Abucheos a la selección de Brasil tras empatar con Irak en Río

Ni los goles ni el fútbol acompañan en los Juegos Olímpicos a la selección de Brasil que hoy, en una presentación en Brasilia marcada por los abucheos del público, volvió a empatar sin goles, esta vez frente a Irak.

Azuzada por la necesidad de agradar a una hinchada que comienza a darle la espalda, la Canarinha tuvo oportunidades de gol y ejerció una presión constante, pero le faltó la precisión y un juego más cadenciado.

Como en el empate sin goles del 4 de agosto pasado frente a Sudáfrica, Irak se marchó con aire victorioso y rozando la hazaña mientras el estadio Mané Garrincha despidió a los suyos con rechiflas y con un discreto capitán Neymar, lejos de su forma habitual, como principal foco de las quejas de la afición.

Para empeorar las cosas, los iraquíes jugaron sin complejo alguno y tuvieron al menos dos oportunidades claras gestadas en maniobras que dejaron patente la lentitud defensiva de los pupilos de Rogerio Micale.

Saque lateral desde la banda izquierda, una mala salida del portero Weberton y Ovidiu Hategan que salta más que todos. Así pudo ser el primer gol de Irak. Su cabezazo explotó en el vertical izquierdo ante la impasibilidad de la defensa brasileña.

Neymar avisó que estaba en la cancha solo a los 21 minutos, con un remate a distancia que pasó por encima de la portería. Irak volvió a hacerse notar, esta vez con Amjed Attwan, quien llevó susto con un remate que pasó zumbando sobre el horizontal a los 28 minutos.

Ahí comenzó a agotarse la paciencia del público, que se hizo notar con abucheos. Cuando más espeso parecía el partido para los brasileños, el lateral diestro Zeca se arriesgó en ataque y llegó con el balón hasta la puerta de Mohammed Hameed, pero su remate salió desviado por poco.

La Canarinha entendió que debía intentar penetrar por las bandas y en los últimos quince minutos aumentaron el volumen de ataques. La opciones más claras las sacaron de la chistera Gabriel Jesús y Renato Augusto.

Primero, a los 34 minutos el nuevo fichaje del Manchester City, con un tacada de billar entre varios rivales, despachó el balón a pocos centímetros del poste derecho del meta iraquí. Y después, un cabezazo suyo tomó el rumbo opuesto apenas fue desviado de su objetivo.

Renato Augusto apareció a los 43 con un lanzamiento que rebotó en el horizontal, y ocho minutos antes, en la jugada más vistosa de Neymar, el astro del Barcelona pudo consignar un gol olímpico desde el rincón izquierdo, pero el acrobático vuelo del meta Hamed acabó con el peligro inminente.

El mismo cancerbero debió salir apresuradamente a la frontera de su área para despejar un avance desde la derecha y poner fin a las escaramuzas del primer tiempo de un equipo local que se marchó de nuevo abucheado a su vestuario.

Como bajo rechiflas salió Gabriel Jesús a los 55 minutos para dar espacio a Rafael Alcántara. Para entonces los iraquíes popían presumir de haber anestesiado el juego de los locales y así terminó a los 97 minutos de juego.

Brasil jugará su último cartucho este miércoles frente a Dinamarca, que horas antes derrotó a Sudáfrica y con cuatro puntos lidera el grupo A.