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“Milán ya pasó, ya no puedo hacer nada”

Oblak es muy respetado en el vestuario pese a su juventud. Simeone dice de él que es un tipo que todavía quiere seguir aprendiendo. Para él, la final de la Champions del año pasado es eso, pasado

Ladislao J. Moñino
Oblak posa para la entrevista en el Cerro del Espino de Majadajonda.
Oblak posa para la entrevista en el Cerro del Espino de Majadajonda.CARLOS ROSILLO

A Jan Oblak (Škofja Loka, Eslovenia, 23 años) no le agradan demasiado las entrevistas. “Pero de vez en cuando hay que hablar con la prensa”, admite con una media sonrisa. En el cara a cara se muestra cordial y habla castellano con fluidez. Confiesa no haber escuchado la versión original del Obí, Obá, cada día te quiero más que el Calderón transforma en Obí, Oblak, cada día...cuando realiza una parada salvadora. “Tengo que escucharla, en el vestuario no me la han puesto nunca”, apunta.

En la caseta es muy respetado pese a su juventud. Simeone dice de él que es un tipo de perfil bajo que todavía quiere seguir aprendiendo. Los más veteranos le han visto levantarse tras pasar por situaciones de dificultad, como su fallido debut en un partido de Champions en Atenas en el que encajó tres goles en tres disparos. Ha logrado hacer olvidar a Thibaut Courtois y encaja bien que se le pregunte por su estatismo en la tanda de penaltis de Milán. Esta noche (20.45, beiIN Sports) le espera el Bayern en el Calderón, el mismo rival al que detuvo un penalti que propició que el Atlético jugara su segunda final de Champions en tres años.

Pregunta. ¿Por qué portero?

Respuesta. Mi padre jugaba como amateur en un equipo de la Tercera División eslovena y él también era portero. Mis primeros recuerdos son siempre en los campos de fútbol, me ponía detrás de su portería y si él iba a la derecha, yo iba a la derecha; si iba a la izquierda, yo a la izquierda… No me gustaba cuando le marcaban goles, pero eso me hizo saber desde pequeño que el gol forma parte de la vida del portero. Luego, ya empecé a entrenarme con seis o siete años.

Lo que ocurrió es el fútbol, la vida, hay que levantar la cabeza e ir adelante”

P. Se fue siendo un niño a jugar a la capital, Liubliana.

R. Sí, con 10 años. Nací en una ciudad muy pequeña, Škofja Loka, y a veces tenía que ir a entrenar en bicicleta porque mis padres trabajaban. Eran unos 27 kilómetros por una carretera, aunque no había cuestas. Algunas veces me acompañaba mi madre con la bici, pero cuando llovía o hacía frío, cogía un tren o un autobús, aunque tuviera que salir algunas horas antes y luego llegara a mi casa ya de noche.

P. Dice que no tiene ídolos.

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R. Bueno, cuando eres pequeño siempre te fijas en los que están bien. Un año era Casillas, otro Buffon… Pero un ídolo quiere decir que quieres ser como él, y nunca vi a nadie para decir quiero ser como este o como aquel...

P. Siendo aún juvenil, se iban de pretemporada por Europa y los entrenamientos estaban llenos de ojeadores para verle.

R. Todo pasó bastante rápido. Con 16 años ya estaba jugando en la Primera División de mi país, por eso se hablaba tanto de mí. No era normal, pero con 16 años sentía que tenía cuatro o cinco años más. Siempre me he sentido mayor de lo que soy.

P. ¿De dónde le vino esa madurez tan rápida y esa tranquilidad que muestra?

R. Por la educación y la formación que me dieron mis padres. Ellos también empezaron a vivir solos cuando eran jóvenes. Me parezco bastante a ellos. Luego, la tranquilidad en la portería no sé de dónde me viene. Eso no se aprende… Ojalá me dure toda la vida porque para un portero esa tranquilidad es muy importante.

P. Cuando ha tenido que ser rebelde lo ha sido, negándose a más cesiones en el Benfica, o luego marchándose al Atlético.

R. En mi cabeza siempre he tenido claro lo que quería...

P. El portero más caro de la historia. El Atlético pagó 16 millones por usted al Benfica y ahora su cláusula es de 100 millones de euros.

R. Nunca he pensado en eso, más caro o más barato da igual. Lo que vale es lo que demuestras en el terreno de juego. Son números y siempre van a estar ahí, pero lo que la gente valora es si haces bien o mal las cosas cuando sales a jugar.

Desde que tenía 16 años sentía que tenía cuatro o cinco años más”

P. En su debut con el Atlético, en Atenas, hace dos años, tres disparos, tres goles encajados.

R. Es la vida del portero, puede pasar eso. Pero en un solo partido no puedes saber cómo es un jugador, necesitas más para demostrar lo que vales. Fue difícil para mí y para todos aquí, pero esas cosas pasan en el fútbol y hay que levantarse.

P. ¿Es un portero de anticipación o de reacción?

R. Soy un portero que intento esperar lo máximo que puedo y después elegir. Cuando anticipas te puede salir bien, pero con jugadores de nivel es difícil porque te miran y esperan para tirarte a otro lado. En el juego aéreo si puedes salir, sales, y si no, lo dejas para los defensores. No creo que sea un portero que anticipe mucho. Intento aguantar.

P. Aguantar tanto le costó muchas críticas tras la tanda de penaltis de la final de Milán.

R. Eso dice toda la gente. Desde fuera se ve así, pero desde dentro es diferente. Lo que yo quería era pararlos todos, no me salió bien. Milán ya pasó. Ya no puedo hacer nada, espero que tengamos otra oportunidad para ganar la Champions. Es fútbol, es la vida y hay que levantar la cabeza y seguir siempre hacia adelante.

P. De nuevo el Bayern de Múnich. ¿Ha estudiado a sus delanteros mucho?

R. Son muy fuertes. El año pasado pasamos por poco en las semifinales. Como portero veo algunos vídeos, pero con tantos recursos ofensivos como tienen es difícil analizarlos muy bien. Tienen muchas cosas diferentes individual y colectivamente.

Seguro de la preperación de Ceferin y orgulloso de Doncic

Eslovenia ha generado una especie de triángulo internacional de relevancia actual en el deporte, cuayos vértices son Aleksander Ceferin, nuevo pesidente de la UEFA, el diamante baloncestístico que es Luka Doncic, del Real Madrid, y el mismo Jan Oblak.

“Me gusta mucho el baloncesto”, reconoce el guardameta rojiblanco. Entonces, la pregunta es inevitable. ¿Qué opina de Doncic? “Como todos sabemos, Luka es el mejor jugador del mundo de su edad. Es un talento enorme y ojalá siga haciendo tan bien las cosas como hasta ahora”, dice orgulloso de su compatriota, que este año apunta a su despegue definitivo en el equipo de baloncesto del Madrid.

“El año pasado hablamos algunas veces. No nos vemos mucho porque él es un poco menor que yo y cada uno está metido en su deporte. Quedamos en ir a comer algún día, pero aún no hemos encontrado el momento para hacerlo”, explica. Sobre Ceferin, Oblak resalta lo importante que ha sido para Eslovenia su elección como el hombre que toma el testigo del sancionado Michel Platini. “Para un país tan pequeño como el nuestro es muy importante que una persona haya llegado a ese puesto, el segundo más importante del fútbol mundial tras el de presidente de la FIFA”, precisa.

Durante la campaña, sus rivales, Villar y el holandés Van Praag, le acusaron de ser demasiado joven. “Le conozco muy bien, ha hecho un gran trabajo en la federación. Es una persona muy preparada, aunque no lo va a tener fácil”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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