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Morata aúpa al Madrid ante el Athletic

Un gol del canterano pone líder al equipo de Zidane tras un complejo partido frente a un rival que compitió bien pese a las bajas

Morata hace el gol de la victoria. / En vídeo: Rueda de prensa del entrenador del Real Madrid, Zidane.Vídeo: ATLAS
José Sámano

Donde no llegó Williams llegó Morata, que no es la primera vez que descorcha un partido complejo para el Madrid. Lo fue su choque con el Athletic, que le tuvo en jaque hasta que Lucas y el propio Morata acentuaron el debate. Sus minutos, de saldo por ahora, suelen ser meritorios, pero no acaban por derribar la puerta. Cristiano está ofuscado y Benzema aún no pita del todo, pero el peso de ambos es incuestionable para Zidane. Tiene lógica, porque precisa recuperarlos, pero la gente se cuestiona cómo administrar el presente. Mientras se lo piensa el técnico galo del equipo líder, Morata acudió puntual al rescate. Lo que no logró Williams, que se fundió con dos ocasiones clarísimas con el partido igualado.

Tan capaz de bordarlo ante el Betis como de agrietarse frente al Athletic. Así circula este pendular Madrid que no acaba por cuadrarse. Contra los muchachos de Valverde, hasta el soplido de corneta final, se mostró algo expansivo con la pelota, pero, de nuevo, se rajó más de la cuenta sin ella, sin mordida para el quite. Sin balón, otra vez hubo dimisiones. Lo aprovechó el Athletic, que llegó a Chamartín rebajado por las bajas (Aduriz, De Marcos, Balenziaga, Beñat) y se vio ante un partido más suelto de lo que esperaba. Compitió de maravilla hasta que reculó más de la cuenta, empotrado por un Madrid que apretó con mayor fervor en el último trecho del encuentro.

En algunos tramos iniciales fue pasmosa la facilidad con la que a los visitantes se les abrían los pasillos hasta el balcón del área de Keylor, al que Williams probó poco antes del tanto de Benzema. Marcelo ejecutó un formidable y lejano pase en diagonal para Isco. El joven Saborit ganó la posición al malagueño, pero él solo la perdió y acabó de culo. Isco solo tuvo que citar a Benzema con el gol. La diana espabiló a los de Zidane, que sellaron sus mejores momentos del primer acto. El Athletic retrasó la presión, Kroos cogió la bandera y el Madrid gobernó un trecho sin mayor oposición. Marcelo, Isco y Benzema, que dio aire a CR como ariete, se asociaron por la izquierda y abrieron la mejor vía de evacuación del Madrid. Resistió el Athletic y poco a poco los blancos perdieron hueso. Lo adivinó el equipo vasco, que sin delantero puro hizo prevalecer a su columna de centrocampistas. Ausente Aduriz, Valverde apostó por futbolistas para llegar, no para estar: Williams, Raúl García, Eraso, Sabin Merino...

El Athletic también adivinó cuál era su mejor ruta, la misma por la que envidaba con peligro su rival. Al frente de todos, Lekue, un chico reconvertido al lateral, veloz y con un buen pie. Primero asistió de maravilla a Sabin Merino, cuyo cabezazo se fue más desviado de lo que apuntaba la jugada. Y antes de la media hora se evidenció la flojera madridista. El Athletic, nunca intimidado, puso el partido entre paréntesis con una jugada eterna, con toques por todas las zonas, con idas y venidas por los dos costados y hasta con la intervención de Iraizoz, su portero. Enfrente, los blancos contemplativos, con muchos de mirandas. Cuando entró en escena Lekue, el asunto de complicó para el Madrid. Su aventura por la derecha derivó un servicio para Eraso, que salió airoso de varios rebotes y encontró en Merino el punto final. Un lazo al desparpajo del Athletic, un borrón para el desaplicado Real.

El empate tardó en escarmentar a los locales, que mantuvieron su perfil ambulante. Algunos destellos y mucho desaliño, lo que pasó desapercibido para la hinchada. Al cierre del primer tiempo, el personal se incomodó con una contra de CR que el luso decidió concluir por su cuenta antes que dar carrete a Isco, desmarcado para el gol. Lo mismo sucedió en la jugada terminal del choque, cuando solo, de frente a Iraizoz, tiró contra el muñeco en vez de conectar con Morata y Kroos, que llegaban sin arresto. No remonta Cristiano, desconcertado por su errático punto de mira. Remató mucho, sin tino. Por primera vez, CR ha encadenado cuatro partidos sin marcar en el Bernabéu.

Sin mejoras de vuelta del descanso, un dislocado remate de Williams con todo a favor, terminó por alertar a Zidane. El Madrid no daba con la tecla y los revulsivos están muy marcados, por más que Lucas y Morata sean carne de banquillo por el intocable muro de la BBC. El primero relevó a Isco y el segundo, a Benzema. Al partido le cambió la cara. No hubo un brote de buen fútbol, pero sí subió el volumen del Madrid, ya más enérgico, con mayor pulso. A la carga, con Bale más activo, el equipo abrochó al Athletic, cada vez más encapotado en su área. De uno de esos arrebatos surgió el gol de Morata, que remató un centro de Bale. No estuvo fino Iraizoz, al que el balón se le fue entre las piernas. Antes de que CR se enredara por última vez, Williams, tras una pifia de Varane, falló su duelo con Keylor. No fue su día. Era el 24º cumpleaños de Morata.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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