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Faverani y Koponen liberan al Barça

El estreno del pívot brasileño desatasca el juego de los azulgrana y Koponen endosa seis triples al Efes

Robert Álvarez
Claver trata de frenar a Heurtel.
Claver trata de frenar a Heurtel.Andreu Dalmau (EFE)

Vitor Faverani llegó, vio y convenció. Su actuación resultó decisiva. Liberó a un Barcelona atribulado, nervioso, impreciso, que iba camino del desastre ante el Anadolu Efes de Estambul. Los azulgrana afrontaban el duelo casi como una final, dada su mala clasificación. Notaron muchísimo el peso de la exigencia y las dificultades que han sufrido esta temporada para alcanzar un nivel de juego acorde a lo que se espera de ellos.

BARCELONA, 89; ANADOLU EFES, 78

Barcelona Lassa: Rice (6), Navarro (9), Oleson (3), Doellman (9), Tomic (2) –equipo inicial-; Claver (14), Faverani (18), Vezenkov (0), Koponen (20) y Renfroe (7).

Anadolu Efes: Granger (6), Paul (25), Osman (0), Brown (0), Dunston (5) –equipo inicial-; DeShaun Thomas (8), Honeycutt (11), Heurtel (18), Mutaf (3) y Kirk (2).

Parciales: 16-15, 17-19, 30-19 y 26-25.

Árbitros: Christodoulou (Grecia), Belosevic (Serbia) y Panther (Alemania).

Palau Blaugrana. 3.389 espectadores. 18ª jornada de la Euroliga.

La irrupción del pívot brasileño, fichado por el Barcelona el domingo, procedente del Murcia, resultó crucial para el desenlace del partido. Su sola presencia, con sus rebotes (ocho al final) y sus canastas (18 puntos), desatascó el juego del Barcelona y sobre todo tranquilizó a sus compañeros, que durante muchos minutos transmitieron la sensación de estar atacados por un ataque de nervios. Junto a Faverani, Koponen, y su ráfaga de seis triples en ocho intentos, propició también el sufrido triunfo del Barcelona.

El Anadolu Efes llenó de zozobra el Palau durante más de medio partido. Dominador del rebote, entró con ventaja (33-40) en el tercer cuarto. Tomic acababa de cometer su tercera falta y Rice, de lanzar un tiro que no tocó ni aro. La anotación del Barcelona estaba en consonancia con su triste récord, el equipo que menos anota en la Euroliga. Pero Faverani volvió a la carga, Koponen acabó de soltarse, Navarro se reivindicó después de su mal inicio y de sus dificultades para frenar a Brandon Paul (seis triples y 25 puntos), y Claver dio rienda suelta a su genio y a su talento. El Barcelona tomó ventaja por fin (63-53), y a partir de ahí se liberó. Desaparecieron sus dudas. Anotó con la soltura y continuidad que había echado de menos.

El Barcelona compareció con una inseguridad asombrosa. Por mal que esté y por más derrotas que acumule, no se entiende que una plantilla de su experiencia y categoría arranque un partido en tal estado de ansiedad, con tantos desajustes e imprecisiones. Navarro y Tomic perdían casi tantos balones como tocaban, Rice no ajustaba el ritmo, los ataques se alargaban sin dar ninguna sensación de peligro. La defensa del Anadolu Efes jugó con una comodidad inesperada. Si el equipo turco no abrió hueco fue porque tampoco estuvo acertado en ataque, muy lento, empeñado en que sus pívots botaran más de la cuenta, a menudo lejos del aro.

Bartzokas, ante el mal cariz de los acontecimientos, pidió un tiempo muerto cuando apenas había echado a andar el partido. La reacción no se produjo hasta que Faverani entró en acción. El pívot, recién aterrizado tras el fulminante despido de Dorsey, evidenció la claridad de ideas que tanto echa de menos su nuevo equipo. Fue el punto de inflexión del juego azulgrana y del partido.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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