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El Madrid arrolla al Valencia con otra exhibición de LLull

Los de Laso, liderados por el base mallorquín, van sobrados y vencen sin apuros en uno de los campos más difíciles

Alejandro Prado
Van Rosson intenta superar a Carroll.
Van Rosson intenta superar a Carroll.Kai Försterling (EFE)

Tan solo tres días de la fiesta ante los Thunder, con la consiguiente borrachera de puntos y minutos de juego, el Madrid no tuvo ni la más mínima resaca. Los de Laso despacharon al Valencia con abrumadora solvencia. Y es que la plantilla blanca es tan amplia y rebosa tanto talento que da la impresión de que podría jugar a diario y hacerlo siempre a alto nivel.

Valencia B., 75 - Real Madrid, 94

Valencia Basket (17+19+18+21): Vives (9), Rafa Martínez (-), San Emeterio (5), Sikma (12), Bryant (2) -cinco titular- Thomas (12), Diot (6), Van Rossom (4), Jankovic (-), Dubljevic (11), Oriola (2) y Sato (12).

Real Madrid (23+19+34+18): Llull (18), Rudy Fernández (17), Maciulis (3), Randolph (9), Ayón (12) -cinco titular- Draper (1), Nocioni (7), Reyes (4), Carroll (9), Hunter (6) y Doncic (8).

Arbitros: Pérez Pérez, Araña y Fernández. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de la fase regular de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.500 espectadores.

Con el turbo siempre sale Sergio Llull, que no contento con la exhibición ante los NBA, volvió a lucir como acostumbra últimamente. El base balear decidió siempre cuándo se acababa el partido. Ya fue el protagonista del primer arreón madridista, nada más empezar: un 0-7 para marcar distancias desde el comienzo. Llull estaba como una moto y los jugadores del Valencia solo podían verle pasar hacia el aro. Bandejas o triples, daba igual, imparable para cualquiera. Al final fueron 18 puntos y 8 asistencias y 27 de valoración, una marca sobresaliente pero que empieza a ser lo habitual del 23 blanco. Se antoja difícil ahora mismo pensar en un jugador más determinante en el panorama europeo.

El Valencia, por supuesto, no quería morir tan pronto y se agarró siempre al partido. Se resguardó un poco al final del primer cuarto (17-23) y volvió a resistir otra embestida madridista cuando Felipe Reyes y Hunter salieron para merendarse el rebote. Los naranjas se mostraban erráticos en el lanzamiento y los pívots blancos no pemitían ni una. La diferencia llegó a superar la decena, pero unos buenos minutos en la dirección de Guillem Vives apretaron el electrónico poco antes del descanso.

Tras el receso el Madrid volvió a la carga y esta vez ya sí que fue la definitiva. Laso dio carrete a Doncic, inédito hasta ese momento, y el niño prodigio no defraudó. El esloveno hizo de todo y todo bien en el rato que estuvo en cancha. Asistencias, rebotes, tapones a´ pívots y los puntos necesarios para abrir boquete. Ya se le conoce de sobra, pero no deja de maravillar este chaval, sin edad para conducir pero con capacidad de sobra para dirigir a todo un Real Madrid.

Ya era demasiado para el Valencia, que un pispás se vio 20 abajo y viendo como también Rudy se enchufaba de cara al aro. A golpe de triple el Madrid mató cualquier atisbo de reacción local. Un acierto del 50% (11 de 22) imposible de contestar. Aun así se acercó tímidamente al principio del último parcial (63-76), pero Llull se puso serio de nuevo con varias canastas seguidas que mandaron el partido a dormir y a su equipo a pensar en el comprimido calendario que le espera. Cosa que de momento parece no importar cuando hay una plantilla donde el talento sobra.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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