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Alcorcón y Córdoba no se hieren

Los madrileños merecen más ante un rival contento con el empate a cero

Rafael Pineda
Álvaro Rey se marcha de Antoñito.
Álvaro Rey se marcha de Antoñito.Kiko Huesca (EFE)

No debe fiarse el Córdoba. El cero a cero, que suena bien, es un resultado que llama a la confusión. Los andaluces se conformaron con este empate sin goles frente a un Alcorcón que siempre quiso más. Buscaron los de Julio Velázquez un gol salvador, que teniendo en cuenta la gran igualdad que existe entre los dos equipos, hubiera sido casi determinante. Lo impidió el portero del Córdoba, Kieszek, que le hizo un paradón a Óscar Plano, en el minuto 80, cuando su equipo firmaba el empate. Ocho minutos después, Samu Delgado también estuvo a punto de marcar. Fueron las ocasiones más claras del Alcorcón, que mereció más ante un Córdoba demadiado reservón. Los andaluces, eso sí, se jugarán el pase en su estadio, pero a los madrileños les vale cualquier empate con goles para plantarse en los cuartos de final.

Invitados de Segunda a la Copa, Alcorcón y Córdoba disputaron un partido que se movió bajo una gran igualdad. Resulta llamativo el fuerte ritmo con el que los equipos de Segunda juegan al fútbol. Luego, tanto ímpetu no se traduce en calidad y talento para convertir las ocasiones. Le ocurrió, por ejemplo, a Pablo Pérez, que al minuto de partido desaprovechó el regalo del inquieto Iván Alejo. El Alcorcón inquietó primero y luego entró en un carrusel de pérdidas de balón que el Córdoba no supo aprovechar. De hecho, su delantero en la Copa, Piovaccari, solo apareció con peligro en el minuto 45, cuando le pegó con el alma después de un buen servicio de Guille. Con una ocasión desperdiciada por bando, el cero a cero al descanso se antojaba justo ante lo ofrecido por los dos equipos.

A medida que caía la niebla sobre Santo Domingo se hizo patente el dominio del Alcorcón, que siempre tuvo la intención de protagonizar el juego y las ocasiones. Nelson, por la izquierda, e Iván, por la derecha, empujaron una barbaridad y el Córdoba apenas inquietó la meta de su rival. Surgió la figura del meta Kieszek para mantener el empate ante la desesperación de Velázquez en la banda. El acto final fue el disparo de Samu y la definitiva confirmación de un empate a cero que lo deja todo muy abierto para la vuelta.

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