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El Deportivo sigue en la ola buena

El equipo gallego logra el pase a los octavos de final tras remontar la mínima ventaja del Betis en la ida

Marlos Moreno y Dani Ceballos disputan el balón durante el partido en Riazor.
Marlos Moreno y Dani Ceballos disputan el balón durante el partido en Riazor.Cabalar (EFE)

Todo le empieza a salir al Deportivo, que se va a la Navidad con el regusto que dan los buenos resultados y la certeza de que en enero jugará los octavos de final de la Copa del Rey. Atrás deja al Betis al remontarle la ventaja de un tanto que traía el equipo de las trece barras a Riazor.

El partido engañó de inicio porque apareció el Deportivo fluido y engrasado de las últimas semanas, marcó, igualó la eliminatoria, amagó con enfilarla hacia la victoria y de pronto se aplacó. Diferentes hombres propician respuestas diferentes. Le faltó al equipo de Garitano la magia que brota de la chistera de Emre Çolak, uno de esos futbolistas que tienen en los pies el mejor borrador para cualquier pizarra.

Pero el Deportivo, pese a sus limitaciones, completó de inicio parte de su trabajo. Anotó Arribas al aprovechar una falta al área en la que supo salir entre la línea zaguera del Betis para rematar por bajo. En esa efervescencia ya mostró una querencia a buscar los atajos al área del rival por los flancos más que por dentro. El Betis supo frenar esa intención, desactivó la conexión entre Luisinho y Babel, anuló a Marlos Moreno, desafortunado para aprovechar las opciones que le daba el pujante Juanfran. Operó en la derecha el colombiano y por ahí se perdió, acostumbrado como está a percutir desde el otro perfil. El Depor se perdió porque tampoco Fayçal le dio dictado, industrioso como acostumbra, pero sin peso en el partido. Se encontró entonces el Betis porque además minimizó las pérdidas, supo zafarse para evitar la presión rival y llevó al Deportivo treinta metros más atrás de donde había empezado.

Con el equipo de Garitano en la frontal, el Betis quiso madurar el partido. Encontró vías para marcar y enviar la eliminatoria a un escenario muy favorable porque obligaba entonces al Deportivo a marcar dos tantos más para superarle. Pero no tuvo puntería el equipo de Víctor Sánchez del Amo. El meta local Rubén, que había dado muestras de inseguridad en los minutos iniciales, se afianzó en sendos mano a mano ante Piccini y Alex Alegría, que también envió cerca del palo un remate franco de cabeza.

Luisinho celebra el segundo gol del Deportivo.
Luisinho celebra el segundo gol del Deportivo.Cabalar (EFE)

El Deportivo no pasó un buen rato. Sin balón, sin presión, sin acierto, encaró el descanso como un alivio. Le sirvió. El parón cortó la deriva del partido, frenó al Betis e invitó al Deportivo a ser más audaz sin la pelota, volvió a dar varios pasos hacia delante y encontró el premio. La decisión de la eliminatoria llegó con carga simbólica porque marcaron Luisinho y Ryan Babel. El portugués embocó un descomunal zurdazo desde la frontal para llevar hacia la derrota al entrenador con el que había mantenido un agrio litigio la temporada pasada; el holandés lo hizo tras una nueva demostración de inteligencia futbolística para ganar espacios decisivos en el área rival. El día 31 finaliza su vinculo con el Deportivo y está a punto de anunciar su incorporación al Besiktas. Se va por la puerta grande de Riazor, que le imploró ayer una vez más que se quedase. Pero no hay parné.

Al Deportivo no le sobra ni el dinero ni las posibilidades para el relajo. Con la eliminatoria de cara, y Sánchez del Amo a punto de cambiar la defensiva faz de su once, encontró un gol que le renovó expectativas, un tanto con cierta fortuna en la ejecución final porque un toque propio envenenó un centro que acabó aprovechando Piccini. Cambió de plan el Betis, ya con línea de cuatro atrás y Rubén Castro en el enganche con Sanabria y Álex Alegría. El Deportivo se encontró con uno de esos problemas que le suelen incomodar: gestionar un marcador favorable. Tuvo un penalti a favor para hacerlo. Lo mandó Joselu a la grada con un cuarto de hora por jugar. Abonado al sufrimiento encontró entonces el Deportivo, al contrario que en la primera mitad, la peor versión del Betis, nada sobrado de fútbol por más que acariciase la clasifición con una ocasión final de Rubén Castro. “El Deportivo tuvo más acierto”, resumió Víctor Sánchez del Amo.

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