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El Leganés debuta en Primera con un triunfo en Balaídos

Un gol del lateral Víctor Díaz hace historia en un estreno que premió el orden y el descaro del equipo madrileño ante un Celta decepcionante

Victor Diaz celebra el primer gol del Leganés en la máxima categoría.
Victor Diaz celebra el primer gol del Leganés en la máxima categoría.Salvador Sas (EFE)

De Anduva a Balaídos, de un histórico ascenso a un debut victorioso, el Leganés no deja de escribir las mejores páginas en la hoja de vida de una venerable entidad de 88 años de trayectoria que siempre recordará Vigo como el escenario donde se estrenó y ganó su primer partido entre los grandes. Nadie podrá decir que fue un acontecimiento inmerecido, porque incomodó al Celta y minimizó sus capacidades, algo que al menos la temporada pasada no estuvo al alcance de muchos equipos. Una jugada retrató al Leganés cuando segundos antes de llegar al descanso tuvo el gol en sus botas. Fue simple, un saque del meta Serantes, un voleón al que no hubo respuesta de la zaga del Celta y que propició que Guerrero se plantase ante el meta Sergio Álvarez, que tuvo que mostrar su cara más felina para evitar que el debutante se pusiese en ventaja. Se inició con desparpajo el Leganés en la máxima categoría y esa acción resumió su puesta de largo, plena de sencillez y efectividad, cauta en el repliegue, pero al tiempo descarada para buscar el área rival.

El Celta tuvo plomo en las botas en un partido que comenzó entre la solana del ocaso vigués, en medio de un ambiente relajado y un estadio en obras. También su inquilino lo está. La Liga se le ha echado encima al equipo de Berizzo sin sustanciar el relevo de Nolito. No le resultará sencillo encontrar no ya un futbolista de ese nivel sino con esas características que le adornan, capaz de jugar por banda, también de buscar desde el flanco el interior para realizar permutas con compañeros. Y, sobre todo, con tanto gol porque ninguno de sus sustitutos parece en condiciones de aportar la cuota realizadora que le daba al equipo el ahora jugador del Manchester City. Berizzo optó por abrir el campo con Pione Sisto y Bongonda, pero el Leganés no tuvo dudas, atrasó a los dueños de los carriles, redujo espacios antes su área y generó un atasco.

Al Celta le faltó durante bastantes minutos rapidez en la circulación, pero sobre todo orden porque cuando sus futbolistas de ataque intercambian posiciones se vuelve demoledoramente indetectable. Mientras desentrañaba la situación se encontró con un rival que no perdió el tiempo, que se estiró para convertirse en llegador y asustó en varias llegadas porque el Celta sigue tan cándido en defensa como de costumbre. El Leganés sufrió cuando se activaron Orellana y Iago Aspas. Juntos fabricaron un gol en el que el linier tiró mal la escuadra y el cartabón que ante un monitor de televisión resultan infalibles. Le anularon al Celta su acción más provechosa, la que le mostró que el camino curiosamente estaba por dentro, en los desmarques de Aspas. Por ahí pudo marcar un poco después en la primera jugada tras el descanso, pistoletazo de salida para un partido menos controlado. Quería el Celta ese escenario y el Leganés no lo eludió. Aceptó el reto y tuvo la capacidad para matizarlo según su interés, en la certeza de que el empate era bueno.

Pero la victoria era un premio mayor y no estaba lejos. El Celta había mostrado grietas, una vez más, para responder ante las acciones de estrategia a balón parado. Y a falta de un cuarto de hora, cuando Berizzo había reconstruido al equipo con Guidetti y Hernández y sin el ayer decepcionante Pione Sisto, marcó el Leganés tras un saque de esquina en el que tocó dos veces la pelota en el área. Víctor Díaz, un lateral con 265 partidos de bagaje como profesional pero que también debutaba en Primera División, anotó un tanto histórico. No hubo respuesta del Celta, que ahora deberá enfrentarse a Real Madrid en Chamartín y luego recibirá al Atlético.

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