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Benzema rescata a un Madrid menor ante el Sporting de Portugal

Un gol del galo elimina al equipo portugués y los de Zidane se jugarán el primer puesto con el Dortmund

José Sámano
Benzema celebra el segundo gol del Madrid
Benzema celebra el segundo gol del MadridFRANCISCO LEONG (AFP)

Tantas veces señalado para mal, esta vez apareció Benzema desde el banquillo y rescató a un Madrid en tinieblas. Un Madrid atrofiado que de nuevo, como sucediera en el Bernabéu, mandó a la lona a un Sporting contrariado. En ambos duelos, el cuadro portugués estuvo por encima de su rival y en los dos acabó desvalido en los últimos instantes. Con el broche de Benzema, el equipo español se garantizó su estancia en octavos, aunque deberá superar al Dortmund en la última jornada si es que quiere el primer puesto del grupo. En este torneo no están claras las ventajas. En verdad, a la espera de resultados ajenos, es un tiro al aire, una ruleta.

Por Lisboa no compareció el Madrid del Calderón, sino un equipo mucho más tieso, menos fluido. Zidane solo dio un toque a la alineación, con el reaparecido Ramos por el impecable Nacho, pero nadie ofreció la versión del Manzanares. Nada de la dicha de Isco. Modric se extravió a menudo y a Lucas le faltó finura. Tampoco cogieron pista los laterales, con lo que el Madrid se redujo a la firmeza de Varane, la abnegación de Kovacic y el turbo de Bale con CR en la sala de espera.

Los dos equipos padecieron sin el sustento de la pelota. El Madrid no se solidificó lo suficiente, con lo que, de forma machacona por la banda derecha del ataque local, Gelson, Bruno César y Adrien Silva maniobraron con peligro. Por algo son los tres futbolistas más distinguidos del Sporting. Nadie lo sufrió más que Marcelo, que se fue al intermedio con una tarjeta y alguna salida de rueda frente al chisposo Gelson. A sus 21 años, el último gran extremo de la factoría de la academia lisboeta (Futre, Figo, Simao, Nani, CR...) Lastimado, Marcelo no resistió y en el último tramo cedió el testigo a Coentrao.

Contemplativo y con poco cuajo, el Madrid concedió más de la cuenta a su adversario. El cuadro de Jorge Jesús no tiene mano dura en ataque, donde anida Dost, un ariete pértiga, pero es un conjunto de paso veloz en las transiciones, con gente que sabe detectar los espacios, con Gelson a la cabeza.

Sin gobierno, al equipo español se le vio algo anestesiado con la pelota. Nunca le fue la ofensiva en estático. Salvo algún acelerón de Bale, no hubo otras migas en ataque que a balón parado. El Sporting no es compacto cuando se atrinchera. Alista a dos centrales-pivots de gran altura como Coates y Semedo, pero su defensa en zona tiene fugas. Se advirtió en el gol de Varane. Modric ejecutó una falta lateral y ya con la pelota rasa dentro del área tuvo ocasión de rematar Cristiano. Su disparo salió mordido y rebotado, de lo que se aprovechó el zaguero francés para anotar su segundo gol en esta edición de la Champions.

A la segunda fase por 20º año consecutivo

El gol de Karim Benzema a tres minutos del final permite al Madrid aspirar a la primera plaza del grupo. Las cuentas son fáciles: los blancos deben ganar al Borussia Dortmund en el Bernabéu el 7 de diciembre, última jornada de esta primera fase. El Madrid nunca ha faltado a su cita con las eliminatorias de la máxima competición continental desde que adoptó el formato de grupos. Esto son 21 ocasiones luchando por el título, 20 de ellas consecutivas.

Pero no todo fue positivo ayer para los madridistas. Gareth Bale se tuvo que retirar entre ostensibles gestos de dolor. El galés recibió un golpe en el tobillo y, según informó Antena 3 durante el encuentro, y sufría de una fuerte inflamación. Hoy se le realizarán pruebas, pero su estado preocupa a diez días del primer clásico de la temporada, ante el Barcelona en el Camp Nou.

Desteñido, el Madrid se fue al descanso con dos alertas provocadas por Bruno Alves. Ramos desvió un chut con picante del brasileño, que minutos después lanzó una falta que hizo resoplar a todos los madridistas. Con las circunstancias a favor, por el tanto y las urgencias de un Sporting más expuesto, empeoró el Madrid. En ningún momento logró templar el juego, desgastar a su rival con la pelota cosida. Le costó un mundo articular cualquier transición y Gelson siguió a lo suyo, dando la lata a Marcelo y compañía. El acoso del Sporting no derivó en tajo para Keylor, como tampoco hubo foco para Rui Patricio. En el grupo luso el punto final es Dost, que cuerpea más de lo que remata.

Tan espesos se vieron los de Zidane que ni siquiera encontraron alivio cuando fue expulsado Joao Pereira. Eran los mejores momentos locales, pero el árbitro, guiado por un asistente con exceso de celo, decretó la sanción. El detonante, una trifulquilla del lateral con Kovacic que no pareció para tanto, pero hay jueces implacables. Los dos bandos movieron el cesto. Jorge Jesús retiró a Dost y con Campbell el Sporting subió de marcha. La que perdió el Madrid tras el relevo de Bale por lesión. Fue el citado Campbell quien protagonizó otra acción discutible. Su control con un brazo fue despejado con la misma articulación por Coentrao, que no tenía necesidad de tener alas al viento. Adrien Silva no falló el penalti. De nuevo el Sporting tenía al Madrid en las cuerdas, como ya lo tuvo en Chamartín. Entonces, en el último segundo le cazó Morata. En Lisboa, cerca del final, le fundió Benzema, en otro mal retraro de los defensores sportinguistas. Ni en Madrid ni en Lisboa hubo otra diferencia que el resultado. Igual de gris estuvo el Real. Y no son pocas las veces que en jornadas cegadas tira de puños y triunfa con un par de guantazos y nada más. Y, en esta oportunidad, con CR de puntillas por su antiguo parvulario.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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