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El Villarreal se complica su pase a la Champions League

El Mónaco aprovecha dos errores de N’Diaye para poner en ventaja a los suyos ante el conjunto de Escribá, falto de sincronía

Rafael Borré, es bloqueado por jugadores del Mónaco en la ida de la fase previa de la Champions League.
Rafael Borré, es bloqueado por jugadores del Mónaco en la ida de la fase previa de la Champions League.Kai Försterling (EFE)

Con Fran Escribá en la dirección, un entrenador recién llegado, con un equipo plagado de bajas, el Villarreal fue víctima de sí mismo, en desventaja desde el inicio del partido por un penalti cometido de manera inocente por N’Diaye, central improvisado esta vez. El club de Roig se complica su regreso a la Champions, derrotado por un buen equipo sin más como el Mónaco, mucho más rodado y conjuntado que el conjunto castellonense, que supo levantarse y equilibrar el juego y el marcador, con el estreno goleador de Pato, y poner en evidencia las limitaciones técnicas del conjunto monegasco. Cuando más convencido estaba el equipo de Escribá de revertir la situación, de ir en ventaja a Montecarlo, un nuevo error de N’Diaye, fuera de posición, dejaba el pasillo para que en una diagonal perfecta de Bernardo Silva, el mejor jugador del Mónaco, pusiera en ventaja la eliminatoria para los monegascos.

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Carente de sincronía y ritmo, al Villarreal le faltó temple para crear y contundencia en el área monegasca, la que no tuvo en la de Asenjo. Musacchio, Bruno y Trigueros sostenían al equipo amarillo, mientras Roberto Soriano y Pato dejaban buenas sensaciones. Poca cosa. A Escribá no le quedaban ni recursos en el banquillo formado con cinco canteranos.

Todo se le torció al Villarreal desde el inicio. A los dos minutos de juego, Mark Borsch, el experimentado árbitro alemán del encuentro, señaló penalti de N’Diaye a Lemar, por una acción torpe y de exceso de confianza del franco-senegalés, que actuaba de central debido a las bajas de Bonera y Víctor Ruiz. Fabinho ponía en ventaja al Mónaco.

Tardó el Villarreal de asimilar el golpe, falto de coordinación entre sus jugadores. Demasiadas caras nuevas, con ocho ausencias, destacadas todas, y que presumiblemente estarían presentes en el once ideal de Escribá. Un drama para tanto en juego. Con buen ánimo el Mónaco por la temprana ventaja, el conjunto del principado se creyó más de lo que realmente es, con el dinamismo que le proporciona Bernardo Silva, condicionado el grupo de Jardim también por la baja de Radamel Falcao.

VILLARREAL, 1 MÓNACO, 2

Villarreal: Asenjo; Mario, N'Diaye, Musacchio, José Ángel; Castillejo, Trigueros, Bruno, Roberto Soriano; Borré (Mario González, m. 76) y Pato. No utilizados: Andrés Fernández; Rukavina, Rodri, Larrea, Cantalapiedra y Bueno.

Mónaco: Subasic; Raggi, Glik, Jemerson, Mendy; Bakayoko; Bernardo Silva (Moutinho, m. 80), Fabinho, Lemar; y Germain (Carrillo, m. 69). No utilizados: Badiashile; Traoré, Jean y Diallo.

Goles: 0-1. M. 3. Fabinho. 1-1. M. 36. Pato. 1-2. M. 72. Bernardo Silva.

Árbitro: Mark Borsch. Expulsó a Mendy por doble cartulina amarilla (m. 86). Amonestó a N´Diaye, Lemar, Fabinho, Bakayoko y Moutinho.

Unos 20.000 espectadores en El Madrigal.

Despabiló el Villarreal con el paso de los minutos, cuando se le pasó el susto, en el momento que comenzó a combinar con sosiego y cierta continuidad. Dos avisos de Pato hicieron ver al Mónaco que el conjunto amarillo es mucho más de lo que aparentó de inicio. Pasada la media hora, el Villarreal empataba el encuentro, en una asociación a cuatro toques, los tres últimos de cabeza, iniciada la acción en un pase picado de Trigueros para Roberto Soriano que cedió a Rafael Santos Borré, culminada felizmente por Pato con la testa. El primer gol de amarillo del exmilanista, a quien Marcelino no le acababa de convencer, indudable la calidad del delantero brasileño, al igual que la de Roberto Soriano, el italiano llegado de la Sampdoria y por el cual el Villarreal ha pagado 14 millones de euros.

Regresó el Villarreal del descanso con más intensidad e intención, dominador del esférico y los espacios, vigilante ante las rápidas transiciones monegascas, obligado el conjunto del portugués Jardim a retroceder unos metros y proteger a Subasic. En un contragolpe conducido y finalizado por Bernardo Silva al aprovechar un nuevo error defensivo de N’Diaye, el Mónaco se adelantaba de nuevo en el marcador. El Villarreal se quedó con escaso ánimo y fuerzas. El arrebato final no le dio para reconducir la situación que complica su regreso a la Champions.

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