_
_
_
_
_

El Sevilla resiste ante la Juventus de Turín

El defensivo planteamiento de Sampaoli le da un valioso punto al cuadro andaluz, que apenas tiró a puerta, pero que sobrevivió al acoso del campeón italiano

Rafael Pineda
Sergio Rico trata de frenar a Dybala.
Sergio Rico trata de frenar a Dybala.V. Pennicino (Getty)

El Sevilla alcanzó un valioso empate en Turín, en el feudo del campeón de Italia, la Juventus, que lo sometió a un acoso, pero sin derribo. Fantástico el conjunto de Sampaoli en defensa, sólido y solidario, con un portero, Sergio Rico, que se alzó sobre todos para hacer un paradón en el minuto 92 a remate de Alex Sandro y salvar el punto de oro que el Sevilla conquistó en Italia. Esta vez, sin duda, el fondo se impuso a las formas. No se atisbó el pregonado fútbol ofensivo del técnico argentino. Nada de presionar a la Juventus en su campo. Orden, defensa, solidaridad y un portero internacional por España para agarrarse al resultado, que, a fin de cuentas, es lo que vale. Buen inicio del Sevilla en la Liga de Campeones, pues no siempre se empata en el feudo de la Juventus. Aunque sea sin tirar apenas a puerta.

Rabioso después de cada pérdida, intenso en el banquillo, Sampaoli se disfrazó con el traje del mítico Trapattoni, el técnico de las defensas de hierro, en su estreno en la Liga de Campeones. Había presentado varias caras el Sevilla en esta temporada, surcando los caminos del ataque desbocado, el toque como base de su juego o simplemente la lentitud exasperante, como en el choque frente al Villarreal. Esta vez tocó un equipo que jugó sin delanteros, con Vázquez de falso ariete.

La fórmula, que tantos éxitos dio a la selección española, por ejemplo, requiere de centrocampistas de gran toque, movilidad y enorme visión de juego. Cualidades que pueden tener algunos de los futbolistas del Sevilla, pero que son difíciles de explotar cuando enfrente se tiene a un rival del potencial de la Juventus, exultante en el poderío físico y la presión.

El Sevilla compareció en Turín como un equipo bonito, de buen toque, pero sin ninguna profundidad y previsible. A punto estuvo de aprovecharlo la explosiva Juventus en un inicio de partido demoledor. Su bárbara presión a los medios del cuadro andaluz provocó tres magníficos robos de balón en los primeros 15 minutos. La fortuna para el Sevilla se tradujo en el protagonista de las jugadas. Si en lugar de Khedira hubiera actuado Dybala o Higuaín, otro gallo hubiera cantado. Khedira envió primero fuera y luego a las manos de Rico.

El Sevilla, bien colocado, con un repliegue de lo más eficiente, atemperó los ánimos de la Juventus como pudo. Con un Nzonzi espléndido con el balón, con Iborra intentando aguantar la pelota y Kranevitter con la escoba. El problema, lógicamente, llegaba arriba. Vitolo, esta vez por la derecha, fue aplastado por Chiellini, mientras que Vázquez bastante tenía con buscar un espacio salvador para tocar la pelota, aunque siempre fuera para atrás.

Daniel Alves (i) de la Juventus de Turin bloquea a Pablo Sarabia (c) del Sevilla.
Daniel Alves (i) de la Juventus de Turin bloquea a Pablo Sarabia (c) del Sevilla.Valerio Pennicino (GEtty)

Ordenado pero tímido

Este Sevilla tan amanerado y sin delanteros solo tiró a puerta una vez en la primera mitad. Un disparo de Escudero que Buffon atrapó sin la menor dificultad. Tan ordenado como tímido, el cuadro andaluz aguantó el cero a cero hasta el descanso. Varios interrogantes se cernían sobre el juego del Sevilla. Sobre todo, saber cuál podría ser el plan después de un posible gol de la Juventus. Además, por supuesto, de resolver la complicada ecuación de cómo ganar sin tirar a puerta.

El Sevilla logró exasperar a los aficionados juventinos con su lentitud a la hora de sacar faltas, haciendo el partido largo ante el insistente acoso del conjunto italiano. Incapaz de revolverse ante su sino, los de Sampaoli vieron como Higuaín se alzó sobre Pareja para cabecear al larguero. Otra vez la misma historia. Balón en largo, Khedira se come a Vázquez en la presión y con espacio por delante Alves la puso de lujo a su compañero.

Sampaoli movió bien sus piezas. Ordenó una defensa de cinco hombres y dio entrada a Correa, que actuó de delantero, para que Vázquez pudiera tener contacto con el balón e involucrarse más en el juego. Volvió a avisar a Higuaín. Pero el Sevilla aguantó y Sergio paró. Punto fantástico y feliz regreso a Sevilla.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_