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Un empate de altura

Òscar Cadiach y Ferran Latorre suman 13 ‘ochomiles’, a uno de convertirse en el primer catalán en sumar la codiciada lista

Ferrán Latorre, durante su expedición al Nanga Parbat
Ferrán Latorre, durante su expedición al Nanga ParbatHélias Millerioux

Si hablásemos de fútbol, por ejemplo, tendríamos un titular muy largo pero sencillo: Ferran Latorre empata a 13 con Òscar Cadiach en la carrera por convertirse en el primer catalán en pisar las 14 cimas más elevadas del planeta. Pero como el alpinismo es otra cosa, un ejercicio que casa mal con dorsales, competiciones y clasificaciones, lo que ocupa a Latorre y Cadiach es un asunto que va más allá de la anécdota. ¿Existe una disputa por ser el primer coleccionista catalán de los 14 ochomiles? Dudoso. Es una coincidencia que a Ferran Latorre (el lunes se apuntó la cima del Nanga Parbat) sólo le falte el Everest para cerrar la lista, y que Òscar Cadiach pueda en los próximos días celebrar en la cima del Broad Peak el punto y final a su periplo. Ahora mismo, con 13 ochomiles en el bolsillo, ambos saborean el fruto de un largo, muy largo recorrido vital en montaña, su verdadero éxito.

Ferran Latorre (Barcelona, 1970) fue un prodigio precoz de la escalada y el alpinismo, capaz de escalar muy duro en roca, de contarse entre los especialistas en escalada artificial y de recorrer buena parte de las vías míticas alrededor de Chamonix sin dejar de abrir excelentes vías en todo tipo de terrenos. Como muestra de su polivalencia, con 21 años también se apuntó la cima del Shisha Panga central (8.008 m). En montaña, todo lo hacía bien, con independencia del escenario escogido. Un buen día, dejó de escalar, se alejó de ese mundo, de su mundo. Cuando regresó de su apagón, lo hizo mirando a las montañas más elevadas del planeta, trabajando como cámara de altura para el programa Al filo de lo imposible.

Latorre holló el Annapurna en compañía de Juanito Oiarzábal, que se convirtió ese día en el primer español que sumó los 14 ‘ochomil’

En 1999, holló la cima de su primer ochomil oficial, el Annapurna. Lo hizo en compañía de Juanito Oiarzabal, que se convirtió ese día en el primer español en sumar los 14. Como si de un ‘facilitador’ se tratase, Latorre compartió cuerda con el italiano Silvio Mondinelli el día que éste sumó el último ochomil de la lista, e hizo lo propio con el ecuatoriano Iván Vallejo un año después. También formó parte del equipo que ayudó a Edurne Pasaban a convertirse en la primera mujer en apuntarse la lista completa de los 14… sólo le quedaba entonces cerrar su propio círculo de altura. Latorre, que sabe bien lo que es escalar de verdad, siempre reconoce que el asunto de los ochomiles por sus vías normales (él nunca emplea oxígeno artificial) no es ninguna referencia en el mundo del alpinismo, aunque sí es una bonita manera de cerrar un ciclo vital. Ahora que está cerca de acabar su formación como guía de alta montaña, sus pasos seguirán ligados al mundo vertical.

Òscar Cadiach en la presentación de su intento de completar los 14 ochomiles.
Òscar Cadiach en la presentación de su intento de completar los 14 ochomiles.JOSEP LLUÍS SELLART

Òscar Cadiach (Barcelona, 1952) estuvo muy cerca de tocar el lunes la cima del Broad Peak, pero el mal tiempo le forzó a retirarse a unos 250 metros de desnivel del punto culminante. El mismo frente desalojó del vecino Gasherbrum II a lñurrategi, Vallejo y Zabalza, que buscaban repetir la ruta francesa del 75. Los tres han cancelado la expedición, pero Cadiach considera posible lanzar un nuevo ataque para sumar el último de los ochomiles. Sería el colofón a una carrera íntimamente ligada a las grandes montañas, una pasión por las máximas alturas que le llevó en 1985 a establecer un hito, convirtiéndose en el primer occidental (junto a Sors y Vallés) en escalar el Everest por su cara norte, con su célebre y vertical segundo escalón, allí donde se presume que los pioneros Mallory e Irvine desaparecieron en 1924 y por donde pasó por vez primera una expedición china en 1960.

Otro equipo chino regresó en 1975 para disipar las dudas acerca de esa ‘primera’ y colocó una escalera de aluminio para superar el segundo escalón, a 8.600 metros. Cadiach fue el primero en escalar en libre ésta famosa dificultad. En el dilatado historial de Cadiach cabe destacar sus dos líneas abiertas en dos montañas de más de 8.000 metros: en 1992, abrió la ruta Fem Tarragona al Broad Peak Central (8.011 m) y en 1996, junto al austriaco Sebastian Ruckensteiner, firmó la apertura de la vía free Tibet, en estilo alpino, por la arista noroeste al Cho Oyu (8.201 m). También formó parte del equipo que en 2004 colocó en la cima del K 2 a Jordi Corominas, autor de la primera repetición de la mítica ‘Magic line’. Cadiach, guía de montaña de profesión, recibió este año la Creu de Sant Jordi de manos de la Generalitat, distinción que reconoce los servicios prestados a Cataluña.

Cadiach, estuvo muy cerca de tocar el lunes la cima del Broad Peak. El mal tiempo le forzó a retirarse, pero espera repetir el intento

Las carreras alpinísticas de Latorre y Cadiach no precisarían sumar los 14 ochomiles, ni mucho menos ser recordados como el primero o el segundo de una lista que no repara en sus brillantes currículos más allá del mero recuento de cimas. Ambos merecen sumar los 14, lo demás resulta superfluo… salvo que los interesados afirmen lo contrario.

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