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Hamilton se queda en Babia

Un error del británico en la arrancada despeja el camino de Rosberg, que puede llevarse el título a base de segundos puestos

Oriol Puigdemont
Hamilton le tira champán en la cara a Rosberg tras el Gran Premio de Japón.
Hamilton le tira champán en la cara a Rosberg tras el Gran Premio de Japón.TORU HANAI (REUTERS)

Lewis Hamilton empieza a pensar que no será capaz de ganar este Mundial de Fórmula 1, o al menos esa es la sensación que se llevó todo aquel que le vio correr ayer en Suzuka, donde emergió la versión más melancólica, frágil y timorata de este animal competitivo. Hamilton llegaba a Japón en un momento muy complicado después de abandonar la semana anterior, en Malasia, donde el motor de su coche se puso a arder cuando el británico circulaba cómodamente al frente del pelotón. A su rajada contra Mercedes, con insinuaciones de sabotaje incluidas, le siguió una disculpa pública tras recibir una reprimenda por parte del equipo y una serie de mensajes en las redes sociales promocionando a la tropa que le asiste allí por donde va. Cosas del destino, siete días después de su cabreo fue él quien la lió al quedarse congelado en el momento de la salida.

El piloto pide a Mercedes retirar una protesta: “Somos campeones”

El piloto británico de Fórmula 1 Lewis Hamilton (Mercedes) solicitó ayer a su equipo que retirara la protesta por la maniobra defensiva realizada por el holandés Max Verstappen (Red Bull), una frenada con cambio de dirección, en la última vuelta de Japón ante el inglés. Hamilton alegó que los “campeones” no hacen “esas cosas”. Finalmente, Mercedes retiró la protesta. “No es una protesta por mi parte. Acabo de escuchar lo que hizo el equipo, pero yo les dije que no hacemos esas cosas. Somos campeones”, aclaró en la red social Twitter tras la prueba en el circuito de Suzuka.

La escudería alemana elevó la queja por una supuesta conducción “peligrosa” del holandés, que en la vuelta 52 obligó a Hamilton a realizar una acción evasiva en la curva 16, en un momento en el que ambos peleaban por el segundo puesto, que finalmente ocupó Verstappen.

El holandés, por su parte, aseguró que la segunda posición lograda "es un gran resultado para el equipo" y explicó la maniobra: "Lewis era significativamente más rápido en los últimos compases y sabía que me iba a coger, el tiempo en los paneles iba reduciéndose en cada vuelta. En la última chicane vi por el retrovisor cómo se acercaba y defendí mi posición, que me permitió lograr la segunda plaza", declaró.

El actual campeón midió mal al soltar el embrague y casi provocó que saltara el sistema anti calado; un fallo que no es la primera vez que comete, que hizo que sus opciones de victoria se esfumaran y, quién sabe, si también las que tenía de revalidar el título. Pero lo más preocupante para él ya no fue el error en el arranque en sí, sino el periodo de letargo en el que entró inmediatamente después, seis vueltas en las que estuvo grogui, sin capacidad de respuesta y deambulando en la octava plaza, hasta que en la séptima despertó y comenzó a escalar posiciones. Si finalmente Hamilton subió al tercer escalón del podio fue porque Ferrari volvió a pegarse un tiro en el pie, o mejor dicho al de Vettel, que tenía el tercer puesto en el zurrón hasta que sus estrategas le hicieron el lío –se durmieron en la segunda parada y le llamaron al taller dos vueltas tarde–.

Con tantas ayudas y subido en el cohete en el que viajaba, Nico Rosberg lo tuvo chupado para lograr su novena victoria del curso y seguir apuntalando esa corona que tanto se le resiste y que esta vez tiene más cerca que nunca. Las estadísticas están de su lado, y perder esta oportunidad solo podría entenderse a partir de una hecatombe que parece improbable si tenemos en cuenta cómo se están dando las cosas. La segunda posición fue para Max Verstappen, capaz de plantar un muro delante de Hamilton, que llegó al final con más fuerza que él, y de impedir que le adelantara en una maniobra al límite en la penúltima vuelta. Fernando Alonso concluyó el 16º, justo por delante de Carlos Sainz (17º). Esta combinación de resultados, por lo demás, otorga matemáticamente a Mercedes el tercer título de constructores de forma consecutiva.

Por más que el alemán lo tuviera todo mucho más fácil a partir del calamitoso inicio de carrera de su vecino de taller, Rosberg lo volvió a hacer todo bien, sin ninguna grieta o error, ni suyo ni de su gente, y gracias a eso ya tiene en su mano la posibilidad de llevarse el que sería su primer Mundial. Al corredor de Wiesbaden le basta con terminar el segundo en las cuatro paradas del calendario que todavía deben disputarse para alcanzar ese objetivo, mientras que Hamilton ya no de pende de sí mismo, ni siquiera conquistando los 100 puntos que hay en disputa.

“Soy consciente de los 33 puntos que tengo a mi favor, pero no es algo en lo que me fije. Las matemáticas no sirven de nada cuando quien te persigue es Lewis Hamilton No tiene sentido cambiar el enfoque, así está funcionando bien”, concedió Rosberg. “Claro que la cosa se complica. Recuperar tantos puntos es muy difícil, y además Nico está haciendo un muy buen trabajo. Pero lo único que puedo hacer es pensar que aún es posible”, respondió Hamilton. “Lewis tiene que intentar ganar todas las carreras que quedan, pero el margen a favor de Nico es mucha, y hay que tener en cuenta que ambos van con el mismo coche, de modo que es muy difícil voltear esta situación”, zanjó Niki Lauda, uno de los máximos responsables de Mercedes.

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