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Nadal desempolva el viejo ‘látigo’

Tras dos años de pruebas, el balear ofrece indicios de haber recuperado su golpe maestro, la derecha. "El 'drive' es lo que puede marcar este año la diferencia. En los momentos importantes he pegado", valora

Alejandro Ciriza
Nadal celebra la victoria contra Mayer en la primera ronda.
Nadal celebra la victoria contra Mayer en la primera ronda.FILIP SINGER (EFE)

Durante estos dos últimos años de travesía, del sube y baja que ha descrito el rendimiento de Rafael Nadal, se han hecho todo tipo de diagnósticos para intentar dar con los males del tenista, quien ayer, por cierto, debutó con nota en Australia al batir de forma brillante a Florian Mayer por 6-3, 6-4 y 6-4 (en 2h 03m). En estos dos años se ha hablado de todo: sobre su estado de ánimo, sobre su dieta, sobre si le quedaba o no apetito deportivo; incluso, hubo un congresista que cuestionó el compromiso del deportista con el equipo de la Copa Davis y deslizó que el balear prefería anunciar calzoncillos antes que jugar una eliminatoria en Vladivostok. En este periodo de sequía para Nadal, se ha teorizado sobre todo.

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Los hay, también, quienes piensan que el motivo de su bajón responde al inmovilismo, a que debe cambiar de entrenador. Pues bien, su tío Toni sigue ahí, al frente. El jugador ha introducido el complemento técnico de Carlos Moyà, pero quien sigue llevando las riendas es su entrenador de siempre. Y este, que conoce muy bien a su sobrino, responde con pragmatismo para argumentar el declive competitivo de Nadal. “No hay que darle muchas vueltas. Sencillamente, la bola no le corre. El problema esencial es la derecha, el drive”, simplifica el preparador, quien ahora seguro que ve el futuro con mucho más optimismo, pues el golpe maestro del número nueve del mundo parece haber despertado en este 2017.

Ayer, contra Mayer, la pelota volvió a centellear cada vez que Nadal armaba el brazo izquierdo y soltaba el látigo. Muchos replicarán, con toda razón, que el alemán no es el baremo idóneo para asegurar que el de Manacor ha vuelto por sus fueros. No lo es, ni mucho menos. Cierto. El protagonista es siempre el primero que intenta rebajar la euforia. Ya habrá tiempo para evaluar si definitivamente se levanta o no. Sin embargo, tanto en los partidos que había disputado hasta ahora como el que protagonizó en su estreno en Melbourne certifican que su derecha vuelve a tener brío y a dominar. De hecho, 27 de los 39 ganadores que le endosó a Mayer tuvieron la rúbrica del drive.

“Ya dije el año pasado que uno de mis grandes objetivos esta temporada era recuperarlo. Lo había recuperado el año pasado en un tanto por ciento grande, desde Indian Wells hasta que tuve que parar en Roland Garros, pero luego me fue imposible por lo de la mano”, contó Nadal en la conferencia de prensa. “Llevo un tiempo pegando muy bien el revés y he mejorado el saque, pero la derecha es la que puede marcar la diferencia este año y estoy feliz de cómo está funcionando”, amplió el mallorquín, que en la segunda ronda del torneo se medirá al veterano Marcos Baghdatis (chipriota, 31 años, 36 del ranking).

Un golpe profundo y plano

Nadal, durante el partido de ayer en Melbourne.
Nadal, durante el partido de ayer en Melbourne.Mark Kolbe (Getty)

En estos dos últimos cursos, si en algo han puesto énfasis el español y su equipo es en la derecha. Hoy día, el tenis se rige por la velocidad y la potencia, así que es esencial conseguir tiros ganadores y llevar la iniciativa. Así que Nadal la ha trabajado a fondo, ensayando con distintas raquetas, pesos y efectos. Introduciendo matices. Actualmente su tiro ya no describe tanta parábola ni coge tanta altura, sino lo contrario. Es profundo y plano, como lo exige el código moderno del tenis. Ahora, después de mucho remover en el armario, Nadal parece haber encontrado de nuevo la llave de sus victorias. “No esperaba hacerlo tan bien, pero en los momentos importantes he pegado”, valoró.

Actualmente su tiro ya no describe tanta parábola ni coge tanta altura. Es más acorde a los códigos del tenis moderno

“Los dos puntos de rotura en el 4-4, tanto en el segundo como en el tercer set, han sido claves. Esas derechas las había hecho mil veces en los entrenamientos”, detalló. Del mismo modo, Nadal sirvió a un nivel elevado y volvió a demostrar que físicamente está como una roca. Entonces, ¿cuánto tardarán los aficionados en ver al mejor Rafa otra vez? “En el deporte casi nunca funcionan las matemáticas, pero cuantos más partidos juegues y mejor los juegues, es más fácil recuperar los automatismos y la confianza”, señaló.

"Cuando he conseguido jugar unos cuantos partidos consecutivos no he tenido altibajos. A veces me ha costado alcanzar un nivel alto de juego, pero cuando lo he conseguido lo he mantenido. Si lo he perdido ha sido por las lesiones y otros aspectos. Soy una persona estable, centrada y trabajadora, y el año pasado lo demostré desde Indian Wells hasta Roland Garros", zanjó Nadal, por cuya zurda pasa todo. El futuro, su futuro, depende de recuperar el pasado.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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