La victoria de Zidane
Con dos bajas de peso en el centro del campo, el técnico del Madrid redibuja el equipo con equilibrio y creatividad y supera el examen del Calderón
“Es un derbi y lo que quiero es ver un buen partido”, decía Zidane el viernes después del último entrenamiento previo al derbi. Apeló al fútbol y al buen juego. Igual que hizo el pasado mes de abril cuando el Madrid tenía que remontar un 2-0 al Wolfsburgo para clasificarse para los cuartos de Champions. El técnico francés (y Luka Modric también), lejos de recurrir a la épica, la garra, el carácter y el espíritu de las remontadas, se entregó al balón. “Oigo demasiados mensajes calientes y es lo contrario de lo que necesitamos, porque para pasar la eliminatoria habrá que tener mucha cabeza y jugar a fútbol”, dijo Zidane.
Anoche, en el Calderón, no había que remontar una eliminatoria pero sí enfrentarse a un rival que –finales de Champions aparte- le ha complicado mucho la vida al Madrid en los últimos años. En el Calderón no ganaban los blancos en Liga desde abril de 2013. Era, además, la primera salida difícil de la temporada. Era, sobre todo, el examen para Zidane (al que se le ha acusado de no tener variantes tácticas y de no saber leer y mover la pizarra) y para su Madrid. Un Madrid que, pese al liderazgo, había sufrido con casi todos sus rivales.
Del Calderón salió con una victoria por 0-3, con nueve puntos de ventaja con respecto al Atlético y cuatro con respecto al Barcelona. Fue el mejor partido de la temporada para los muchachos de Zidane. “Hicimos un partido enorme. No era fácil contra este rival. Hay pocos equipos que vendrán aquí a ganar 0-3”, comentó el entrenador.
Sin Casemiro ni Kroos, sin Morata y sin arriesgarse con Sergio Ramos y Benzema que salían de sendas lesiones, Zidane supo redibujar el equipo con inteligencia, equilibrio y creatividad. Se olvidó del 4-3-3 y optó por un 4-2-3-1. Modric y Kovacic formaron un doble pivote, y por delante de ellos, en una línea de tres, jugaron Lucas Vázquez, Isco y Bale. Cristiano Ronaldo se colocó de nueve.
El Madrid se adueñó del centro del campo y le ganó la batalla al Atlético. Isco tuvo libertad de movimientos (y fue una bendición para el Madrid), Bale y Lucas ayudaron a los laterales y Modric y Kovacic se repartieron las tareas de robar y construir. Fue un Madrid solidario, firme, ordenado y bello. Equilibrado, pero también creativo. “Sabíamos cómo iban a jugar”, aseguró Koke al final del partido. Y, sin embargo, el Atlético pareció tan sorprendido y noqueado que no pudo reaccionar hasta el comienzo de la segunda parte.
Zidane insistió en que el planteamiento fue el mismo de siempre: salir concentrados desde el primer minuto. “Sí, puse una línea de tres con Lucas, Isco y Bale, pero para mí los esquemas no existen, puede haber tres arriba, cuatro, dos, lo importante es lo que da cada jugador de sí mismo. No era fácil pero sí muy importante ganar la batalla en el centro del campo: Luka y Mateo e Isco más adelantado en la que es la mejor posición para él, nos han dado muchísimo. La idea era jugar bien al fútbol e intentar ganar”, explicó.
¿Un golpe a la Liga?, le preguntaron al técnico francés. “No, nada, para nada. Hemos ganado un partido y sabemos las dificultades que vamos a tener de aquí al final, empezando por el martes en Lisboa [contra el Sporting en Champions]”. Ya advirtió que la posición de Cristiano -de nueve anoche y muy cómodo- puede volver a cambiar, que no es algo fijo para toda la temporada. Pero, de momento, sabe que hay vida más allá de la BBC, que se puede experimentar con este equipo y que sus jugadores responden. Y que, como dijo Carvajal: "si defendemos todos, es difícil meternos mano".
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