Cristiano Ronaldo, Balón de Oro 2016

Cristiano Ronaldo ha ganado su cuarto Balón de Oro. El portugués, de 31 años, ha sido el elegido por un jurado de periodistas internacionales y se ha impuesto, entre otros, a Leo Messi y Antoine Griezmann. El Balón de Oro ha vuelto este año a su esencia. No hay galas, ni desfile de trajes, ni concursos para saber quién lleva el más peculiar o el más feo. Simplemente una portada de la revista France Football que ha hizo público este lunes el nombre del ganador. A diferencia de los últimos años, cuando era la FIFA la que entregaba el galardón, este año en las votaciones no han participado ni los capitanes ni los seleccionadores.

Cristiano, que ganó el Balón de Oro en 2008, 2013, y 2014, añade así otro trofeo a su vitrina. Recibió el anuncio oficial en Yokohama, donde el Madrid se encuentra disputando el Mundialito de Clubes. Un trofeo más que podría conseguir el portugués después de la Champions y de la Eurocopa. “Lo ha ganado todo este año y pese a eso tiene hambre todavía. Eso es muy bueno para grupo”, decía precisamente Zidane hace un par de semanas.

En 2016 Cristiano lleva 43 partidos y 47 goles. Su promedio en estos cuatro primeros meses de temporada ha bajado respecto a campañas anteriores porque un esguince en el ligamento externo de la rodilla le ha mantenido KO casi dos meses. Las articulaciones ya no son las mismas que hace seis-siete años y su recuperación y puesta a punto se ha alargado. Y también porque había acostumbrado a todos a promediar un gol por encuentro. Aun así, fue decisivo, por ejemplo, en el derbi del Calderón donde anotó un triplete.

Lo ha ganado todo este año y pese a eso tiene hambre todavía. Eso es muy bueno para grupo" Zidane, entrenador del Madrid

Renovó con el Real Madrid hace un mes: vestirá la camiseta blanca hasta 2021. Por entonces tendrá 36 años. En pleno debate sobre su estado de forma, el jugador dijo que ese no será su último contrato, que él se ve jugando hasta los 41. Florentino Pérez dijo en la entrega de las insignias a los socios que el portugués es el heredero de Alfredo Di Stéfano.

Cristiano se está reinventando en el campo acercándose más al área y haciéndose al papel de nueve ya que las zancadas y la rapidez que le caracterizaban no son las mismas que cuando llegó a Chamartín en verano de 2009. El tiempo le pasa factura a todos, sobrellevarlo de la mejor manera posible ya es cuestión de cada uno. Zidane sabe que Cristiano, al igual que el resto de sus compañeros, tiene que dosificarse. Le quitó en el campo de Las Palmas hace dos meses en el minuto 70 –parecía que iba a reventar la caja de los truenos- y también en el Calderón (minuto 83). Descansó en Copa y el sábado, por ejemplo, el técnico no le convocó para el partido contra el Deportivo. No se acabó el mundo, aunque, de ser por él, lo jugaría todo. Incluso los partidos de su hijo.

Después de firmar su renovación y un contrato vitalicio con Nike, Cristiano dijo que había sido la semana más feliz de su vida. Y que 2016 había sido un año “de ensueño”, que lo veía en el brillo de los ojos de su madre. “No me esperaba todo esto este año. Nunca pensaba hacerlo”, explicaba asegurando que el mejor Cristiano volvería a verse pronto y que Cristiano terminaría dando la cara como siempre. El día de su renovación también le preguntaron cómo se veía dentro de 30 años. No es la vejez, si se puede hablar de vejez con 66 años, algo que le guste demasiado al portugués empeñado como está en alargar su carrera todo lo que pueda y todo lo que le permita el cuerpo. Para ello se cuida a diario. “El presente es lo más importante, el futuro ya veremos. Yo no sé qué haré dentro de 30 años, tampoco me preocupa ahora”, aseguró.