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“Un duelo Bekele-Kipchoge puede rebajar el récord en medio minuto”

El español Marc Roig, atleta y fisioterapeuta de los grandes nombres del maratón, expone los secretos del atletismo etíope en su nuevo libro

Álvaro Sánchez
Kenenisa Bekele durante un entrenamiento en Etiopía, el año pasado.
Kenenisa Bekele durante un entrenamiento en Etiopía, el año pasado.Marc Roig

El hombre introvertido frente al conversador. El genio de la pista ante el dominador de la ruta. Kenenisa Bekele o Eliud Kipchoge. Etiopía o Kenia. Pese al componente de incertidumbre inherente al maratón, el dilema no parece ahora mismo si se batirá próximamente el récord del mundo —actualmente propiedad del keniano Dennis Kimetto con sus 2h 2m 57s en Berlín 2014— sino cuál de estos dos atletas lo hará. El enfrentamiento entre ambos es la gran cita futura de la larga distancia, todavía sin fecha ni concreción, pero no por ello menos esperada. "Un duelo Bekele-Kipchoge puede rebajar el récord del mundo en medio minuto", estima Marc Roig, español afincado en Kenia y fisioterapeuta de ambos.

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Hace poco más de un mes, Kipchoge era el gran candidato para desbancar a Kimetto, pero el escenario ha cambiado con Bekele rozando el récord en el Maratón de Berlín después de una larga travesía por la segunda fila, un lugar desconocido para el actual plusmarquista mundial de 5.000 y 10.000 metros. Descartado por Etiopía para representar al país en los Juegos Olímpicos de Río tras unos meses fuera de forma, Bekele dio en la capital alemana el golpe en la mesa que se esperaba de él desde su debut en maratón quedándose a apenas seis segundos del récord y situándose como el segundo hombre más rápido de la historia en correr los 42 kilómetros y 195 metros. El tercero es Kipchoge, que sustenta su dominio tanto en el cronómetro como en su regularidad: ha ganado siete de los ocho maratones que ha corrido.

La vida de Marc Roig (Sant Pol de Mar, 1984), un aventurero del atletismo capaz de recorrer Europa en tren con unas zapatillas en la mochila para ganar unos euros compitiendo de carrera en carrera, cambió de golpe durante el verano del pasado año. Llevaba apenas un mes en Kenia cuando recibió una propuesta irrechazable de los precursores del Proyecto Sub 2h, una iniciativa científica que busca romper esa barrera considerada por muchos como utópica: iría a Etiopía para convertirse en la sombra de Bekele durante seis meses, no solo moldeando sus músculos cansados en la camilla tras los entrenamientos, sino también supervisando las sesiones de gimnasio o estiramientos para recuperar para la competición a un hombre taciturno y desmoralizado al que los patrocinadores revisaban año a año los contratos a la baja.

"Tiene tanto talento que no le hacía falta exprimirse al máximo para ganar, y dejó de ver necesario el trabajo paralelo de entrenamiento invisible para mantenerse libre de lesiones y correr como antes. Pero ganó peso y con el paso del tiempo ya no le resultó tan fácil. Ha costado pero ha cambiado el chip y ahora, tras Berlín, está agradecidísimo. Ha vuelto a creer en sí mismo y ha soltado la rabia que guardaba dentro por quedarse fuera del equipo olímpico", cuenta Roig. En ese tiempo pudo ver en acción al genio etíope. "Le vi cosas alucinantes. Con el chándal puesto rodar varios kilómetros a tres minutos cada uno, sin hacer caso al entrenador que le decía que aflojara a 3m 10s-3m 20s e ignorándolo cuando le decía que parara".

La experiencia le sirvió para compartir horas y horas con Bekele, un hombre un tanto inaccesible. "Es muy introvertido. Cuesta mucho entrar a formar parte de su círculo. Es atento y muy buen padre. Juega con sus tres hijos y los lleva al parque. Pero es reservado, ni siquiera tiene Whatsapp", cuenta. También para escribir un libro, Corre como un etíope, en el que penetra en el submundo atlético del país de origen de atletas como Abebe Bikila o Haile Gebrselassie.

Kenenisa Bekele durante un entrenamiento en Etiopía.
Kenenisa Bekele durante un entrenamiento en Etiopía.Marc Roig

Para alguien que ha vivido y entrenado con los mejores atletas de ambos países, las comparaciones entre las dos grandes potencias resultan inevitables. "Mientras en Kenia los atletas viven en zonas rurales y a veces empiezan a correr desde la puerta de casa, en Etiopía residen en la capital. Me parece un gran error porque puedes entrenar 30 o 40 kilómetros a las seis de la mañana pero vuelves a Addis Abeba entre atascos y cuando comes han pasado muchas horas. Se pierde la ventana de aprovechamiento de nutrientes de justo después de entrenar". En ambos países tienen su alimentación tradicional, pero los ingredientes principales son diferentes. "En Kenia es el ugali, a base de maíz, y en Etiopía el Teff, nutricionalmente mucho más rico, sobre todo en hierro".

En una disciplina donde apenas seis segundos en 42 kilómetros pueden suponer la diferencia entre obtener o no un récord, todos los detalles cuentan. Roig ha vivido en primera persona la completa dedicación que supone la larga distancia entre rígidas rutinas resumidas en correr, comer, dormir. "Con atletas de alto nivel a veces no salen temas de conversación. Este es su único mundo. No le puedes preguntar cuál es la última película que ha visto en el cine o que visitó cuando corrió el Maratón de Londres. Van del hotel al circuito y vuelta a casa".

Roig, atleta semiprofesional y liebre en los dos récords del mundo de medio maratón femenino batidos por Florence Kiplagat en Barcelona, ya está de vuelta en Kenia, donde de vez en cuando un tal Eliud Kipchoge le suelta un "¿estás libre?" al otro lado del auricular. "Es más hablador y muy inteligente. Se preocupa de estar al día y devora libros. Le gustan las biografías". Cuando su trabajo se lo permite, Roig se suma a los vertiginosos entrenamientos de fartlek o las tiradas largas de los jueves, cuando alternan 30 kilómetros una semana y 40 kilómetros la siguiente.

¿Quién será el dominador del maratón en los próximos años? Es la gran pregunta. "A día de hoy no lo sé. Por la experiencia que tiene, Kipchoge sabe correr muy bien. Domina la distancia. Pero lo veo a un 50-50. Si uno de los dos solo llega al 95%, el otro tiene ventaja. Si los dos llegan al máximo es difícil de predecir".

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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