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El Barcelona no gana para disgustos en Belgrado

El Estrella Roja derrota a un abatido equipo azulgrana y Pau Ribas se suma a su larga lista de lesionados

Robert Álvarez
Pau Ribas, ante Jenkins.
Pau Ribas, ante Jenkins.Darko Vojinovic (AP)

El Barcelona se desplomó en Belgrado, donde perdió (76-65) y se sumió de nuevo en la densa niebla producida por los errores e intermitencias de su juego y por una sucesión de lesiones sin fin. En el repleto y caldeado Pionir, el infortunio se cobró a Pau Ribas como último damnificado. Avanza la temporada y no se entrevé la salida de ninguno de los túneles en los que se adentra el Barcelona. Con el agravante de que cada derrota supone un lastre más en la mochila y el calendario es inclemente, con otro partido de la Euroliga, mañana ante el Brose alemán, uno de la Liga Endesa el domingo en Fuenlabrada, para acto seguido encarar la próxima semana los que le enfrentarán al Maccabi y al Real Madrid. Un mal panorama si se atiende al mal momento por el que atraviesa el equipo azulgrana.

ESTRELLA ROJA, 76; BARCELONA, 65

Estrella Roja: Jenkins (8), Dangubic (2), Jovic (4), Mitrovic (1), Kuzmic (6) –equipo inicial-; Rebic (0), Lazic (9), Simonovic (13), Guduric (21) y Bjelica (12).

Barcelona Lassa: Rice (9), Oleson (15), Perperoglou (2), Claver (12), Tomic (8) –equipo inicial-; Dorsey (3), Pau Ribas (9), Vezenkov (4), Peno (0) y Eriksson (3).

Parciales: 9-16, 15-31, 20-17 y 16-17.

Árbitros: Ryzhyk (Ucrania), Shain (Italia) y Fritz (Alemania).

Pionir de Belgrado. 18.150 espectadores. Partido de la tercera jornada de la Euroliga. El Barcelona suma dos derrotas y una victoria.

En Belgrado, todo parecía rodar a gusto de Bartzokas hasta el minuto 15 cuando Pau Ribas aportó dinamita con tres triples seguidos en el segundo cuarto y propició que los suyos se estiraran en el marcador (22-29). Lo hizo además en un momento importante, cuando Guduric y Simonovic acabaron con la sequía ofensiva de su equipo y rebajaron la desventaja de su equipo (17-18). Pero esos triples de Pau Ribas volvieron a catapultar al Barcelona, mientras que el Estrella Roja sufría para anotar –empezó con un 0 de 5 en triples-, y para rebotear. Y además, Jenkins había sumado su segunda falta en solo cuatro minutos.

La falta de recursos se hizo entonces evidente en el cuadro azulgrana. La defensa del Estrella Roja tenía bastante con centrarse en Pau Ribas para desactivar el caudal ofensivo del Barcelona. Se notaba sobremanera la ausencia de Tomic. El Estrella Roja, con mucha presión y muchas intercepciones, provocó pérdidas de balón que hicieron mella en el Barcelona. Y Simonovic y Guduric siguieron a lo suyo, cada vez más cómodos, cada vez con tiros más liberados frente a la desajustada defensa azulgrana. El Estrella Roja se adelantó (35-31). Y para colmo de males, Rice se tropezó con Vezenkov y tuvo que salir de la cancha unos instantes. Lo suyo fue una falsa alarma. Pero acto seguido Pau Ribas resbaló y tuvo que abandonar la cancha en camilla, aquejado de una lesión en el tendón de Aquiles. El colmo de la desgracia.

El Barcelona tiene repleta la enfermería. Y Bartzokas, que ya no pudo contar con Navarro, Doellman, Koponen y Lawal en Belgrado, siguió desesperándose en el banquillo. Maldijo la mala suerte que parece perseguir a sus jugadores con una sucesión de lesiones que no parecen tener fin, pero también se lamentó por acciones tan pueriles y perjudiciales como una falta antideportiva del recalcitrante Dorsey y una falta inocente de Peno que dio un dos más uno a los jugadores serbios. El Barcelona se pasó los últimos cuatro minutos del segundo cuarto sin anotar un solo punto y recibió un parcial de 16-0 y pasó, de dominar (22-29) a ser dominado (40-31 al descanso).

El Estrella Roja llegó a alcanzar una ventaja de 14 puntos (62-48) en el inicio del último cuarto. Oleson, que asumió el papel de cañonero desde el inicio, fue el único que actuó con la agresividad ofensiva y las dosis de acierto necesarias para zarandear la defensa del cuadro serbio. Estuvo demasiado solo en un equipo definitivamente abatido.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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