_
_
_
_
_

Bravo pierde con las manos y los pies

El portero del City, al revés que Ter Stegen, encaja un gol y es expulsado por un mal pase

Jordi Quixano
Bravo toca el balón con las manos fuera del área.
Bravo toca el balón con las manos fuera del área.Albert Gea (REUTERS)

Su sonrisa, de oreja a oreja, expresaba la felicidad del reencuentro, la alegría de volver a saludar a los que fueron sus compañeros en los dos últimos años. Claudio Bravo repartía antes del encuentro estrujones de mano, palmaditas y animada conversación en el túnel de vestuarios, siempre correspondido, y se reservó un último abrazo para Marc-André Ter Stegen, su anterior socio en la portería y ahora rival, con el que cruzó unas pocas palabras, un par de sonrisas y una leve colleja. Con naturalidad; sin acritud.

Hace poco, en la sala de prensa del Moenchengladbach, Ter Stegen verbalizó la rivalidad deportiva que existía entre ambos, toda vez que Luis Enrique decidió que la Liga era para el chileno al tiempo que las competiciones de eliminatorias —menos el Mundial de Clubes— eran para el alemán. “Era una situación difícil porque los dos queríamos jugar. Él tomó su decisión, la que creyó mejor, y yo estoy contento aquí”, resolvió. Se refería a que Bravo hizo mutis por el foro este verano, obviando la oferta de renovación del Barça, prendado por la propuesta de un Manchester City que le daba la titularidad por decreto porque, acorde con la voluntad de Guardiola, se imponía un portero que jugara con los pies para sacar el esférico desde atrás. Por lo que Bravo, anoche, se puso los guantes por primera en el Camp Nou en un duelo europeo. Pero lo hizo bajo el larguero citizen.

El fútbol es un juego de errores y son cosas que pasan. No tengo dudas sobre Claudio Pep Guardiola, técnico del City

Sobre el césped, en cualquier caso, se acabaron las complicidades. Así lo aclaró Messi de buenas a primeras, validado por un resbalón de Fernandinho que le plantó ante el portero. Dos toques, Bravo a la lona y tanto del argentino. Otra cosa fue ante Luis Suárez, que le probó en dos ocasiones sin acierto porque el chileno puso las manoplas a tiempo. Pero para guantes los de Ter Stegen, que, al más puro estilo de la escuela alemana, puso firme el gadjeto-brazo en un disparo de Nolito y repitió poco después en otro de De Bruyne, al que amargó en dos ocasiones más con estiradas de mérito. También a Kolarov en un lanzamiento de falta.

Exigidos los dos metas, además, por el estilo de posesión y por la obligación de sacar la pelota desde la raíz, también dijeron la suya con los pies. Muchas veces en corto y cuando la presión rival fue asfixiante, en largo.

Pifia de líbero

Apenas falló Ter Stegen y lo mismo ocurrió con Bravo hasta que hizo una pifia espantosa. Resulta que, actuando de líbero, recogió un balón huérfano que trató de jugar ante la presión de Luis Suárez. Le dio mal, con el talón, y el delantero aprovechó para lanzar una vaselina que el chileno solo pudo despejar con las manos. Tarjeta roja y final de la historia para Bravo, que dejó el Camp Nou de la peor de las maneras.

“El fútbol es un juego de errores y son cosas que pasan. No tengo dudas sobre Claudio”, expuso Guardiola. “La vida del portero es esto. No hay problema para él ni para su equipo”, resolvió Ter Stegen, vitoreado por la hinchada y desatado con los goles de los suyos, que decidieron un duelo que perdió Bravo con manos y pies.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_