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Hamilton y Rosberg se juegan la expulsión

Mercedes insta a sus pilotos a evitar otro incidente como el de Austria y les amenaza con suspenderles si reinciden

Oriol Puigdemont
Lewis Hamilton en la rueda de prensa del GP de Gran Bretaña.
Lewis Hamilton en la rueda de prensa del GP de Gran Bretaña.ANDREJ ISAKOVIC (AFP)

La cúpula de Mercedes se enfureció el domingo pasado después del incidente que acababan de mantener sus dos pilotos, Lewis Hamilton y Nico Rosberg en el circuito de Spielberg. El roce fue dramático porque tuvo lugar en la ultima vuelta y porque terminó de mala manera: con el alerón delantero del coche de Rosberg hecho pedazos y el alemán viendo impotente cómo no solo perdía el triunfo, sino también la segunda y la tercera plazas. Por si eso fuera poco, al todavía líder de la tabla (posee 11 puntos sobre Hamilton) se le impuso una penalización de 10 segundos y se le culpó del accidente, algo que le indignó –“esta sanción apesta”, dijo– aunque su cabreo posiblemente fue menor que el de Toto Wolff, el director de la escudería de Brackley.

En caliente, el ejecutivo llegó a insinuar que se planteaba de forma muy seria imponer órdenes de equipo. “Hay que valorar las opciones que tenemos, y una de ellas es imponer órdenes a partir de un momento determinado de la carrera, que es una medida muy impopular y que me da náuseas”, dijo Wolff. Para él es inaceptable que sus dos chicos hayan protagonizados tres encontronazos (Canadá, Montmeló y Austria) en los últimos cinco grandes premios, y para tratar de detener esta autodestrucción organizó una reunión que se produjo la mañana de ayer en la sede que la estructura, en Brackley, a tiro de piedra de Silverstone. Allí, Wolff y Paddy Lowe, el director técnico, optaron por dejar que sus corredores sigan compitiendo libremente, aunque con la amenaza de intervenir definitivamente si se repite un episodio como el último.

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Al mismo tiempo, Mercedes hizo más estrictas las normas de convivencia internas, que en caso de incumplirse también acarrearían consecuencias. “Nuestros pilotos siguen teniendo libertad para correr. Creemos que esa es la esencia de la fórmula 1, incluso entre compañeros. Pero esta libertad va de la mano de la responsabilidad de respetar los valores del grupo. En las últimas cinco carreras hemos protagonizado tres incidentes que nos han costado más de 50 puntos. Por ello, hemos endurecido las normas de convivencia y añadido elementos disuasorios para evitar el contacto entre nuestros coches”, se leía en la nota oficial, que terminaba con una especie de amenaza: “Si no hacen honor a esta normativa revisada impondremos órdenes de equipo como solución definitiva”.

Ya por la tarde y en Silverstone, Wolff atendió a las preguntas que se le hicieron al respecto. “Es una advertencia final. Si no obedecen, eso puede tener un impacto en su carrera hacia el título. No quiero que corran como marionetas, solo les pido que por favor no choquen el uno contra el otro tres veces en cinco grandes premios”, argumentó el austríaco, que recurrió al fútbol para hacerlo más entendible: “Si recibes una tarjeta amarilla tienes que rebajar la intensidad de tus entradas porque sabes qué pasará si te sacan otra. Y ese es un escenario en el que ninguno de nosotros queremos vernos involucrados”.

El mensaje fue bastante claro, el próximo que la líe se queda en casa, y a pesar de ello está por ver que haya calado en los dos implicados. “¿Advertencia final? No hemos hablado en esos términos”, respondió Rosberg. “Sí, Nico, Toto lo ha hecho”, le interrumpió su responsable de prensa. “Bufff… eso suena fatal”, soltó el de Wiesbaden. “El destino siempre ha estado en nuestras manos. Esa reunión y las medidas que se han adoptado no cambiarán nada”, zanjó Hamilton.

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