_
_
_
_
_

Muguruza y Nadal, alegrías en Brisbane

La hispano-venezolana remonta ante Kuznetsova (7-5 y 6-4) para demostrar su crecimiento mental y acceder a semifinales, mientras que el balear ingresa en cuartos al despachar a Zverev (doble 6-1)

Alejandro Ciriza
Muguruza sirve durante el partido contra Kuznetsova.
Muguruza sirve durante el partido contra Kuznetsova.DAVE HUNT (EFE)

El primer día, el de su estreno esta temporada, las pasó canutas frente a Samantha Stosur. La siguiente intervención, contra Daria Kasatkina, todavía requirió de un plus mayor de sufrimiento, con una bola de partido salvada en la muerte súbita. Y este jueves, para abrirse paso hacia las semifinales del torneo de Brisbane y demostrar que está fuerte, que tiene la lección bien aprendida y que en este 2017 puede volver a golpear duro, Garbiñe Muguruza ofreció otra exhibición de robustez mental y pundonor. Batió la hispano-venezolana a la resabiada Svetlana Kuznetsova (7-5 y 6-4) y se citó por un puesto en la final con la francesa Alizé Cornet (6-3 y 7-5 a Dominika Cibulkova), en lo que supone ya un arranque de curso importante y que nada tiene que ver con el de hace un año, cuando en la segunda ronda del mismo escenario tuvo que abandonar como consecuencia de una mala puesta a punto.

Más información
Fiable despegue de Nadal en Brisbane
Muguruza, del hospital a Los Ángeles
Garbiñe, un año entre dos mundos

Pero ahora no. Después de esa experiencia, Muguruza y su equipo trazaron hace dos meses una hoja de ruta distinta. Lo fundamental era recuperar a cien por cien ese tobillo izquierdo que tantos quebraderos de cabeza le origina desde hace tiempo y después, ya a punto, plenamente recuperada, ponerse a trabajar en Los Ángeles. Así que la tenista decidió pasar por el hospital en noviembre para depurar la articulación y comenzar 2017 con buenos cimientos. El tratamiento que llevó a cabo en Barcelona funcionó y ahora Garbiñe ya no tiene que estar pendiente del dolor. Ahora, única y exclusivamente tenis, peloteos, juego. Competición. Y hambre. Hasta ahora, solo triunfos.

Con esa buena base carbura Muguruza, quien además de haber aparcado la disfunción del tobillo ha completado una intensa pretemporada en la que ha potenciado su preparación física. Más gimnasio, más fuerza. Un extra en sus hombros, espalda y piernas para resistir el endiablado ritmo anual del circuito. No obstante, el trabajo no ha sido exclusivamente físico. Su preparador, el francés Sam Sumyk, ha incidido en la cuestión mental, puesto que la jugadora acabó muy fatigada el año pasado, el primero en el que de verdad figuraba en los carteles como favorita. Garbiñe, se sabe, es un ciclón cuando el viento sopla a su favor, pero se encoge si el aire viene en contra. Y ahí es donde más ha insistido su entrenador, que al ver que su chica no terminaba de reaccionar, con 4-1 adverso en el primer parcial, bajó a la pista para recordarle la receta y proponerle una variación que al final fue determinante.

Hasta ese momento Kuznetsova proponía el enredo, puntos laboriosos y prolongados que únicamente le interesaban a ella, 31 años y malas pulgas, que intimida solo con la mirada y actúa con inteligencia después de haber librado mil cruzadas. Así que Muguruza dio un golpe de timón. Afinó la derecha y se puso en modo cañón. Equilibró el marcador (4-4) y trasladó la ventisca hacia el otro lado de la red. Sveta, noticia, se desconcertó. Perdió el control la rusa, dirigida por el español Carlos Martínez y con la que Garbiñe ha compartido no pocas sesiones de entrenamiento en Barcelona, y la escena cambió. Y eso que Kuznetsova, dos peldaños por debajo en el ranking, la nueve, aún dispuso de dos puntos para llevarse el set, pero la de Caracas los resolvió y el terreno se inclinó claramente a su favor.

Nadal celebra su triunfo sobre Mischa Zverev en Brisbane.
Nadal celebra su triunfo sobre Mischa Zverev en Brisbane.Chris Hyde (Getty)

“Sabía que iba a ser duro, porque nos conocemos mucho”, expuso Muguruza tras el encuentro (1h 49m). “Sabía que sería una batalla y por eso estoy contenta. He estado fría, especialmente teniendo en cuenta que venía de jugar dos partidos muy largos”, celebró. “Me costó coger el ritmo, pero luego entré en calor. Cuando estás cansada has de simplificar. Tenía que pensar en cada punto y así traté de hacerlo. Todo esto va a ayudarme a mejorar, así que no estoy preocupada por mi condición física. Al revés esto me aporta más confianza”, concluyó la última ganadora de Roland Garros, a la que le espera Cornet, vencida esta en las dos ocasiones previas en la que se han visto las caras.

La alegría de Muguruza abrió el día y tuvo continuidad con la victoria contundente de Rafael Nadal frente al alemán Mischa Zverev. El de Manacor constató que está a tono y despachó a su rival en tan solo 55 minutos, por un doble 6-1. No concedió una sola opción el español, de nuevo fino y agresivo, otra vez a un nivel prometedor. Accedió a los cuartos Nadal, al que le aguarda (viernes, 10.00, Eurosport) Milos Raonic. El canadiense, superior a Diego Schwartzman (6-3 y 6-2), supondrá un reto mucho mayor. El curso pasado fue entrenado por Carlos Moyà, ahora en el banquillo el balear, y su crecimiento fue más que palpable. De todos modos, la estadística habla claramente a favor de Nadal: 6-1 en los precedentes, que además no contabilizan el triunfo de la semana pasada en la exhibición de Abu Dabi.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_