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Los jardines de la tele

La Liga exigirá uniformidad en los terrenos de juego y multará a los clubes por no tener el césped en las condiciones mínimas establecidas

Jordi Quixano
Cuidados al césped del Matmut Atlantique de Burdeos.
Cuidados al césped del Matmut Atlantique de Burdeos.Manu Fernandez (AP)

Didier Deschamps mascullaba y maldecía durante el partido ante Albania porque el balón parecía vivo y porque los jugadores resbalaban más de la cuenta. Resulta que el césped del Vélodrome estaba hecho una birria. “Esto pasa por hacer un concierto de AC/DC un mes antes de la Eurocopa”, se quejó amargamente al concluir el duelo. No están mucho mejor los jardines de Lille –varias selecciones han tenido que entrenarse el día antes a un encuentro en el campo anexo para no castigarlo- e incluso el del Stade de France empieza a flaquear. Esto es lo que quiere evitar la Liga durante la próxima temporada, preocupada porque a cada curso se reproducen los problemas en los terrenos de juego, con calvas y barro, malas hierbas, diferentes alturas para condicionar el juego del rival… Así, enviaron la semana pasada un dossier bajo el título Reglamento de Retransmisión Televisiva. “Sí, lo tienen todos los clubes de Primera y Segunda División”, confirma Raúl Ojeda, responsable del departamento de competiciones de la Liga; “pero para esta próxima temporada los cambios solo se aplicarán en Primera. Esperamos que en la 2017-18 también se usen en Segunda”.

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El espectáculo de la Liga no es tan magnético como puede ser el de la Premier, una competición reconocible con un único vistazo al televisor. Por ese motivo la Liga se ha impuesto dotar de una uniformidad a todos los estadios y terrenos de juego. “Competimos con ligas que tienen el producto muy trabajado y es importante mejorar la percepción audiovisual para el espectador”, cuenta Ojeda. Así, la LFP realizará durante la temporada cuatro inspecciones a todos los campos en los que exigirá unos mínimos. Las áreas a controlar y evaluar son: adecuación de la retransmisión televisiva; la correcta iluminación artificial e instalación eléctrica; analogía en la publicidad dentro del estadio (que en todas partes haya los mismos espacios publicitarios); y el césped a excepción que se den una condiciones climáticas extremas. “Se trata de que haya la máxima igualdad posible en todos los estadios”, conviene Ojeda.

Por primera vez, la Liga establecerá un protocolo para que los céspedes de los estadios tengan los mismos valores de altura, dureza, agarre...

Por un lado, la auditoría del césped correrá a cargo de la Asociación Española de Greenkepers, con quien la Liga tiene un convenio firmado para los próximos años. El acuerdo contempla que hagan dos valoraciones durante la temporada (una al inicio de la segunda vuelta y otra al final del curso) y las pruebas se harán al menos en las esquinas de las dos áreas grandes y también en el semicírculo central. “Seguramente también se hará una a principio del curso”, añade Ojeda. Aunque antes de cada encuentro, el director de partido de la Liga también pasará un test exhaustivo. Hay diferentes apartados a revisar: la dureza del terreno –se realizarán al menos 15 mediciones-; la cobertura (no puede haber calvas ni malas hierbas); la uniformidad (el mismo color todo y textura en todo el césped); la altura (debe ser de entre 20 a 30 milímetros en todas partes); la tracción rotacional, que hace referencia a la resistencia del césped y su agarre, lo que ayuda a prevenir lesiones; y el corte y marcado. En este punto, la LFP ha dictaminado que todos los campos deben tener franjas horizontales a lo ancho del campo -no se permiten otras formas- y que en cada mitad debe haber nueve bandas, donde las cuatro primeras deben tener un grosor de 5,5 metros de ancho y el resto deben ser uniformes. “Y si un club no está conforme con el estado del césped, tiene la potestad de pedir que se haga el test”, interviene Ojeda. Pero no pedir la anulación del encuentro porque eso es competencia del árbitro.

Y quien no cumpla lo pagará, por más que aún no estén establecidos los precios de castigo. Ya no se emitirán multas anuales como hasta la fecha, sino que el sistema sancionador se basará en la acumulación de puntos negativos por las infracciones y al final de la temporada la LFP le restará el cargo del pago de los derechos televisivos. Todo para que el césped esté a la altura de la competición. No como en la Eurocopa. “Está claro que tenemos un problema”, reconoció Jacques Lambert, presidente del torneo. Penalidad que la Liga se quiere evitar en sus jardines.

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