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Bayern-Atlético: Lewandowski deja el prestigio en Múnich

Un golazo de falta del polaco derrota al Atlético ante un Bayern más ambicioso y dominador

Ladislao J. Moñino
Oblak no puede evitar el lanzamiento de falta de Lewandowski que dio el triunfo al Bayern.
Oblak no puede evitar el lanzamiento de falta de Lewandowski que dio el triunfo al Bayern.GUENTER SCHIFFMANN (AFP)

Sin nada que jugarse, más allá del prestigio, Bayern y Atlético se tomaron el duelo como un banco de pruebas. Un entrenamiento exigente, pero sin todas las velocidades ni el alto voltaje que hubiera contenido un partido con un premio mayor. Uno y otro trataron de reafirmarse en sus estilos. El Bayern ejecutó un ejercicio de dominio de balón en campo contrario. Un rondo con picos afilados y otros meramente académicos que Lewandowski se encargó de hacer bueno con un excelso gol de falta.

El Atlético se presentó atractivo desde su línea de centrocampistas. Saúl y Gabi en el medio. Koke a la derecha y Gaitán a la izquierda. Un creativo más a cambio de meter a Carrasco en punta junto a Griezmann. De alguna manera, ese movimiento denota que Simeone le está dando vueltas a cómo incrustar a Gaitán en el once. Gameiro fue el sacrificado en esta ocasión.

El calendario marca ya el fin del primer tercio de curso y Gaitán, el fichaje que debía contribuir a una mejor producción ofensiva con la pelota, aún no ha roto jugar. Y será complicado que lo haga si no hay una apuesta verdadera para que acapare balón. Hay jugadores que lo necesitan para crecer, para tomar confianza. Gaitán no puede jugar como un centrocampista más. Tiene que ser un jugador de más intervenciones. El dominio del Bayern y la disposición a replegarse y buscar la contra del Atlético impidieron que entrara más en juego.

La variante de Carrasco y Griezmann como pareja de ataque también tiene buena pinta, pero se encontraron con el mismo problema que Gaitán. Con tan poco balón es complicado jugar al fútbol. Y no es una cuestión de tiempo de posesión, es un asunto que tiene que ver con la precisión en el pase. Y el Atlético no la tuvo ni para salir jugando ni para montar contragolpes. Ligó dos buenas combinaciones en el primer cuarto de hora y ya apenas mezcló. Sobre todo en la primera se apreció que esa línea de centrocampistas puede tener algo que exhibir. Entre Gaitán, Saúl, Koke, Griezmann y Carrasco derrotaron la presión del Bayern en una banda para que el belga se plantara ante Neuer, que respondió bien al remate cruzado y raso. Al poco, otra vez Carrasco, en una buena aventura de Lucas por la izquierda, no giró bien el tobillo para apurar más a Neuer. No estuvo mal Lucas, que le tocó lidiar con el resabiado Robben. Volvió a enseñar sobriedad, agresividad y decisión. Pese a su juventud, es un defensa de una pieza, ya sea como central como lateral. En el otro costado, Vrsaljko también se vio perjudicado por lo bajo que defendió su equipo. En su caso, es la velocidad lo que el equipo debe explotar cuando sea alineado. En los pocos partidos que ha jugado la ha enseñado muy poco.

Menos sofisticado que con Guardiola, sin esa variante de hacer jugar a los laterales, el equipo de Ancelotti aceptó ese papel que de dominador que le concedió el Atlético. Se guardó el técnico italiano a Müller. También reservo a Kimmich, uno de los legados de Guardiola. Con Renato y Thiago, y con Hummels en muchas ocasiones, el Bayern dibujó aseados circuitos de balón que buscaron siempre acabar en el regate de Douglas Costa o en Robben.

Thiago falló la más clara

Fue el brasileño el que rompió la monotonía de tanto toque con un disparo seco y violento tras un robo cerca del área del Atlético. Oblak lo repelió bien colocado. En la presión marcó muchas diferencias el Bayern, que apenas dejó al Atlético respiro. La abrumadora hegemonía en el partido la concretó Lewandowski con un lanzamiento magistral a la media hora de juego. Uno de esos toques precisos por encima de la barrera en los que se combinan la fuerza y la velocidad con tanta armonía que el resultado es una mezcla primorosa de eficacia y estética. La falta, inocente de Carrasco, personificó en su figura uno de los problemas del Atlético: le falta contundencia en las dos áreas.

Nada mejoró ya ni esa acción ni el partido. Ni la entrada de Correa, Gameiro dieron más pesaje ofensivo al Atlético. Con Thomas empujó, pero tampoco encontró los caminos del gol. Fue el Bayern el que lo encontró, pero Thiago lo desperdició. La obra de Lewandowski dejó el prestigio en Múnich. El Bayern fue el equipo que salió a jugar más para ganar.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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