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El Villarreal logra un empate en Cornellà que al Espanyol le sabe a derrota

Sánchez Flores no encuentra la fórmula para un equipo que no puede ganar en Cornellà y no se encuentra ante un compacto aunque inocente Villarreal

Juan I. Irigoyen
Gerard Moreno supera a Musacchio, en el Espanyol-Villarreal.
Gerard Moreno supera a Musacchio, en el Espanyol-Villarreal. Toni Albir (EFE)

Hundido en el fondo de la tabla, el Espanyol andaba necesitado de unos mimos para su autoestima, un triunfo que justificara la inversión de Chen Yansheng y revindicara el rol de Quique Sánchez Flores en el banquillo. Pero el técnico madrileño no encuentra la fórmula de la victoria, mucho menos ante su afición. No tenía un huésped dócil el cuadro blanquiazul. El Villarreal de Fran Escribá tiene clara su hoja de ruta, invicto esta temporada, capaz de robar un punto en el Bernabéu, imposible de batir para el Espanyol de Sánchez Flores, que ya no sabe qué hacer para adormecer una angustia que no para de crecer en Cornellà.

Ayer compañeros, hoy rivales; el partido tenía un duelo especial en los banquillos. Quique Sánchez Flores y Fran Escribá trabajaron juntos durante años, pero después de su paso por el Atlético decidieron separar sus caminos. Un pulso táctico, sin vencedor. El Villarreal dominó el juego y el partido en el primer tiempo, el Espanyol se rebeló tras el descanso. Pero ni el fútbol de los amarillos, ni el atrevimiento de los blanquiazules, lograron sacar el cero del tablero.

Mientras el Espanyol viaja por la Liga en busca de su identidad, el Villarreal sabe a lo que juega, sin importarle quién manda en el banquillo, el cuadro amarillo tiene un sello propio que estira en el tiempo. Maneja todos los registros del juego el Villarreal, cómodo cuando tiene que cuidar la pelota, peligroso cuando ataca al espacio. Pero en Cornellà a los peloteros del conjunto de Vila-Real, Castillejo, Dos Santos y Soriano, se les extravió el último pase para encontrar al solitario Sansone. Y lo que no supieron hacer los mediapuntas, lo resolvió Víctor Ruiz. El central, se vistió de enganche y metió un pase genial entre líneas para dejar solo a Castillejo frente a Diego López. El guardameta blanquiazul se erigió en salvador de su equipo, una vez más en lo que va del curso. Fue en la única ocasión que el Villarreal y el Espanyol se acordaron de que había porterías en el RCDE Stadium.

Se lavó la cara el Espanyol en el vestuario. Quique Sánchez Flores adelantó las líneas y sus muchachos despertaron el fútbol que guardan en sus botas. Apareció Reyes, Caicedo comenzó a tirar diagonales y Hernán Pérez apretó el acelerador. El cuadro blanquiazul se animó a tener la pelota e incomodó a Asenjo, hasta entonces invisible. El arquero primero rechazó un tiro libre de Hernán Pérez y luego hizo diminuta la portería al ecuatoriano, que, perdido por perdido, intentó inventar un penalti tan exagerado que ni la afición quiso protestar. Buscó el cuadro blanquiazul la victoria con más ganas que fútbol; sin embargo, el Villarreal ni se mosqueó. El cero ya estaba clavado en el marcador, un empate con sabor a derrota para el Espanyol, que no puede ganar ante su afición.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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