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Al Calderón se llega más temprano que nunca para el derbi

Los aficionados rojiblancos comienzan a llenar los aledaños del estadio en la despedida de los Atlético-Real Madrid de Liga del Manzanares

El coche de Samuel Abad, que llegó a las 17.00 al Vicente Calderón.Vídeo: FOTO Y P. VANDE RUSTEN

Lo han jugado Zidane y Simeone en sus ruedas de prensa. Lo jugarán Griezmann, Ronaldo, Bale o Koke, pero el derbi ya se ha comenzado a disputar desde hace meses. Las entradas se agotaron más rápido que nunca y durante los últimos días la gente, esa que también hace que este partido sea de los más importantes del mundo, ha competido en las aceras, en los bares, en los cafés, en los taxis, en los garajes, en los buses, en el metro y en las escuelas de Madrid. "¿Con quién vas?", es la pregunta que se ha escuchado junto con alguna broma por las calles de la capital estos últimos días.

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Esta tarde, si la Champions no vuelve a cruzarlos, será la última vez que el Vicente Calderón reciba a su eterno rival, el Real Madrid. Cerca del Paseo de los Melancólicos, cada vez más nostálgico, todos, cuando faltan dos horas para el derbi, van con uno solo: el Atleti. Algunos llegaron a las 12.00, como Félix Rodríguez (52) y su peña. "Estamos aquí hace 20 años, pero la peña existe desde 2011", asegura Rodríguez, que con su silla de ruedas sigue al Atlético a todos lados. "Ya tenemos nuestro abono para el nuevo estadio", afirma, sin preocuparse por el cambio de casa. "La principal diferencia entre los aficionados del Atlético y los del Real Madrid es el corazón", sostiene, orgullosa, Cristina Fernández, otra integrante de la peña. "El Atlético une gente, solo nosotros podemos hacerlo", cuenta Rodríguez. Todos están de buen humor y enseñan sus banderas y bufandas rojiblancas. Nadie quiere acordarse de las finales de Champions ni ven este u otro derbi como una revancha de lo ocurrido. "El día que se gane la Champions, que se ganará, no se borrarán las heridas de Lisboa y de Milan".

Los aficionados seguirán al Atlético allá donde vaya, pero hay varios preocupados por la mudanza a la Peineta. Paco y María tienen un puesto de venta de comida y admiten que ya no se vende tanto como antes "por la crisis" y que todavía no tienen su lugar asegurado entre los puestos del nuevo estadio. "Aún deben autorizarnos", sentencia, desganado Paco. Lo mismo dice Rafael Sánchez, el dueño de El Parador, el mítico bar de la esquina de Paseo de los Melancólicos. "Nos prometieron locales pero todavía nada", comenta.

Lleno e ilusión

Mientras cae la tarde, y la esquina del bar de Rafael se llena de aficionados rojiblancos que no quieren perderse el último derbi, un coche pintado con los colores del Atleti se abre paso y los hinchas entonan el clásico: "Te quiero Atleti, lo lo lo lo lo lo lo lo, te quiero Atleti, lo lo lo lo lo lo...". Conduce Samuel Abad y le acompaña su esposa, Rosa, de la Peña Atlética de Benidorm. "No suelo ir al estadio pero me ha invitado la peña de Madrid y no quiero perderme la despedida", explica mientras los aficionados se toman fotos con su coche. "Circula por toda España", asegura, sonriente. "Fui a Milan y a Lisboa", dice. Aunque rápidamente, como los otros aficionados, aclara: "No es una revancha. Es una competición de dos equipos hermanos aunque mucha gente no quiera admitirlo. Ambos representan a la ciudad de Madrid".

El sol termina de ponerse, los bares se llenan, el frío de noviembre se vuelve cálido entre los cánticos colchoneros. No se ve, todavía, a nadie del Real Madrid. Abad mueve su coche. Enciende el motor. La gente espera que esta noche el Atleti arranque fuerte.

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