en el bunker de los bancos de iglesia.
Rafa Cabrera-Bello, practicando el martes en el bunker de los bancos de iglesia.Andrew Redington (AFP)

Oakmont, a las afueras de la deprimida Pittsburgh (Pensilvania), tiene de todo para poder ser considerada una catedral del golf: antigüedad, una atmósfera casi religiosa potenciada por la vastedad del páramo en el que se construyó y los vientos que soplan silbando sin obstáculos después de que hace 20 años se arrancara casi 7.000 árboles para devolverle su aspecto original, y un bunker gigantesco, un rectángulo de 90 metros por 40 metros atravesado a intervalos regulares por 12 traviesas coronadas de hierba que, vistas en perspectiva aparentan bancadas dispuestas geométricamente en la nave lateral de una iglesia protestante. Por eso se le llama el bunker de los bancos de iglesia y es el elemento más pintoresco del campo en el que desde el jueves hasta el domingo se disputará el Open de Estados Unidos, el segundo grande del año, el último torneo como amateur del vizcaíno Jon Rahm, la gran sensación del circuito universitario estadounidense los dos últimos años.

El obstáculo que se alinea a lo largo de las calles de los hoyos tres y cuatro es también la fotografía más difundida del recorrido considerado el más duro de Estados Unidos, pero no el espacio más temido por los jugadores, a los que entran sudores más fríos cuando piensan en el rough enrevesado hasta los tobillos alrededor de unos greens enormes y diabólicamente rápidos dispuestos en laderas que muchas veces se ofrecen al jugador con la parte más elevada al frente, al contrario de lo que se estila en el resto del mundo. Tiene también el campo el par tres más largo de la historia del Open de EE UU, el hoyo ocho, 260 metros que dependiendo del viento pueden exigir una madera tres para llegar a green, un par 5 de 600 metros (el hoyo 12) y 209 bunkers más (12 por hoyo), molestos para los jugadores y necesarios para el drenaje de un campo complicado construido en terreno arcilloso. El último ganador de un Open de EE UU en Oakmont fue el argentino Ángel Cabrera, que pudo en 2007 con Tiger Woods y terminó con +5.

El campo de Oakmont, capricho de Henry Fownes, un magnate de los altos hornos, de cuando las fundiciones de Pittsburgh creaban millonarios y no parados, que lo diseñó y construyó con dos docenas de mulas y 150 trabajadores en 1903, es el más antiguo de los de competición en Estados Unidos y el que más veces, nueve, ha acogido su Open.

Allí Jack Nicklaus comenzó su pugna con Arnold Palmer derrotándolo en el playoff del Open de EE UU de 1962. Fue la primera victoria profesional del Oso Dorado, entonces un rubio gordito de 22 años y unos horrorosos pantalones verdes al que los aficionados, ignorantes de que la rivalidad que allí comenzaba se convertiría en leyenda, abuchearon porque había acabado con el Elvis Presley del golf.

Un trío de españoles

 En Oakmont, en el campo diabólico, Jon Rahm, de 21 años, será uno de los españoles en liza junto con el canario Rafa Cabrera-Bello (32), en su segundo US Open, y con el veterano Sergio García (36, 16º Open, tercero en 2005), un trío, como un trío es de los siempre favoritos, el tejano Jordan Spieth, ganador en 2015, el australiano Jason Day, número uno del mundo, y el norirlandés Rory McIlroy.

La expectación la despierta Rahm, de Barrika, que llegó a Arizona hace cuatro años con un gran juego corto y un carácter agresivo e impaciente y sale con un gran juego largo también, dos trofeos Ben Hogan consecutivos y una paciencia de juego construida con el tiempo por su entrenador, Tim Mickelson, hermano pequeño del zurdo Phil, uno de los mejores jugadores de la década.

Después del Open de EE UU, que disputa como amateur gracias a ganar la medalla McCormack a mejor del mundo, Rahm debutará como profesional en el Congressional, en Bethesda. Será el primero de los cinco torneos de la PGA a los que ha sido invitado y en los que intentará conseguir la tarjeta del circuito.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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