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Cristiano y Bale, duelo de cañoneros

Con los dos al frente, Portugal, en su cuarta semifinal en las cinco últimas Eurocopas, se mide a la sorprendente Gales

Cristiano y Quaresma en un entrenamiento con Portugal.
Cristiano y Quaresma en un entrenamiento con Portugal.Martin Meissner (AP)
José Sámano

Se lo pasa pipa Gales, se tensiona Portugal. Es lo que tiene el peso de la historia, con los lusos década tras década sin rematar un gran éxito internacional y los galeses más ocupados del rugby que de un fútbol que por esa tierra ha sido barbecho. Cristiano y los suyos se sienten más obligados, y no solo por la eterna deuda del fútbol portugués, sino por el reciente descalabro de 2004. Entonces, en su casa, la inopinada Grecia heló a Portugal. Hoy, nadie se sentirá más exigido que CR, por su extraordinario gen competitivo y porque es el único, junto a Ricardo Carvalho, que anda por Francia con la losa de haber disputado aquella edición de la Eurocopa casera.

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En Gales, mientras, todo es relax, ni una gota de presión, por mucho que Chris Coleman, seleccionador y ex entrenador de la Real Sociedad durante siete meses en 2007, subraye que sus muchachos no han ido de vacaciones a Francia. Gales llega a la cita de forma tan inesperada que hasta uno de sus jugadores, Joe Ledley, se ha visto forzado a aplazar la boda. Hace tiempo que el chico esperaba estar en casa. La selección ha llegado donde nunca, y quién sabe si donde nunca jamás. Todo su legado futbolístico se reduce a unos cuartos de final en el Mundial de 1958, cuando liderada por el gigante bueno, John Charles, Galés solo cayó ante el Brasil del primer Pelé. El mayor hito de sus clubes lo protagonizó el Cardiff City al alcanzar la semifinal de la Recopa de 1968, en la que perdió con el Hamburgo. No hay otras huellas galesas, salvo algunos buenos jugadores como el mencionado Charles, John Toshack, Ian Rush, Gary Speed y Ryan Giggs.

Caminos distintos

Pese al cartel de favorito de Portugal, el tránsito de unos y otros por este campeonato ha sido muy diferente. Es el formato del torneo, cuestionable para muchos. La sorprendente Gales ha ganado cuatro de sus cinco partidos. La selección de Fernando Santos ha ido con el gancho, con tres empates, una victoria en una prórroga y otra en los penaltis. De hecho, Portugal no ha triunfado en 90 minutos en los seis últimos encuentros de Eurocopa, sumados los cinco que lleva en Francia 2016 y la semifinal de 2012, cuando la Roja la batió en los penaltis. Para los lusos será su séptima semifinal, ronda a la que han llegado en cuatro de las últimas cinco ediciones.

Portugal y Gales solo se han medido en tres amistosos, en 1949, 1951 y 2000, con dos victorias lusas y otra británica

Convencida de que nadie podrá reprocharle nada, los únicos sobresaltos para la selección de Coleman son dos bajas por sanción y una regañina de la UEFA. Por un lado, se perderán la semifinal Ben Davies y Aaron Ramsey, dos titulares, el segundo el mejor socio de Bale. Un Bale que ha tenido foco en el 40% de los diez goles de Gales, con tres dianas y una asistencia. Un ataque tan sorprendente que nadie ha precisado de menos disparos (59) para semejante cosecha. Su media de posesión en el campeonato no pasa del 47%. Portugal sí supera el 50%.

La otra inquietud para los galeses llegó desde la UEFA, que ayer advirtió, a Gales y al resto de participantes, de que desaprueba tajantemente que los padres futbolistas celebren nada con sus hijos en el césped. Así ocurrió tras el Bélgica-Gales, cuando varios jugadores británicos festejaron el éxito con sus críos en la hierba. Ya lo había hecho Bale con su hija mayor después de jugar frente a Irlanda del Norte. “Fue muy bonito ver a los niños jugar en el césped, pero esto es una Eurocopa, no una fiesta familiar”, afirmó Martin Kallen, director general de la Eurocopa. Para la UEFA, se trata de “una intromisión en el campo de juego” que, además, pone en riesgo la seguridad de los menores. Tal cual.

Bale y Ashley Williams, durante un entrenamiento con Gales.
Bale y Ashley Williams, durante un entrenamiento con Gales.EDDY LEMAISTRE (EFE)

Cristiano ha marcado un tanto menos que su colega del Real Madrid y está a uno solo de igualar al pichichi de las Eurocopas, Michael Platini, que anotó nueve. CR lleva dos en este torneo, los mismos que Nani, ya jugador del Valencia. Ellos, junto a Pepe, William Carvalho y Renato Sanches han formado el espinazo de la selección, con el revulsivo de Quaresma, autor del gol ganador frente a Croacia y del penalti final con Polonia. Fernando Santos, que ha hecho muchos cambios de alineación, esta vez no tendrá más remedio. William Carvalho, el eje, está sancionado y Pepe está con molestias. Renato no tiene tarjetas ni dolores, pero se ha visto involucrado en un enredo. El veterano entrenador francés, Guy Roux, aseguró a una cadena de televisión que el chaval, de origen caboverdiano, no tiene 18 años, “sino 23 o 24”. Como ya denunció en su día el Sporting de Lisboa, rival del Benfica, club de Renato antes de un traspaso multimillonario al Bayern que con incentivos podría ascender a los 75 millones de euros, se sospecha que fue inscrito en el registro civil cuando ya tenía cinco años.

Embrollos aparte, Portugal y Gales solo se han medido en tres amistosos, en 1949, 1951 y 2000, con dos victorias lusas y otra británica. Este miércoles, uno u otro accederán a una final inédita, gane quien gane en el Alemania-Francia. Apunta Cristiano y apunta Bale. Casi nada.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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