_
_
_
_
_

Un punto sin fútbol para Las Palmas y Deportivo

Mateo García adelanta de inicio a los canarios y Andone iguala en la segunda parte para firmar tablas en un partido mal jugado que nadie mereció ganar

Livaja, delantero de Las Palmas, disputa la pelota con Sidnei, zaguero deportivista.
Livaja, delantero de Las Palmas, disputa la pelota con Sidnei, zaguero deportivista.Elvira Urquijo A. EFE (EFE)

Sumaron sin brillo Las Palmas y Deportivo en un partido que nadie supo ganar. Lo mereció perder durante una hora el equipo gallego, lo tuvo perdido, pero su rival no supo gestionar una ventaja que había encontrado de inicio y sintió que podía mantener sin excesivos apuros. Cuando se vio obligado a rectificar, Las Palmas se encontró con la expulsión de Aythami y abocado a defender el empate como un botín que tampoco nadie hizo nada por quitarle. La igualada puede ser buena al acabar el fin de semana si los equipos en puestos de descenso se empeñan en seguir de tropiezo en tropiezo, pero no oculta los problemas que deben resolver tanto Setién como Garitano.

Las Palmas necesitaba un buen partido para desterrar las agrias sensaciones de una semana de amargores, pero se marchó con síntomas de fragilidad. Tuvo el partido de cara y se la volvió, incapaz de extraer más fruto al desastre deportivista. La puesta en escena del equipo de Garitano fue tan lamentable que en la suma final al que dirige Setién no le cabe otro remedio que concluir que dejó escapar una clarísima opción de victoria. Destensado, replegado y desajustado en la presión, tardón para acudir a cualquier liza, el Deportivo fue durante la primera media hora un pelele en manos de un equipo sin filo. Las Palmas buscó afianzarse con el balón, con un manejo premioso que sacaba ventaja del carácter contemplativo de su oponente. Un gol tempranero le invitaba además al sosiego. Marcó Mateo García tras otro error de Sidnei, que en la última salida del Deportivo, en campo del Espanyol, también concedió un gol al rival. El zaguero brasileño se perfiló mal para despejar un centro lateral, golpeó mordido el balón con la zurda, lo dejó tierno en el área y para colmo desvió de manera involuntaria el remate del delantero amarillo para envenenárselo a Tyton.

El juego estuvo parado unos minutos al inicio de la segunda parte al accionarse los aspersores del estadio Gran Canaria.
El juego estuvo parado unos minutos al inicio de la segunda parte al accionarse los aspersores del estadio Gran Canaria.Elvira Urquijo A. EFE (EFE)

El combo de despropósitos de Sidnei dejó al deportivo por detrás en el marcador, pero no lo reactivó. Garitano optó por rescatar la solución de Emre Çolak volcado a un flanco para llamar a la contundencia con Joselu y Andone, pero acabó convencido de que ahí no hay solución. Rectificó en el descanso. Ya hacía unos minutos que el Deportivo semejaba entonarse. Sin alardes, acompañado por una dejación del Las Palmas, que se dejó llevar confiado en que nada ocurría, en que el reloj avanzaba sin sobresaltos en un partido prisionero de las imprecisiones, mal jugado. Pero algo ocurrió. Pasó que Emre Çolak encontró una llave entre el berenjenal de romas ganzúas que manejaba, halló un espacio tras la espalda de Lemos para habilitar a Andone ante Javi Varas y el delantero rumano no perdonó en la única clara oportunidad de gol que ofreció el partido.

La prisa llamó entonces al equipo de Setién, que cambió el ritmo y pareció en condiciones de hacer daño a un Deportivo dubitativo. Fueron unos minutos de dudas para el equipo coruñés, que iba a taparse con la presencia de Laure en el campo y un doble lateral para mantener el empate como si fuese un tesoro. Pero todo pareció dar un vuelco cuando Aythami atropelló a Guilherme en el centro del campo y se fue a la caseta al ver la segunda tarjeta amarilla. El partido cambió de dirección, pero no de marcha. Las Palmas se replegó, el Deportivo entendió entonces que los tres puntos estaban ahí, guardó a Laure en el banquillo y llamó a Marlos Moreno para tratar de agitar la situación. Pero ahí se evidenciaron las limitaciones de un equipo que tuvo la pelota, ganó los espacios, pero no generó ni una ocasión para poder ganar el partido en el cuarto de hora que estuvo en superioridad numérica. Hubiera sido demasiado premio para tan pocos boletos comprados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_