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Müller juega, marca Gómez

Alemania certifica su pase a octavos ante Irlanda del Norte con una excelente actuación coral resuelta por su delantero centro

Ramon Besa
Múller ante McGovern, en el Alemania-Irlanda del Norte.
Múller ante McGovern, en el Alemania-Irlanda del Norte. John Sibley (REUTERS)

Alemania no para de dar vueltas sobre la figura del 9. Tiene una multitud de mediapuntas, futbolistas de segunda línea que se presentan fácilmente en el área contraria, llegadores de gatillo fácil, goleadores contrastados en la Bundesliga a los que se les nubla la vista en cuanto llega la Eurocopa. No hay mejor ejemplo seguramente que el de Thomas Müller, símbolo de Baviera, el jugador más emblemático ahora mismo de Alemania, seco en Francia. Alguna de las peores derrotas del Bayern Múnich de Pep Guardiola en la Liga de Campeones se han explicado en la prensa local por la ausencia en la alineación titular de la figura del campeón de la Bundesliga. Los alemanes nunca duda sobre la titularidad de Müller. La incógnita está en cuál es su sitio natural en la cancha, sobre todo si se tiene en cuenta su dispersión y también su efectividad, y por extensión si le conviene jugar con un ariete o por el contrario asume en persona la condición de falso 9. Ante Irlanda del Norte, Müller jugó con Mario Gómez y protagonizó la mayoría de jugadas de ataque de Alemania. Tuvo hasta cuatro oportunidades y remató dos veces a los postes de la meta de McGovern. El gol, sin embargo, lo metió un clásico, un delantero alemán de toda la vida, un gigante de 1,89 metros y 86 kilos que juega la Liga turca, de nombre Mario Gómez.

Al igual que Müller, y también que Mario Götze, un delantero momentáneamente perdido para la causa colectiva y personal después de su gol en la Copa del Mundo de Brasil, Gómez dispuso de más de una oportunidad para batir a Irlanda del Norte. Y no atinó en la mayoría, algunas muy francas ante el espléndido McGovern, el único que dio fe de vida en el equipo de O’Neill. Gómez fue, sin embargo, el único que en una ocasión tiró a la red, suficiente para que Alemania ganara el partido y accediera a los octavos de final como primera del grupo C de la Eurocopa.

Gómez remató de cara una asistencia que, de espaldas al marco, le dejó Müller, vértice de una de las múltiples combinaciones ofensivas del plantel de Löw. Alemania tuvo un partido muy cómodo ante el aplauso de Irlanda del Norte. Los muchachos de O’Neill ni jugaron ni pegaron ni obstaculizaron el hermoso despliegue de Alemania. No hubo más noticia de los irlandeses que los saques de esquina, una suerte fácil para el gigante Neuer, que los embolsó fácilmente, incluso después de que apareciera por la cancha el temido Lafferty.

Los irlandeses fueron simplemente los espectadores de un partido sencillo para los alemanes, superiores en las dos áreas y también en el entrejuego, especialmente aseados en su despliegue desde los laterales, Hector y Kimmich, el joven del Bayern Múnich que aprende en cada entrenamiento del excapitán Lahm. Alemania llegaba por dentro y por fuera, muy bien cosida por Kroos, mariscal de campo, y acelerada por Özil, excelente en el último pase y en las asistencias, deficitario en cambio en la pegada, como se advirtió en un mano a mano aparentemente fácil ante el omnipresente McGovern.

Monólogo alemán

La hinchada irlandesa no paraba de cantar Will Grigg's on Fire cada vez que la pelota rondaba el marco de su portero, que acabó amoratado por los remates de Alemania. Al descanso la estadística afirmaba que el equipo de Löw había disparado hasta 12 veces por una el conjunto de O’Neill. El monólogo alemán fue clamoroso —la posesión superó el 70%— y el interés del encuentro se centró exclusivamente en la cancha de Irlanda del Norte.

La presencia de Gómez, que anotó el gol 28, resultó al final determinante, más incisivo que Draxler, un jugador exquisito que no había encontrado la portería en encuentros precedentes, en la sintonía de Müller y Götze. Los cambios no alteraron tampoco el paisaje: Höwedes permitió aligerar la carga de minutos de Boateng, Schürrle resultó igual de inocuo que Götze y a Schweinsteiger le conviene sumar los minutos que por lesión no ha tenido en el Manchester United.

Aunque el guion del partido incidió en el debatido puesto del 9 e Irlanda fue más inofensiva que Polonia y Ucrania, Alemania dio la sensación de que se ponía en forma con vistas a la fase decisiva de la Eurocopa. Tiene multitud de recursos y un clásico como Gómez.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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