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Cristiano, a un paso de la cumbre

El genio luso conduce a Portugal a su segunda final de una Eurocopa tras un duelo sin chicha con una Gales limitada a la aportación de Bale

Ronaldo remata para hacer el primer gol de Portugal. CARL RECINE REUTERS / Vídeo: uefa.com
José Sámano

En una semifinal sin una gota de fútbol, se bastó Cristiano Ronaldo para acercarse a la gran cumbre internacional que le falta tanto a él como a Portugal. Un cabezazo atronador de CR y un churro de disparo suyo rebañado por Nani, todo en tres minutos, fue suficiente para despedir con honores a esta Gales de chistera, protagonista inopinado de un campeonato que no olvidará. Frente a los lusos, no les superó el juego, porque no hubo, sino un par de parpadeos de Cristiano. En su caso, el encomiable empeño de Bale no fue suficiente. Portugal tiene mejor envoltorio para CR, que con su gol igualó a Platini, al que le puso morros en alguna pasarela del Balón de Oro, como máximo anotador de las Eurocopas. Ya sin Platini como jerarca de la UEFA y con la Champions en la mochila, la final del domingo en París le puede entronizar de nuevo. Un paso más y habrá conducido a Portugal donde nadie lo consiguió. No son retos que obvie CR.

Hasta que Cristiano sacó el látigo, con muy poco cesto, bastante resistió Gales. Con algo más, casi nada hizo Portugal. Un partido decepcionante, peñazo, ulceroso para ser una semifinal de una Eurocopa. Los dos equipos fueron con el freno, muy timoratos, parsimoniosos con la pelota y sin ella. Tres arranques de Bale y un cabezazo de Cristiano muy forzado fueron los únicos avisos en las áreas en todo el primer acto. Las dos estuvieron desiertas, sin colonizadores porque casi todo se desarrolló en el medio campo y de forma insulsa. No hubo quien pusiera chispa, todo muy medido. Se llama canguelo, pero parecía más propio de Gales, en un pedestal tan inesperado, que de los portugueses. Quizá los de Fernando Santos quisieron fiarlo todo a partir del minuto 90, que es como mejor les iba. Pero irrumpió su capitán y Portugal por fin ganó un partido antes del tercer tiempo o los penaltis, lo que no había conseguido en los seis anteriores, los cinco disputados en Francia más la semifinal que perdió con España en Ucrania-Polonia 2012.

Nadie vale por 11

Fue un partido decepcionante, peñazo, ulceroso para ser una semifinal de una Eurocopa

Portugal tuvo que renunciar a Pepe, lesionado y relevado por Bruno Alves, y a William Carvalho, al que tomó el testigo Danilo, que adelantó al cotizado André Gomes y al sutil Moutinho. Pese al impulso de Renato, Portugal no tuvo cuerpo, fue un equipo demasiado contenido, sin soltura. Mientras, Gales notó con creces la baja de Ramsey, su hilo conductor junto a Bale. A los galeses, meritoriamente cosidos con alfileres, no les sobra nada de nada. Y Ramsey es para ellos todo un ilustrado. Por unas causas u otras, nadie quiso llevar el peso del partido, ni la indefinida Portugal ni la limitada Gales. Como resultado, un encuentro con olor a habitación cerrada hasta que Cristiano sacó el martillo.

La guadaña de Cristiano fue cuestión de tres minutos, recién estrenado el segundo tramo. Joao Mario sacó en corto un córner para Raphael y el centro del lateral zurdo lo cabeceó el astro como solo cabecean los astros. Suspendido en el aire como un trapecista y con Chester de alguacil, esperó la llegada del balón y fulminó a Hennessey, el portero galés. Fue un remate estruendoso, como si este hombre tuviera una puntera en la frente. Descomunal. Aún aturdidos los de Chris Coleman, Cristiano metió gas y cerca del perímetro del área cargó la pierna derecha. Le salió un disparo pifiado, como si hubiera golpeado a alguna topera, pero Nani, pillo en el punto de penalti, metió la uña y desvió la trayectoria del balón, alojado en la red.

Gráfico: Las cifras del partido
Gráfico: Las cifras del partido

Los dos tantos pusieron el punto final a la memorable aventura de Gales. Lo suyo ha sido un milagro, por mucho que le abandere Bale, extraordinario futbolista, pero nadie vale por once. Esta Eurocopa ha servido a los galeses para poner el fútbol en su propio mapa. Será interesante ver su evolución. Para Portugal supone llamar al paraíso por segunda vez en la historia. No ha sido una selección redonda, ni mucho menos, pero con la puntualidad de Cristiano y Nani se ha apañado con muchas angustias. Le queda el remate. O sea, un último Cristianazo el domingo. Esta vez, en la gran final no le espera Grecia en Lisboa, sino Francia o Alemania en París.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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