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Neymar se queda solo

El brasileño no se encuentra con Alcácer ni Arda y asume todo el protagonismo en ataque hasta la irrupción de Piqué

Jordi Quixano
Neymar se lamenta de una ocasión fallada ante el Málaga.
Neymar se lamenta de una ocasión fallada ante el Málaga.Alejandro García (EFE)

Luis Suárez estaba en la grada del Camp Nou con su niño en el regazo y con Mathieu a su lado. Messi ni siquiera apareció por el estadio porque le pudo una gripe intestinal y debió guardar reposo en casa. E Iniesta, el enlace, el quarterback azulgrana que pone el desequilibrio y engarza con la última línea, también se quedó en la rebotica por su maltrecha rodilla, aunque se le espera en el clásico. Ausencias que señalaron a Neymar, el único atacante con gol toda vez que Alcácer sigue negado por decreto ante la portería rival. Por lo que el brasileño, que una vez más no negoció con el esfuerzo, se quedó solo. Al menos hasta el último cuarto de hora, cuando irrumpió Piqué en esa decisión cruyffista de utilizar al central como delantero centro. Pero nada le valió al Barça, que se quedó sin marcar por primera vez en la temporada.

Cinco de los ocho equipos que han aparecido por el Camp Nou han jugado con defensa de cinco

Ya es una tónica que los rivales encaren al Barcelona con una defensa de cinco y el Málaga no fue una excepción, entregado al ejercicio defensivo del cerrojo para buscar la inspiración en las transiciones defensa-ataque. Así lo han hecho cinco (Betis, Alavés, Granada y Celtic, además del Málaga) de los ocho equipos que han aparecido por el Camp Nou. Una táctica que reduce los espacios y las rampas hacia el gol azulgrana que ni siquiera Neymar pudo descifrar. Lo intentó el 11 en el primer acto con una libertad de movimientos inusitada, partiendo desde el extremo izquierdo pero apareciendo por sorpresa por todo el frente del ataque para descolocar a la zaga rival. Como esa en la que se dejó caer por la derecha y cedió el esférico a la carrera de Sergi Roberto, después mal finalizada por Alcácer.

La efervescencia exigida de Neymar —era la primera vez del curso que no tenía a ninguno de sus compinches en la delantera, por más que Suárez y Messi empezaron en el banquillo ante el Alavés— explicó que sin la participación del extremo no sería posible desmontar el entramado defensivo rival basado en la basculación y las ayudas. Entre otras cosas porque Alcácer resultó transparente para todos —no tocó el balón del minuto 10 al 41…— y porque Arda no pisó el área sino que se salió de la misma para tocar más balón que la moral al contrario. Tanto protagonismo argumentó el fútbol de Neymar, más de chispazos que partidos enteros, más de quiebros que de pases. Por lo que no extrañó que perdiera la cantidad exagerada 24 balones. Pero el peligro llevaba su nombre y no hubo jugada alguna en la que no participara.

Kameni lo para todo

Suyo fue el chut desviado tras un pase por encima de la defensa de Alcácer, como también lo fueron ese remate con la cabeza a centro de Rafinha y ese disparo con rosca que Kameni atajó sin apuros. Pero Neymar, que en el segundo acto se quedó más pegado a la banda con la idea de ampliar el campo, tenía más. Como en los saques de esquina que remató Piqué (uno bien atajado por el portero y otra mal finalizada por Mascherano al palo, que estaba en fuera de juego) o en ese pase de la muerte que Rafinha prolongó y que de nuevo Kameni evitó con una estirada felina, una oda a los reflejos.

No se detuvo el metomentodo de Neymar, que incluso ayer sacó 26 centros al área, y en una de sus conducciones logró la expulsión de Llorente, que se desentendió del balón. Momento en el que Piqué decidió dar tres pasos al frente y abandonar la defensa porque el Barça podía jugar sin portero ante la falta de ambición del Málaga. Sufrió un penalti claro por parte de Ricca que no apreció el colegiado e invitó a sus compañeros a colgar balones para ver si cazaba alguno por arriba. Aunque fue Neymar el que la tuvo tras un centro de Sergi Roberto que pilló descolocado a Kameni. Remató el 11 con la cabeza pero el portero se corrigió a tiempo y sacó las manoplas ante el desespero colectivo. Neymar lo probó en seis ocasiones y de las tres que fueron a portería no pudo con Kameni, por lo que el Barça, sin gol, tampoco superó al Málaga.

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