La gran prueba del tridente
La defensa del Espanyol, que ha recibido solamente un gol en los últimos seis partidos, sufre la baja de Víctor Sánchez en su visita al campo del Barcelona
Quique Sánchez Flores insistía el verano pasado a la secretaría técnica del Espanyol: “Necesito cuatro centrales con jerarquía”. El técnico madrileño quería competencia para la pareja Álvaro González y Óscar Duarte que le había dado buenos resultados a Galca en la segunda vuelta de la campaña pasada. Sánchez Flores pactó la llegada de Demichelis y le pedía a Ángel Gómez, entonces director deportivo, que hiciera un esfuerzo para contratar a Albiol. Pero a Gómez no le cuadraban las cuentas para el fichaje e incorporó a Diego Reyes, central del Oporto que había jugado cedido en la Real Sociedad. La sorpresa para Sánchez Flores fue cuando, sobre el cierre del mercado de fichajes, Álvaro González no se resistió a la oferta del Villarreal y se fue al Madrigal.
El técnico del Espanyol se quedaba sin uno de sus centrales preferidos, titular ante el Sevilla (6-4) y el Málaga (2-2) en el inicio de la Liga. La baja forma de Demichelis, llevó a Sánchez Flores a improvisar con David López en la zaga. “Hacía mucho tiempo que no jugaba de central, pero me sentí cómodo”, explica el catalán, sobre su vuelta a la cueva ante la Real Sociedad. Sin embargo, Sánchez Flores volvió a sufrir otro revés, justo en el momento en el que su equipo se caía al fondo de la tabla: se lesionó Óscar Duarte. Era la hora de Diego Reyes, que se unía a David López. “Diego era un tipo por el que habíamos apostado. Está creciendo a una buena velocidad y se está convirtiendo en un jugador importante”, subraya ahora Sánchez Flores.
En los ocho encuentros que el catalán y el mexicano jugaron juntos en la zaga, el Espanyol encajó solo un gol, el domingo pasado frente al Sporting en el tiempo de descuento. “Me dio mucha rabia, no solo por el récord de Diego López (el portero perdió una racha de 585 minutos sin recibir tantos) sino por todo el trabajo que estaba haciendo toda la defensa”, cuenta Diego Reyes. Resulta que, además de cuidar la portería de Diego López, los centrales blanquiazules no sueltan ni una patada de más. No saben lo que es ver una tarjeta y acumulan seis faltas cada uno. “Son cuestiones más tácticas que técnicas. Estamos bien posicionados y eso nos permite no cometer infracciones”, analiza el mexicano.
“Tanto Diego como David son dos jugadores muy disciplinados”, opina Diego López. “Nos están dando una seguridad importante y se complementan muy bien. Tienen buena salida de balón y muy buen juego aéreo”, completa el portero blanquiazul. “David da mucha seguridad porque entiende muy bien el fútbol. Es como un entrenador dentro del campo. Y creo que, en ese sentido, ayuda mucho a Reyes. Diego es rápido y se anticipa muy bien, mientras que David mantiene la posición y es muy difícil que lo superen”, interviene Víctor Sánchez, otro de los imprescindibles, junto al canterano Aarón, en la zaga de Sánchez Flores. El problema para el técnico blanquiazul es que el lateral derecho no podrá estar ante el Barcelona.
“Es difícil hacer cambios cuando hay rendimiento”, sostiene Sánchez Flores, al que no le queda más remedio que meter mano en la zaga, su bastión. No dio pistas el técnico madrileño en el entrenamiento de ayer. Probó a sus dos únicas opciones: Javi López y Diego Reyes (ya jugó en esa posición en la Supercopa de Catalunya). El derbi no es un buen duelo para pruebas, mucho menos cuando enfrente comparecen Messi, Suárez y Neymar. “Son los mejores del mundo, pero el problema es que no solo están ellos tres. Se suman Jordi Alba y Sergi Roberto en los laterales. E Iniesta y Rakitic siempre rompen líneas. Al final, cuando juegas contra el Barça no solo te preocupa el tridente”, concluye David López. El Barcelona será el examen final para la dura defensa blanquiazul.
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