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Las áreas condenan al Valencia ante Las Palmas

Los errores defensivos del conjunto de Ayestarán y la falta de puntería en ataque derrotan a los che ante un equipo definido y con ambición

Enzo Pérez y David García disputan un balón.
Enzo Pérez y David García disputan un balón.M. BRUQUE (EFE)

Las malas decisiones en las áreas, sobre todo en la propia, condenaron al Valencia en la noche de Mestalla, en el primer partido de Liga, una secuela de lo sucedido en la anterior temporada, en la que no pudo derrotar al Las Palmas. El equipo de Setién, con un estilo definido, las ideas claras y ambición, derrotó al conjunto de Ayestarán, al que de poco le valió la intención, pasión, esfuerzo y orgullo. Los horrores defensivos del primer acto, supusieron un reto himalayesco para el Valencia, que no pudo revertir la situación en el segundo acto de alta productividad ofensiva, por su mala puntería y las intervenciones de un lúcido Javi Varas.

Mestalla despidió en su estreno en el curso de igual forma en la última jornada de la temporada pasada: con pitos reprobatorios a los protagonistas en el terreno de juego y con escepticismo en el tercer proyecto de Peter Lim, que piensa más en vender jugadores que en reforzar el equipo. ¡Y el objetivo es la Champions!

Nada hacía pensar tras el pitido inicial el nudo del partido y el resultado final. Nada más comenzar, tuvo que rectificar y crecerse Javi Varas tras un centro-chut de Gayà que a punto estuvo de colarse en la escuadra izquierda canaria. Fue el primer aviso del intenso Valencia al calor de la afición che ante el pulcro Las Palmas, reconocible en la propuesta de Setién y en la alineación, con solo tres caras nuevas en el once respecto al exitoso curso pasado, dos de ellas, Livaja y Boateng estrenándose como goleadores.

A los cinco minutos de iniciarse el partido abría el Valencia el marcador. Tras un saque de esquina botado por Parejo, alabado o despreciado por la grada en función del desarrollo del juego y resultado, Santi Mina, situado en el área pequeña de Javi Varas, remataba de cabeza a la red. Un gol de delantero puro, posición que ocupaba el vigués hasta su etapa de juvenil, desplazado a las bandas a su llegada a profesional en el Celta, también en el Valencia. Mestalla se las prometía felices sin adivinar el guión posterior, toda una enredada trama, una ruleta rusa de emociones con epílogo infeliz para los locales

No se descompuso el conjunto de Setién, cómodo con el esférico en los pies, vulnerable sin él. Sofocando el alto ritmo de juego del Valencia, Las Palmas encontró pronto su oportunidad. Igualó el encuentro al cuarto de hora tras una llegada al espacio de Michel Salcedo cuyo centro al corazón del área hizo bueno Livaja. Ganó el delantero croata la posición a Abdennour, una estatua el central tunecino a quién el Valencia no encuentra comprador para colocarlo. Al tiempo, su defensa más fiable, Mustafi, aguardaba en el banquillo, requerido tras el descanso, mientras el club anuncia con la boca pequeña que el internacional alemán es intransferible, que no atenderá las ofertas de la Premier.

Incidió Las Palmas en su argumento pausado. Y a la media hora ya dominaba el marcador. Con dos goles de diferencia. El primero de ellos llegó de penalti tras zancadillear Cancelo a Dani Castellano cuando encaraba el canario en diagonal la portería de Ryan, el portero elegido por Ayestarán. No entró en la convocatoria Diego Alves, invitación clara para que el brasileño abandone Mestalla y deje algún euro en caja. La pena máxima la convirtió Jonathan Viera, un exvalencianista. Y poco después, Kevin-Prince Boateng se estrenaba también como goleador en la Liga al cabecear un centro de El Zhar desde el costado izquierdo, de nuevo por el centro de la zaga, un mal que arrastra el Valencia desde el curso pasado.

Sin tiempo para saborear la renta, el conjunto de Setién recibió un nuevo tanto a la salida de un saque de esquina, embocando otra vez a gol Santi Mina al recoger un rechazo corto de la zaga canaria.

Javi Varas prosiguió en la segunda mitad una noche con el corazón en un puño. Los ataques se sucedían en el área canaria. El portero sevillano quedó aliviado con dos malas decisiones de Alcácer, empeñado el de Torrent en ejercer de asistente, y un disparo posterior del delantero a larguero. En medio, Varas evitó un mano a mano de Santi Mina. No había tregua alguna con el Valencia volcado bajo la batuta de Parejo, hiperactivos Cancelo y Gayà por los costados, sumándose a su entrada Bakkali. Negado en la definición el grupo de Ayestarán, Las Palmas cazó al final una contra culminada por Livaja, todo un descubrimiento para el conjunto canario, dominador de las áreas ante un Valencia por definir.

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