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Sergio Ramos, en el ojo del huracán

El capitán del Madrid regresa al Sánchez Pizjuán después de los gestos a la grada en el partido de Copa y el Sevilla, segundo, aguarda al líder en un ambiente hostíl

Sergio Ramos se encara con los hinchas radicales del Sevilla después de marcar el 3-2 en Copa.
Sergio Ramos se encara con los hinchas radicales del Sevilla después de marcar el 3-2 en Copa.CRISTINA QUICLER (AFP)

El primero y el segundo de la Liga se enfrentan el domingo por la noche en el Sánchez Pizjuán (20.45, Movistar Partidazo). El Madrid del récord (40 partidos seguidos sin perder) se enfrenta al Sevilla de Sampaoli. Lo que hace una semana era una cita puramente futbolística y de las más importantes del calendario, se ha transformado en un acontecimiento que trasciende el balón. Después de lo que ocurrió en la vuelta de los octavos de Copa el pasado jueves, la incógnita es saber cómo recibirá el público a Sergio Ramos y en qué ambiente se desarrollará el partido.

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Para recapitular: el capitán del Madrid, insultado durante todo el partido de Copa, pidió tirar el penalti que el árbitro pitó en el minuto 82. Lo lanzó a lo Panenka (como hizo en la Eurocopa de 2012), marcó el 3-2 y en la celebración se dirigió a los Biris, los radicales del Sevilla que le habían estado gritando “Muérete” e “Hijo de puta”. Se señaló el dorsal, se llevó las manos a las orejas y luego pidió perdón al resto del estadio. “No le he faltado el respeto a la afición del Sevilla. Sí a una parte que se acuerda de mi madre y la insulta. Esos no merecen mi respeto”, comentó después en zona mixta. El Sevilla interpretó esos gestos como una provocación y una falta de respeto y el viernes por la noche pidió a la Liga que los denuncie ante el Comité de Competición y al de Antiviolencia. Algo muy poco habitual ya que existe un código no escrito por el que los clubes no se denuncian el uno al otro.

La Liga, por su parte, envió en la tarde del viernes envió un escrito a Competición y Antiviolencia denunciando los insultos en el Sánchez Pizjuán. Desde el Madrid informaron ayer de que ellos no van a intervenir ya que la Liga lo hace por si sola de oficio.

Antes de que Zidane compareciera ante los medios, el club blanco también decidió sacar un comunicado. Respaldó a su capitán y a "su comportamiento ejemplar durante toda su trayectoria deportiva”, condenó la violencia y se unió al llamamiento del Sevilla pidiendo a los aficionados que acudan esta noche al partido que lo hagan con respeto y tolerancia. “Ramos es nuestro capitán y es un ejemplo para todos, no solo para nuestro vestuario, también es el jugador más emblemático de España. Lo que quiero ahora es que todo lo que pasó se quede en el pasado. El Sevilla ha pedido lo mismo que nosotros: máximo respeto a los jugadores, la gente solo quiere ver fútbol. Pensamos en el partido y en hacer un gran partido de fútbol. Es lo que queremos ver todos”, comentó Zidane.

Sampaoli también apeló al fútbol y defendió al capitán del Madrid. “No creo que Ramos haya faltado el respeto al rival por tirar un penalti a lo Panenka. Sergio nació aquí y lamento lo ocurrido después de ese lanzamiento. Es alguien de la casa y espero que haya reconciliación. Por lo demás, a mí lo que me preocupa es el partido”, dijo el técnico del Sevilla.

En enero de 2013 Kevin Prince Boateng abandonó el terreno de juego harto de los insultos racistas y sus compañeros del Milan hicieron lo mismo. El amistoso dejó de jugarse. Eto’o también dijo en dos ocasiones que no quería jugar más. En la primera, contra el Zaragoza, Rijkaard y sus compañeros le convencieron para que no abandonara el campo ante los gritos racistas. En la segunda, en un Cagliari-Inter de la Serie A, el árbitro interrumpió el partido durante tres minutos para que los hinchas terminaran con los insultos.

Sergio Ramos, este sábado, en el último entrenamiento previo al partido contra el Sevilla.
Sergio Ramos, este sábado, en el último entrenamiento previo al partido contra el Sevilla.PIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

¿Cree que para acabar con la violencia verbal los futbolistas tendrían que abandonar el campo cada vez que escuchan hijo de puta, muérete?, le preguntaron ayer a Zidane. “No. Lo que le diría a mis jugadores y a los demás es que sigan jugando porque lamentablemente eso pasará siempre. Si tienes 90.000 o 100.000 personas en un campo, algunos seguirán insultando, no lo vas a cambiar, porque están ahí para eso. Yo les diría que sigan jugando, aunque sé que molestan mucho ese tipo de cosas”, contestó el técnico al mismo tiempo que aseguraba que en ningún momento se planteó dejar fuera de la convocatoria a Sergio Ramos.

El central del Madrid siempre ha presumido de su pasado de sevillista, en esa cantera se crio y formó. En todas las celebraciones, además, siempre se ha acordado de Antonio Puerta. No entiende por qué exsevillistas como Rakitic o Dani Alves son recibidos con cariño y él con pitos e insultos. Hay una parte de la afición que siempre consideró su salida como una traición. Factores como su condición de capitán de un equipo como el Madrid, poco querido por la afición del Sevilla, así como algunos gestos del propio central en algunos partidos contra el Sevilla, mantuvieron la animadversión contra Sergio Ramos siempre que visitó Nervión.

Pese al llamamiento del Sevilla, el ambiente será de nuevo muy hostil este domingo con Sergio Ramos. A pesar de que sus gestos fueron hacia los Biris, el grupo radical de aficionados del Sevilla, la afición ha tomado su reacción como una afrenta a toda la hinchada y a la propia institución. “Los de Gol Norte son tan sevillistas como el resto del campo”, claman los aficionados del club andaluz en las redes sociales. Así también lo ha entendido el propio club con su denuncia. Los puentes se han roto definitivamente. Un gran sector de la afición, que no silbaba nunca a Ramos, ha decidido tomar ahora partido en contra del capitán del Madrid al considerarse señalado por sus gestos el pasado jueves.

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