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Leyendas de la ACB, historias de recreo

La presentación de la Copa Colegial 2017, bajo el programa Basketball is Education, ilusiona a más de 180 escuelas de nueve ciudades españolas

Joe Arlauckas saluda a un chico del colegio JOYFE.
Joe Arlauckas saluda a un chico del colegio JOYFE.Fundacio La Caixa

Las baldosas se transforman en parquet. Casi naturalmente, esos partidos de recreo que se juegan en el patio, donde los triples, bloqueos o asistencias quedan grabados en la memoria de los estudiantes, a veces para siempre, pasarán una vez más al pabellón de cada escuela. Este sábado en el del Colegio JOYFE de Madrid, la Fundación Baloncesto Colegial (FBC) y la Obra Social "la Caixa" presentan una nueva temporada de Basketball is Education, el programa que busca incentivar los valores que fomenta este deporte. Con él se oficializa, también, el comienzo de otra Copa Colegial, la 11º, una de las competiciones escolares de baloncesto más importantes de Europa.

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Cerca del mediodía, en el Colegio JOYFE, cientos de alumnos llenan las escaleras al bajar de sus aulas hacia el pabellón. Chirridos de zapatillas de baloncesto y balones botando se mezclan por un rato con la rutinaria sinfonía de las clases y de las voces agudas del recreo. Cinco leyendas de la liga ACB acompañan a los chicos en el acto inaugural de este proyecto. Joe Arlauckas (ex Real Madrid, Baskonia y Caja de Ronda), Anicet Lavodrama (ex Valladolid y Juventut Badalona), Audie Norris (ex Barcelona), Nacho Rodilla (ex Valencia) y Samuel Puente (ex Real Madrid y Valladolid) son recibidos como en un verdadero partido, y atraviesan una pasarela de jóvenes jugadores y cheerleaders.

"Ver a este pabellón lleno, ilusionado... Eso es baloncesto puro", dice el director del colegio, Juan José García. Tras recordar los campeonatos del JOYFE en 2006 y 2009, el educador deja, rápidamente, un mensaje claro. "Siempre te tienes que esforzar sabiendo que ganas muy pocas veces", concluye, ante cientos de niños, que con los ojos bien grandes, llenos de sueños, y la boca abierta, todavía se distraen con los grandes jugadores.

Todos gritan muy fuerte el nombre de su colegio y aplauden, casi sin parar, a los equipos que representan a JOYFE (uno masculino y uno femenino). Los jugadores estudiantes son recibidos como verdaderos ídolos por sus compañeros de clases. "Ese sentimiento de pertenencia que transmite el equipo hacia todo el colegio es lo más importante", destaca Rodilla. El exbase español recuerda los momentos vividos en su escuela y motiva a los jóvenes a quienes les encomienda que se encarguen de ser "buenos compañeros".

Uno de los mensajes con el que más se compenetran los chicos es el de Audie Norris. Con un marcado acento estadounidense, el expívot analiza: "En mi familia, sin educación no había baloncesto. El baloncesto no dura toda la vida, la educación, sí". En esa misma línea, Pablo Martínez-Arroyo, director de la FBC, marca las líneas del proyecto: "Entrenadores, padres, profesores y por supuesto alumnos, deben trabajar juntos para que el baloncesto cumpla su objetivo fundamental en la escuela: educar en el esfuerzo, el trabajo en equipo y la competición bien entendida".

Cerca de 11.000 chicos y chicas han disputado más de 700 partidos en la Copa Colegial, durante sus primeros 10 años. Han participado ya 180 colegios de nueve ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Málaga, Valladolid, Vitoria y A Coruña. Además de este campeonato, también hay otras actividades como el All-Star Colegial, PequeCopa Colegial, Premio al Mejor Jugador Estudiante, Concurso colegial de Cheerleading, High School Experience, y más visitas a los colegios de leyendas del baloncesto, como esta mañana.

Para cerrar el acto, dos equipos mixtos del colegio, entrenados por las glorias de la ACB, se enfrentan en un mini partido de casi cinco minutos. También participan dos alumnos más pequeños, de aproximadamente 12 años. Uno de ellos, metro y veinte de altura, tiene su momento de gloria. El árbitro le da dos libres por una falta y el pabellón entero corea su nombre, como en un partido profesional. No importa cuál es, porque podría ser cualquiera de ellos. El niño falla los dos tiros, sonríe y sigue jugando.

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