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La ACB, rumbo a una Liga de 16 equipos

La crisis económica, los movimientos administrativos, la indefinición de los ascensos y descensos y la presión de la Euroliga acorralan la competición nacional

Faustino Sáez
Garbajosa celebra su elección ante Aguado y en presencia de Roca
Garbajosa celebra su elección ante Aguado y en presencia de Rocafeb

Constatado el incuestionable duopolio Madrid-Barça sobre el parqué, la ACB vuelve a deparar un verano con mayores incertidumbres en los despachos que en la pista. El pasado lunes, la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de la Asociación de Clubes certificó el no ascenso del Ourense (pactado hace un año con el equipo gallego “en quiebra técnica o estructural”); resolvió invitar a reafiliarse a los descendidos Estudiantes y Gipuzkoa; y acordó reservar las plazas de ascenso para la temporada 2017-2018 a Melilla y Palencia. Sin embargo, el listado de equipos para la Liga del curso que viene no está ni mucho menos cerrado. El colapso financiero de algunos clubes; la anunciada resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre el canon de acceso a la competición, prevista para finales de año; y los movimientos político-administrativosconfiguran un abigarrado mapa en el baloncesto español.

El canon y la hoja de ruta de Garbajosa

En octubre de 2015, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia abrió expediente sancionador a la ACB por “posibles prácticas restrictivas” tras la denuncia del CB Burgos (incapaz de completar la inscripción tres años seguidos). “Las condiciones económico-administrativas exigidas a los clubes con derecho a ascender por méritos deportivos podrían resultar inequitativas y discriminatorias”, recogía el texto.

“Al margen de lo que dictamine la CMC, intentaremos favorecer una transición de ascensos y descensos. Es lo mejor para la LEB y para el baloncesto”, apuntó Garbajosa antes de su elección para un mandato en el que apuesta por “la autonomía de gestión, pero con un proyecto común” entre FEB y ACB.

Cinco días antes de las elecciones a la presidencia de la Federación Española, en las que resultó ganador Jorge Garbajosa frente a Arturo Aguado, el presidente de la ACB, Francisco Roca, instó a los clubes a pactar el ascenso en diferido de Melilla y Palencia, con las condiciones y cantidades “vigentes para los ascensos del curso 2017-2018”, para evitar así una ulterior intervención del Consejo Superior de Deportes que obligara a ejecutar dicha inscripción proyectando así la amenaza de una hipotética Liga de 20 equipos, inasumible para los equipos grandes.

La política de hechos consumados de la propuesta de Roca para guardar la plaza a Melilla y Palencia, no incluía una revisión para garantizar la viabilidad financiera de los dos equipos, pero sí un acuerdo con Aguado para cancelar los ascensos en la LEB Oro de la temporada 2016-2017. Con ello quedaba garantizada su inscripción en un contexto además más abarcable que el actual: a coste cero incluso con la presumible eliminación del canon —3,129 millones más IVA—. La derrota de Aguado en las elecciones de la FEB trastoca los planes de Roca, que tendrá que renegociar su plan con Garbajosa. Pero lo que sí se ha garantizado el presidente de la ACB es la presencia de dos clubes no profesionales partidarios de su tesis como el Club Olímpico 64 y el Club Prat, de las federaciones madrileña y catalana respectivamente, a los que promocionó para integrar las cuatro plazas de la nueva Comisión Delegada de la FEB en la que se discutirá la configuración del segundo escalón del baloncesto español, LEB Oro y LEB Plata.

Gipuzkoa, en el alambre

Este viernes, 15 de julio, se cierra el plazo del que los clubes disponen para “cumplimentar los requisitos para su afiliación e inscripción” en la Liga y varios equipos no han resuelto la viabilidad de sus proyectos. El Gipuzkoa Basket, que acumula tres descensos en las cuatro últimas temporadas y tiene a las instituciones como grandes avalistas (la Diputación aporta 700.000 euros y el Ayuntamiento de San Sebastián 250.000), se plantea dar un paso atrás en busca de la reestructuración ante la imposibilidad de encontrar recursos. El primer paso para ese rearme lo conseguiría recuperando su aportación al fondo de regulación de ascensos y descensos de la ACB —1,565 millones más IVA—. Por su parte, el Baloncesto Sevilla, que tiene como accionista mayoritario a CaixaBank (entidad que ha mostrado su intención de vender su capital social), estira su parálisis administrativa hasta una Junta General de Accionistas convocada para el 20 de julio con la “aprobación de la disolución de la sociedad” como primer punto del orden del día de una reunión a la que el club puede llegar ya muerto.

Si ambos equipos se descuelgan, el curso 2016-2017 comenzaría con 16 equipos, vieja aspiración de los clubes que disputan la Euroliga, que esta temporada estrena una fase regular de 30 jornadas, todos contra todos a doble vuelta, que arrincona el calendario nacional. En Europa, cada mes excepto en febrero, habrá una doble jornada en la que se jugarán dos partidos en cuatro días sin hueco para la Liga.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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